Por AFP
Maduro, recién reelegido
hasta 2025 en unos cuestionados comicios desconocidos por gobiernos de Europa y
América, sostiene que la inflación es inducida, en una "guerra
económica" para derrocarlo
Elizabeth se indigna, pero
como venezolana se toma las cosas con humor. "¡Somos un país de
millonarios!", dice con sarcasmo, mirando espantada un viejo pizarrón
acrílico en el mercado: "Cartón de huevos = 3.000.000".
"Eres millonario porque
pagas semejante cantidad, pero tienes 36 huevos. El sueldo mínimo son
2.600.000. Con lo que trabajas en un mes, no lo puedes comprar", ilustró
esta contadora jubilada de 64 años, otrora ferviente chavista.
Es la gran ironía: la
Venezuela petrolera es un país de millonarios, pero arruinado. Elizabeth Torres
no es la única en vociferarlo.
Entre puestos de verduras,
carnes y zapatos de imitación, en el mercado de Chacao (este de Caracas) se
oyen -como en todos- quejas por el costo de vida: el salario que menciona
Elizabeth equivale a 32 dólares al cambio oficial y a apenas uno en el
paralelo.
Cada día los venezolanos
tienen que desembolsar -mejor dicho: deducir de la tarjeta bancaria, porque no
hay billetes- cifras de siete u ocho dígitos para comprar la harina de las
arepas, arroz, pan u otro carbohidrato que dé sensación de llenura.
Carmen Machado, de 57 años,
fue despedida hace unos días de una empresa de limpieza de oficinas. Le dieron
5,8 millones de bolívares por cuatro años de servicio, lo que cuesta un kilo de
carne.
Los precios son de locura.
Suben al menos dos o tres veces por semana. Según el Parlamento, de mayoría
opositora, la hiperinflación fue de 24.571% en los últimos 12 meses y acumuló
1.995% de enero a mayo.
"No vivimos,
sobrevivimos"
En un puesto para mascotas,
Olga Avilés, de 53 años, se debate entre comprar la comida del gato o un kilo
de carne para la familia. "Siempre tiene que haber una cuota de
sacrificio, si gasto en esto, no gasto en lo otro", explica a AFP.
"En Venezuela no
vivimos, sobrevivimos: si tú compras frutas, no puedes comprar hortalizas, si
compras granos no compras cereal", coincide Elizabeth.
Para facilitar el comercio y
ante la falta de efectivo, Maduro dispuso en marzo sacar nuevos billetes,
quitando tres ceros a la moneda. Se llamará "bolívar soberano", en
contraposición al "dólar del imperio".
Pero en la realidad, aunque
el gobierno vende en barrios populares ciertos alimentos subsidiados y la luz,
agua y gasolina son casi gratis, muchos bienes y servicios están tasados en
dólar negro, 30 veces el oficial.
Un pequeño sector con acceso
a dólares sobrelleva mejor la situación. "Tenemos que pedir a familiares
afuera que nos manden algo. Con lo tenemos aquí no podemos comer", dice
Aurora González, de 71 años y cuyo hijo emigró, como lo hicieron cientos de
miles de venezolanos en los últimos años.
Maduro, recién reelegido
hasta 2025 en unos cuestionados comicios desconocidos por gobiernos de Europa y
América, sostiene que la inflación es inducida, en una "guerra
económica" para derrocarlo.
El economista Luis Vicente
León atribuye el colapso al modelo económico intervencionista, al monopolio
estatal de divisas y al control de precios y de cambio, que atiza el mercado negro
del dólar.
Foto: Miguel Hurtado-
Contrapunto
"Nos manejamos en
millones pero el país está en la quiebra", resume Aurora.
Poniendo y quitando ceros
La reconversión monetaria
comenzaba el 4 de junio, pero Maduro la postergó dos meses a pedido de la
Asociación Bancaria. Los sistemas electrónicos de bancos y comercios no estaban
listos y tampoco los nuevos billetes.
León considera la medida una
"obra de arte efímera": "Quitar ceros a la moneda no apaga la
candela que origina la hiperinflación".
El director de Ecoanalítica,
Asdrúbal Oliveros, advierte que sin estabilizar la economía "en 10 meses
habrá que volver a quitar tres ceros".
Foto: Ernesto García -
Contrapunto
Pragmáticos, muchos
venezolanos ya los quitan al hablar. "Por comodidad y porque es un efecto
sicológico. Uno dice cuesta 4.500; pero noooo... son 4,5 millones", señala
Olga.
Será la segunda reconversión
en 10 años. La primera, en 2008, ocurrió cuando el gobierno del fallecido Hugo
Chávez (1999-2013) puso a circular el "bolívar fuerte", que también
eliminó tres ceros.
Por mucho tiempo los
billetes más grandes fueron de 100 bolívares y había que llevarlos en bolsas o
mochilas para pagar cualquier cosa.
A fines de 2016, el gobierno
sacó un cono monetario de entre 500 y 20.000. En 2017 la máxima denominación
subió a 100.000, que ya no da ni para comprar un huevo. En la nueva
reconversión, el de mayor valor será de 500 bolívares. Con los tres ceros es lo
que hoy cuesta un café.
La inflación los devoró a
todos. Sin transacciones electrónicas es imposible vivir en Venezuela, donde
según sus principales universidades la pobreza escaló a 87% en 2017.
"Millonarios de
mentiras, lo que estamos es más pobres", dice resignada Elizabeth.
19-06-18
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