Por Daniel Fermín
Pueden hacerse muchas lecturas
del día de ayer, y hay para todos los gustos: desde las dudas y temores sobre
lo que viene, pasando por los “yo te lo dije” de quienes hoy celebran (¿?) el
continuismo de Maduro, hasta las reflexiones que buscan volver a acercar a
quienes tuvimos posturas diferentes en estas escasas semanas de campaña
electoral. Aquí van mis dos centavos:
Hoy estoy convencido de que
hicimos lo correcto al llamar a votar
Como saben, promoví y defendí
el voto como herramienta ciudadana por excelencia para lograr los cambios que
requiere Venezuela. Llevo en el ADN el testimonio de la lucha histórica por el
voto, sé cuánta sangre, cuánta lucha costó. Y vi en el voto la manera de sacar
a Venezuela adelante el 20M, para cambiar el destino de nuestro país sin
descender a los infiernos de la guerra fratricida ni a la estampida. Otros,
algunos de buena fe, otros por cálculos menos santos, promovieron la abstención
como legítima protesta ante un CNE parcializado, cooptado por el partido de
gobierno, y unas condiciones desventajosas, como lo han sido a lo largo de
estas últimas dos décadas. Se diluyó el valor del voto y ayer muchos venezolanos
decidieron quedarse en sus casas: algunos en firme protesta, otros simplemente
desesperanzados. Hoy estoy convencido de que hicimos lo correcto al llamar a
votar. Sin que se trate de “echarle la culpa” a los abstencionistas, los
resultados muestran la erosión del apoyo popular a la opción del gobierno. Se
perdió una gran oportunidad para encausar el descontento popular hacia un
cambio cierto. Otro gallo cantaría si nos hubiésemos unido en torno a la
participación. ¿Y por qué no en torno a la abstención? La soledad de
los centros de votación solo aumentó la eficacia de la trampa. Las razones que
nos llevaron a promover el voto siguen vigentes: hoy, más que nunca, debemos
dar la cara por los venezolanos que más padecen, no podemos entregarnos a la
inacción, a no hacer nada, o a la fantasía, grotesca por demás, de una
intervención militar extranjera a la que algunos aspiran sin detenerse en la
gravedad de lo que eso significa, ni podemos entregarnos a la violencia. Estoy
convencido, además, de que la salida a nuestra tragedia debe tener por
protagonistas activos a los venezolanos, para lograr un cambio en paz que logre
restablecer la democracia y la calidad de vida para todos.
Henri Falcón, de manera
responsable y coherente ante el país, anunció el desconocimiento del proceso y
llamó a realizar nuevas elecciones con condiciones
Fue una jornada marcada por la
trampa, el ventajismo, el vulgar chantaje y compra de votos y el grosero uso de
los recursos públicos por parte del partido de gobierno. Henri Falcón, de
manera responsable y coherente ante el país, anunció el desconocimiento del
proceso y llamó a realizar nuevas elecciones con condiciones. Confieso que yo,
que nunca había tenido afinidad ni mayores coincidencias con Falcón, tengo por
él un renovado y profundo respeto como luchador democrático.
La construcción de grandes
coaliciones para defender la democracia se hace siempre, si ha de ser exitosa,
entre los diferentes, no entre los iguales
Presencié de primera mano los
esfuerzos que ayer se hicieron para tender puentes entre quienes participamos y
la MUD-Frente Amplio, a pesar de la cizaña de unos pocos reaccionarios que,
interesados más en saciar su desprecio por los que piensan distinto que en la
suerte de Venezuela, preferían y prefieren construir muros y divisiones entre
los venezolanos. Tuve la honrosa responsabilidad de formar parte de esa
iniciativa, que fue un preludio de lo que debe venir: la recomposición de la
unidad de todos los que adversamos a este régimen de hambre y miseria que ha
hundido a Venezuela. Y esa tarea de recomposición de la unidad debe estar
basada en el reconocimiento de la diversidad que existe, y que no puede dejar
de existir cuando un grupo tan numeroso de venezolanos se opone a un pequeño
grupo en el poder. Unidad en la diversidad. Sí, tenemos diferencias. Se ha
venido redibujando el mapa político venezolano, y en la amplísima oposición es
vital buscar coincidencias y un clima de respeto entre los sectores más
conservadores y quienes tenemos una visión progresista y popular de la
política, de la economía y de la sociedad. La construcción de grandes
coaliciones para defender la democracia se hace siempre, si ha de ser exitosa,
entre los diferentes, no entre los iguales.
Nadie se va a guardar en sus
casas, nadie se va a rendir ni a “desaparecer” del escenario político, ni los
unos ni los otros. La construcción de una verdadera unidad popular, de abajo
hacia arriba, que incorpore la diversidad sin sectarismos ni mezquindades, sin
pretender subordinar a los que piensen distinto, que sea genuinamente amplia,
ese es, hoy, un gran reto.
Nuestro compromiso sigue
intacto y es uno: luchar por una sociedad más justa y democrática, por los de
abajo
Hoy comienza un nuevo capítulo
en la historia de Venezuela. Nuestro compromiso sigue intacto y es uno: luchar
por una sociedad más justa y democrática, por los de abajo, por la construcción
de un referente popular, progresista; por el obrero, el estudiante, el joven
que no se quiere ir y los que se fueron y sueñan con volver; por los maestros,
los transportistas, médicos y enfermeras. Por y con la gente de trabajo. Es
inaceptable, como está Venezuela, cualquier propuesta que parta de dejar todo
como está o, peor, de agravar la situación de quienes más padecen.
Vienen horas intensas para
Venezuela. Es imperativo que las encaremos de frente, dando siempre la cara. De
modo que seguimos, no podemos rendirnos ni ofrecer desesperanza. Vamos a la
organización, a la acción, a la demanda popular. Esta lucha bien vale la pena.
Por Venezuela,
Daniel Fermín
21-05-18
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