Rosana Sosa García 25 de junio de 2018
La
caída de la producción petrolera es dramática. El flujo de caja neto oscila
entre 400 y 600 mil bpd. El régimen es incapaz de cumplir los convenios con sus
socios. El aislamiento financiero no tiene solución con este régimen. El
descenso continuará. Se acentuará la crisis humanitaria. El estamento político
del régimen se resquebraja. El declive de los ingresos merma la renta per
cápita del estamento militar. Las estrategias diplomáticas y el uso de la
justicia serán aliados del cambio. Este año será decisivo.
La
pérdida de todos no le conviene a nadie
El
descenso de la producción petrolera venezolana es dramático. Andamos en 1,36
mill de bpd en mayo de 2018, según cifras OPEP. El espiral de descenso de la
producción de petróleo coloca al país es una situación insostenible desde el
punto de vista económico y social.
El
flujo de caja neto oscila entre 400.000 bpd y 600.000 bpd, descontando el
consumo interno y pagos de deuda por convenios.
Actualmente
Venezuela es incapaz de cumplir con los convenios de exportación hacia China,
India, Rusia, América Central y el Caribe que requerían una producción para
junio de 1.495 mill de bpd.
Según
informe del jefe de Commodities del Citi, Ed Morse, “Se estiman solo 28
taladros activos cuando se necesitan al menos 50 para que se eleve la
producción, esta semana cerraron producción los 4 mejoradores de crudo de la
faja, una producción combinada de unos 450MBD”.
Ningún
otro país productor de petróleo muestra resultados similares, aparte de Iraq
que perdió 856.000 bpd en medio de sus guerras internas.
Un
escenario optimista de producción de petróleo que estimamos sobre la base de
1,62 mill de bpd con base al cierre de 2017 nos daba que el país recibiría por
exportaciones entre 21.000 y 24.000 mill de dólares, con vencimientos de deuda
por encima de 11.000 mill de dólares que no pagan, las reservas líquidas
internacionales prácticamente inexistentes por debajo de 500 millones de
dólares, sin financiamiento externo.
Aislamiento
financiero sin solución bajo este Régimen
De
nuestras cifras se desprendía que Venezuela solo recibiría entre 15.000 y 18.000
millones de dólares, pero este escenario ya es muy optimista .
Si el
flujo de PDVSA es de 352mbd,estamos hablando de 7.000 MMUSD al año. Una cifra
escalofriantemente incipiente frente a las necesidades del país.
Con
este nivel de ingresos se acentuará la crisis humanitaria , la masiva muerte de
seres humanos por infecciones bacterianas de hospitales insalubres, el
contingente de vidas comiendo de la basura, el desempleo, la ausencia de
servicios públicos, los salarios que no rinden ni para un pasaje. Tendremos un
país sumido en la depauperación humana.
El
pilar petrolero que sostiene el estamento político se resquebraja sin solución
bajo este régimen, y por encima del maniqueísmo político la realidad económica
y social hará un efecto dominó en la política venezolana en el corto plazo.
Esto
es un escenario muy probable ya que la historia nos demuestra la trascendencia
del impacto económico en la inestabilidad política, siendo Cuba una excepción
de la regla.
La
desinversión pública y privada de la industria no tiene marcha atrás y sus
consecuencias en el declive petrolero tampoco, la caída de los ingresos mermará
la renta per cápita del estamento militar y socios políticos del régimen y ello
aunado a la extenuación social y la pobreza crítica que afecta la vida del
venezolano común intensificará el descalabro social sin precedentes que vive
nuestro país, a la postre esta coyuntura será insostenible pues Venezuela tiene
importancia en la geopolítica mundial y este conflicto tiene dolientes.
Las
estrategias diplomáticas y el uso de la justicia serán aliados del cambio pues
a pesar de que países europeos importantes como Italia y Portugal han ignorado
su participación en la diatriba de la Haya, es un deber político para la gran
cantidad de inmigrantes que aún viven allá.
La
razón primordial por la que avalamos en términos de política económica la
inviabilidad del régimen se basa en que su continuidad apuntala pérdidas para
todos incluyendo los afectos al Régimen actual, lo que conducirá a un aislamiento
político del gobierno de Maduro.
La
concepción del cambio político y la aplicación de un programa económico será
una vía expedita para reducir la presión del éxodo constante, la pobreza
crítica y la crisis humanitaria.
Este
año será decisivo para la prueba definitiva del curso que tomara el país, los
hechos desencadenados no tienen escalas y sus dimensiones apuntalan a un
movimiento drástico de los actores del poder que se están quedando solos.
Rosana
Sosa García
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