Por Jeanfreddy Gutiérrez
La respuesta oficial ante
la escasez y el deterioro del servicio de agua potableen el país
siempre ha sido señalar causas externas. A la caída de los niveles de
los embalses por la sequía se culpó a los efectos
atmosféricos de El Niño y al Cambio Climático, mientras la
“guerra económica” fue la responsable de la falta de recursos presupuestarios.
Luego se aseguró que la deforestación fue causada por la minería
ilegal. Pero la realidad evidencia que en Venezuela “no hay agua”
principalmente por corrupción y negligencia.
Según lo publicado en
la Memoria
del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas(Minea) de 2015,
firmado por el entonces ministro Ernesto Paiva, las hidrológicas
regionales ya señalaban a la falta de acceso a materiales, equipos
y proveedores debidamente registrados, los retrasos en
las licitaciones, la obsolescencia de la ya
deficiente infraestructura hidrológica y
la insuficienciade recursos financieros como justificaciones
para incumplir con el Plan Nacional de Aguas y la mejora de la
potabilización, distribución y recolección. Muchas de las obras no completadas
aún siguen pendientes durante este 2018.
Sin potabilización ni
información
El plan para rehabilitar
y optimizar las ocho plantas mayores de potabilizaciónpor parte de
la C. A. Hidrológica Venezolana (Hidroven), con un financiamiento de
250 millones de dólares por parte de la Corporación Andina de Fomento,
solo logró un 38% de sus metas físicas durante 2015, lo que en la práctica
implicó rehabilitar apenas dos plantas: la Jusepín,
en Monagas y la Mundo Nuevo, en el municipio Freites, Anzoátegui.
Entre los obstáculos citados
en el documento por parte de Hidroven para explicar la falta de
cumplimiento están la insuficiencia de materiales, accesorios y equipos
necesarios, retrasos en la contratación de los diseños de ingeniería,
los procesos de licitación de obras, bienes y servicios y las
aprobaciones y toma de decisiones por cambios directivos.
Estas dificultades indicadas
son exactamente las mismas que las que aparecen en la rendición de cuentas
de 2014 para explicar porqué ese año solo realizó el 3% de
las obras de potabilización. Se desconocen los reportes oficiales
durante 2016 y 2017, porque las Memorias de esos
años no fueron entregadas a la Asamblea Nacional.
Deterioro en el centro
Hidrocentro, encargado del
servicio en Cojedes, Carabobo y Aragua, aunque también
administra el embalse de Camatagua que surte a Caracas, señala que
aunque alcanzó el 100% del Plan Nacional de Aguas para su
jurisdicción, al mismo tiempo sólo el 87% de la recolección de aguas servidas,
debido a los siguientes obstáculos:
.- Deterioro manifiesto
en las grandes instalaciones del Sistema Regional del Centro I y
II causando variaciones de los caudales así como mayores demandas de
sustancias químicas, altas pérdidas en el proceso
de potabilización, daños en los equipos, afectación de la calidad y
altos consumos eléctricos.
.- Dificultad para realizar
trabajos de reposición,
sustitución, mantenimientoy/o rehabilitación en la
infraestructura de servicios sanitarios (mayor y menor,) debido a que
parte de ésta se encuentra comprometida y debe permanecer en funcionamiento.
.- Nivel crítico de
almacenamiento del Embalse Canoabo, estado Cojedes, producto de un
fuerte período seco presente desde principios del año 2014que
inicia descenso considerable y paulatino en toda la región costera, aunado
a ocupaciones no autorizadas sobre los márgenes del área protectora e
inundable del mismo.
A contrapelo de esto último,
la entonces presidenta de Hidrocentro, Luigina Cercio, había
asegurado que estas invasiones no
afectarían el desempeño del embalse. El
exparlamentario Germán Benedetti ha denunciado que el embalsefue
secado y abandonado por negligencia, así como pasa cumplir con un acuerdo
no oficial con los pisatarios, y que los cortes eléctricos y la
muy baja calidad en el agua dificultaría la producción y
bombeo de la misma.
La falta de distribución fue
crónica hasta diciembre de 2017, cuando finalmente se puso en funcionamiento de
nuevo la Estación de Bombeo Pao, después de 13 meses en reparación,
aunque ahora los habitantes de Carabobosufren por el corte del servicio
por las fallas eléctricas.
No es el único problema de la
hidrológica central. La calidad del agua sigue
siendo dudosa: con excesos de cloro y aluminio, como admitían
en 2015 y según los datos ofrecidos en su web. Las
obsoletas potabilizadoras no pueden tratar el agua contaminada por el
trasvase del Lago de Valencia al embalse del Pao, según ha denunciado
Benedetti en sucesivas ocasiones.
Por su parte, la Empresa
Regional Desarrollos Hidráulicos Cojedes, solo logró el 14% de la ampliación de
la recolección y tratamiento de aguas servidas en Barinas,
Cojedes, Lara, Portuguesa y Trujillo.
