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martes, 22 de mayo de 2018

Reflexiones iniciales tras el 20M por @danielfermin



Por Daniel Fermín


Pueden hacerse muchas lecturas del día de ayer, y hay para todos los gustos: desde las dudas y temores sobre lo que viene, pasando por los “yo te lo dije” de quienes hoy celebran (¿?) el continuismo de Maduro, hasta las reflexiones que buscan volver a acercar a quienes tuvimos posturas diferentes en estas escasas semanas de campaña electoral. Aquí van mis dos centavos:

Hoy estoy convencido de que hicimos lo correcto al llamar a votar

Como saben, promoví y defendí el voto como herramienta ciudadana por excelencia para lograr los cambios que requiere Venezuela. Llevo en el ADN el testimonio de la lucha histórica por el voto, sé cuánta sangre, cuánta lucha costó. Y vi en el voto la manera de sacar a Venezuela adelante el 20M, para cambiar el destino de nuestro país sin descender a los infiernos de la guerra fratricida ni a la estampida. Otros, algunos de buena fe, otros por cálculos menos santos, promovieron la abstención como legítima protesta ante un CNE parcializado, cooptado por el partido de gobierno, y unas condiciones desventajosas, como lo han sido a lo largo de estas últimas dos décadas. Se diluyó el valor del voto y ayer muchos venezolanos decidieron quedarse en sus casas: algunos en firme protesta, otros simplemente desesperanzados. Hoy estoy convencido de que hicimos lo correcto al llamar a votar. Sin que se trate de “echarle la culpa” a los abstencionistas, los resultados muestran la erosión del apoyo popular a la opción del gobierno. Se perdió una gran oportunidad para encausar el descontento popular hacia un cambio cierto. Otro gallo cantaría si nos hubiésemos unido en torno a la participación.  ¿Y por qué no en torno a la abstención? La soledad de los centros de votación solo aumentó la eficacia de la trampa. Las razones que nos llevaron a promover el voto siguen vigentes: hoy, más que nunca, debemos dar la cara por los venezolanos que más padecen, no podemos entregarnos a la inacción, a no hacer nada, o a la fantasía, grotesca por demás, de una intervención militar extranjera a la que algunos aspiran sin detenerse en la gravedad de lo que eso significa, ni podemos entregarnos a la violencia. Estoy convencido, además, de que la salida a nuestra tragedia debe tener por protagonistas activos a los venezolanos, para lograr un cambio en paz que logre restablecer la democracia y la calidad de vida para todos.

Henri Falcón, de manera responsable y coherente ante el país, anunció el desconocimiento del proceso y llamó a realizar nuevas elecciones con condiciones

Fue una jornada marcada por la trampa, el ventajismo, el vulgar chantaje y compra de votos y el grosero uso de los recursos públicos por parte del partido de gobierno. Henri Falcón, de manera responsable y coherente ante el país, anunció el desconocimiento del proceso y llamó a realizar nuevas elecciones con condiciones. Confieso que yo, que nunca había tenido afinidad ni mayores coincidencias con Falcón, tengo por él un renovado y profundo respeto como luchador democrático.


La construcción de grandes coaliciones para defender la democracia se hace siempre, si ha de ser exitosa, entre los diferentes, no entre los iguales

Presencié de primera mano los esfuerzos que ayer se hicieron para tender puentes entre quienes participamos y la MUD-Frente Amplio, a pesar de la cizaña de unos pocos reaccionarios que, interesados más en saciar su desprecio por los que piensan distinto que en la suerte de Venezuela, preferían y prefieren construir muros y divisiones entre los venezolanos. Tuve la honrosa responsabilidad de formar parte de esa iniciativa, que fue un preludio de lo que debe venir: la recomposición de la unidad de todos los que adversamos a este régimen de hambre y miseria que ha hundido a Venezuela. Y esa tarea de recomposición de la unidad debe estar basada en el reconocimiento de la diversidad que existe, y que no puede dejar de existir cuando un grupo tan numeroso de venezolanos se opone a un pequeño grupo en el poder. Unidad en la diversidad. Sí, tenemos diferencias. Se ha venido redibujando el mapa político venezolano, y en la amplísima oposición es vital buscar coincidencias y un clima de respeto entre los sectores más conservadores y quienes tenemos una visión progresista y popular de la política, de la economía y de la sociedad. La construcción de grandes coaliciones para defender la democracia se hace siempre, si ha de ser exitosa, entre los diferentes, no entre los iguales.

Nadie se va a guardar en sus casas, nadie se va a rendir ni a “desaparecer” del escenario político, ni los unos ni los otros. La construcción de una verdadera unidad popular, de abajo hacia arriba, que incorpore la diversidad sin sectarismos ni mezquindades, sin pretender subordinar a los que piensen distinto, que sea genuinamente amplia, ese es, hoy, un gran reto.

Nuestro compromiso sigue intacto y es uno: luchar por una sociedad más justa y democrática, por los de abajo

Hoy comienza un nuevo capítulo en la historia de Venezuela. Nuestro compromiso sigue intacto y es uno: luchar por una sociedad más justa y democrática, por los de abajo, por la construcción de un referente popular, progresista; por el obrero, el estudiante, el joven que no se quiere ir y los que se fueron y sueñan con volver; por los maestros, los transportistas, médicos y enfermeras. Por y con la gente de trabajo. Es inaceptable, como está Venezuela, cualquier propuesta que parta de dejar todo como está o, peor, de agravar la situación de quienes más padecen.

Vienen horas intensas para Venezuela. Es imperativo que las encaremos de frente, dando siempre la cara. De modo que seguimos, no podemos rendirnos ni ofrecer desesperanza. Vamos a la organización, a la acción, a la demanda popular. Esta lucha bien vale la pena.

Por Venezuela,

Daniel Fermín

21-05-18




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