Editorial Tal Cual
El proceso electoral que se
celebró este domingo 20 de mayo tuvo como protagonista la decisión de la
mayoría de no participar y estuvo plagado de todo tipo de irregularidades, algo
ya normal en todo lo que organiza el Consejo Nacional Electoral que comandan
las cuatro militantes del Partido Socialista de Venezuela, quienes fueron las
únicas que no vieron lo que ocurría y permitieron todo tipo de tropelías.
El porcentaje de participación
no creemos que supere el 40%, pero no extrañaría que el CNE coloque una
cantidad imposible de creer y con la cual pretenda lavarle la cara al gobierno
de Nicolás Maduro que fue dejado solo hasta por los que supuestamente lo
apoyan. En las zonas tradicionalmente chavistas, como Catia o el 23 de Enero,
en Caracas, los números recogidos por los reporteros de TalCual, suministrados
por los propios coordinadores de los centros de votación, no superaban el 45%.
Las irregularidades fueron las
de siempre pero aumentadas y potenciadas. Lo acordado en el CNE fue ignorado
por el PSUV y permitido por las rectoras chavistas. Los puntos rojos fueron
colocados donde les dio la gana, el carnet de la patria fue utilizado para
coaccionar a los electores, quienes no pudieron ejercer libremente su voto. La
compra de votos fue otro de los mecanismos empleados. Con todos estos elementos
la votación que se produjo quedó muy manchada.
La jugada del Gobierno de
adelantar las elecciones para darse un baño de legitimidad fue derrotada. La
mayoría de los venezolanos decidieron no participar, lo dejaron solo, y muchos
de los que votaron lo tuvieron que hacer por las presiones que recibieron, sino
la abstención hubiera sido mucho mayor. La legitimidad del Gobierno, que estaba
bastante averiada, recibió un golpe demoledor.
21-05-18
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