En 2016 sus
directivos fueron citados por la Asamblea Nacional para explicar porqué
no se había completado el dragado del río Santa Inés en Barinas en
el eje Santo Domingo-La Luz. Este río, que nace en Mérida y
desemboca en Barinas, es además la fuente de agua natural de varias poblaciones
llaneras, y afluente del embalse que nutre a la hidroeléctrica José
Antonio Páez. Como su cauce pasa por la falla de Boconó, la erosión y los
taludes son comunes, como explica la web Ríos del Planeta, por
lo que estas obras deben ser constantes.
En Falcón se quedaron cortos,
y siguen secos
HidroFalcón, que surte a
los municipios Carirubana, Falcón y Los Taques, cerró
el 2015 anunciando un nuevo plan
especial de abastecimiento por la sequía, pero no
completó todas las obras necesarias para enfrentarla. De esta forma,
alcanzó el 73% de la prestación de servicio y recolección de aguas
servidaspero solo el 65% de la rehabilitación del sistema hidráulico de
los embalses Hueque y Barrancas; llegó al 60% de la sustitución de
acueductos y colectores en el municipio Judibana; se instaló sólo 17% de
las conchas de acero para el sistema de distribución del acueducto El
Falconiano y apenas el 10% de la adecuación de los Tanques
de Jayana–Los Taques.
Tampoco se terminó el tanque
de 80 mil litros para el Sector Playa Bonita en la
parroquia Bruzual del municipio Urumaco, que logró un 45% de
avance. Las plantas de potabilización Manantial Los
Mitares del municipio Bolívar se quedaron en 42%,
mientras el sistema de abastecimiento para El Sector Vijagüita,
Parroquia San José de Seque, municipio Buchivacoa tampoco se
completó, aunque obtuvo un 80% de culminación.
Sobre las obras
inconclusas se admiten obstáculos también argüidos
por Hidroven e Hidrocentro: escasez de materiales e
insumos, deficiencias de maquinarias, obsolescencia de los equipos e
instalaciones operativas, redes de distribución de agua potable y de
recolección de aguas servidas, “lo cual generó aumento o recurrencia
de reparaciones”. Además, señalan elincremento en los costos y
exigencias de pago de contado para la adquisición. Nada atmosférico
ni atribuible a ataques internacionales.
Ambos embalses ubicados en
la Península de Paraguaná han bajado drásticamente sus niveles de
agua durante los últimos años, tanto como para que Hueque saliera de
servicio desde enero de 2017 a pesar de habérsele trasvasado
agua desde otros embalses y la barca de
toma en Barrancas tuvo que ser movida para sacar agua
del fondo desde varios meses antes.
El 14 de junio de 2018 el
gobernador del estado Falcón, Víctor Clark, admitía que los retrasos
de las obras continuaban al prometer que pronto se reactivaría
el bombeo desde ambos reservorios de agua pero
que “mientras hacemos los trabajos para mejorar el caudal de
agua necesario tanto por el sistema el Falconiano como por el Bolivariano
que lo vamos a activar, podamos contar en estos 15 días con un plan organizado
que les permita a las comunidades tener certeza de cuando les va a llegar
el agua”.
El proyecto “culminado”
Odebrecht
El caso de la zuliana Hidrolago es
el único que en la Memoria del 2015 señala que no
obtuvo 100% de ejecución en ninguna de sus obras. La responsabilidad recaería
sobre el retraso en los procesos de contratación, procura de los
materiales y equipos importados; así como las lluvias frecuentes en
la zona.
Entre las más
retrasadas está el sistema de producción y abastecimiento
de Pueblo Viejo (Convenio Ducolsa) con solo 19,45% de ejecución pero
que usó más de la mitad del presupuesto; y los servicios de Agua Potable y
Saneamiento en los ejes Planicie de Maracaibo y Costa
Oriental Centro que consumieron todos los recursos asignados para sólo
cumplir con el 56,24% de la meta.
Mientras la gerencia de la
hidrológica ha sumado las constantes fallas eléctricas para la falta de
distribución de agua en el Zulia durante 2018, como en Carabobo,
el Proyecto Agrario Socialista Planicie de Maracaibo, a cargo
de Odebrecht, sigue dormitando entre las promesas de reactivar las obras
que nunca terminó el gigante brasileño.
Aún así, en la web de la
contratista aparece como el único proyecto culminado en Venezuela: se
habría entregado en abril de 2015 con “viviendas, escuelas,
estructuras para ganadería de doble propósito, agricultura y manufactura”. Sin
embargo, para 2017 se conoció que se culminaron apenas el 40% de las
obras, que incluían un sistema de riego para 27 mil hectáreas, y otras que
no funcionaban.
Foto: Caraota Digital
16-06-18
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