Por Claudio Nazoa
A veces, no es que tengamos sobrepeso, sino que en el
cuerpo humano sobran órganos que deberían ser eliminados. Parece una locura,
pero esta fue la tesis de grado que presenté en la Escuela de Medicina de la
UCV.
He aquí, un extracto de mi trabajo.
Los ojos: son inútiles, por eso
cuando estamos cansados los cerramos. Además, como están las cosas, mejor es no
ver nada.
La nariz: es muy molesta, en
especial si tenemos gripe.
El cabello: es inútil y
odioso, tanto, que pagamos para que lo corten. Nos obliga a gastar un realero
en shampoo, acondicionador y peluquería.
Las orejas: poseen complicados
laberintos. A veces sobresalen demasiado por ambos lados de la cabeza. Son tan
feas, que se disimulan con zarcillos. Solo sirven para sostener los lentes y
para que moscas y zancudos zumben en su interior.
Los dientes: deberían
extraerse a medida que van saliendo, así no habría posibilidad de que les dé
caries.
Las tetas del hombre: es
el adorno más inservible de los hombres. Por eso se dice: “Más inútil que teta
de hombre”.
Las tetas de la mujer:
deberían estar en la espalda para que los hombres podamos admirarlas sin que su
propietaria se dé cuenta y nos cachetee.
Las manos y los brazos: tener
una sola mano y un brazo es suficiente, dependiendo si se es zurdo o diestro,
así tendríamos más espacio a los lados para caminar. Además, como dijimos que
no deberíamos tener orejas, ni nariz, habría muy poco que jurungar.
El pene: en vez de estar
adentro, está afuera. Es feo de nacimiento, rebelde, voluntarioso, obsceno e
independiente. Tiene vida propia. Casi nunca obedece y generalmente hace lo
contrario de lo que uno quiere.
La vagina: se esconde en
una cueva. Es una de las más buscadas porque por culpa de ella ha habido
enfrentamientos, guerras y muertos. Nunca he entendido por qué si tiene labios,
no habla ni tiene dientes.
El cerebro: es tan feo que
hay que ocultarlo dentro de la cabeza y debajo del inútil pelo. Es un dictador
que obliga a pensar. Es el jefe de todas las partes útiles e inútiles de
nuestro cuerpo, además, le fascinan las bebidas alcohólicas, la prueba es que
lo que tomamos se va para el cerebro.
El culo: este extraño,
excéntrico y apuñuñado órgano a quien las personas cultas llaman ano, es
tímido, gusta de estar oculto y está siempre como si acabara de chupar un
limón. No debería encontrarse entre las nalgas que lo aprisionan, lo lógico
sería que esté en el dedo gordo del pie facilitando su utilización.
Continuará…
18-06-18
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