Miguel Méndez Rodulfo 29 de junio de 2018
El
Acueducto Metropolitano de Caracas, fue construido por etapas: Tuy I (1960),
Tuy II (1967) y Tuy III (1981). Actualmente se está construyendo el Tuy IV,
planificado en los años 80, y que se debió concluir en 2012. Esta vasta red
integrada de embalses, represas, acueductos, estaciones de bombeo, plantas de
tratamiento y redes de distribución, es uno de los sistemas más complejos de
operar del mundo por las distancias que debe recorrer (hasta 130 Km) y por las
alturas que debe remontar (900 msnm a Caracas y 1.900 msnm hasta El Junquito).
Los primeros tres sistemas fueron diseñados para aportar a la ciudad capital un
caudal de más de 21.000 lts/seg; sin embargo por una pésima gestión gerencial,
por haber abandonado el mantenimiento preventivo y correctivo, por falta de
presupuesto, por no haber ajustado las tarifas, por la militarización del
sistema, por la corrupción, etc., en estos momentos a Caracas sólo entran
13.000 lts/seg. Cuira o Tuy IV, de estar concluido aportaría 10.000 lts/seg,
suficiente para conjurar el déficit citadino y para aliviar al embalse
Camatagua, de manera que éste pudiera nuevamente ser utilizado para riego.
El régimen,
en 19, años no planificó ninguna obra en materia de Agua Potable y Saneamiento,
pero tampoco construyó nada en este aspecto, ya que nunca ha podido terminar el
Tuy IV; sólo construyó la represa de Caruachi en el Caroní, como obra nueva,
pero ésta asociada a la generación de hidroelectricidad (tampoco nunca terminó
Tocoma). De los 86 grandes embalses en Venezuela, todos fueron construidos en
la democracia. De esta manera han transcurrido más de 20 años sin que se
construyan embalses, acueductos, estaciones de bombeo ni redes, en tanto que la
población ha crecido. Hay 5 millones y medio de metros de tuberías que
conforman el gran sistema de distribución de agua en la zona metropolitana;
estos tubos ya han completado su vida útil y requieren ser reemplazados. El
incidente ocurrido hace poco en El Hatillo, en el alimentador sur denominado La
Toma, que parecía un río desbordado, obedeció a una falla eléctrica que produjo
un vacío en la tubería, la cual al volverse a llenar originó una mayor presión
que hizo colapsar las paredes frágiles del tubo. Otro problema que afecta la
adecuada prestación del servicio, además de las roturas de las tuberías, de las
tomas clandestinas y de que en vez de 400 cuadrillas de mantenimiento
atendiendo a la ciudad, existen actualmente 20, es que las sesenta estaciones
de bombeo que operan dentro de la ciudad están en condiciones precarias.
Los
embalses de la Mariposa y La Pereza, concebidos como reservorios o respaldos
para la ciudad en caso de falla en el suministro del Tuy, no funcionan como
tales y apenas si proveen muy poca agua. Tampoco nunca se construyeron los
embalses de El Encantado, Las Adjuntas y la Dolorita. En el caso de Macarao, no
lo pusieron a funcionar.
Pero
lo que pone en serio riesgo el suministro de agua a Caracas y que podría
generar un colapso es la situación de las grandes bombas electromecánicas que
suben el agua desde los embalses del Tuy. De las cuatro estaciones de bombeo
del Tuy I, que opera cada una con 4 bombas, sólo uno de estos equipos de
impulsión de agua está operativo en cada estación; lo que equivale a que el
sistema funcionara con una sola estación. El sistema Tuy II que debe operar
igualmente con cuatro estaciones de bombeo, cada una con 6 bombas, cuenta
solamente con 3 equipos por estación; lo que implica que en realidad el sistema
opera con sólo dos estaciones. El sistema Tuy III, que cuenta con 4 estaciones,
tiene la particularidad de que las dos primeras funcionan con 5 bombas
antiguas, en tanto que las otras dos tienen 5 bombas modernas. Como estas
bombas de una estación a otra tienen que funcionar en paralelo, las nuevas
deben operar en forma regulada; es decir, a menor capacidad, lo que dificulta
su operación y acorta su vida útil. Este grave problema de operación y
mantenimiento de las bombas y las cada vez más frecuentes fallas del sistema
eléctrico nacional, presagian un colapso en el suministro del agua a Caracas.
Por
último el tema de la calidad del agua no es menos grave. Es obvia a la vista la
turbidez del agua que llega a los hogares. Esto se debe al trasvase de líquidos
que llegan a Camatagua, desde el Lago de Valencia, a la muy alta contaminación
del río Tuy, al mal manejo de las plantas potabilizadoras y a la escasa
cantidad de sulfato de aluminio y de cloro que se le añade al agua. Proveer
agua en malas condiciones puede dañar la salud de la población, contraviene los
derechos humanos y es un delito.
Miguel
Méndez Rodulfo
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