Por Oscar Bastidas Delgado
El pasado sábado 7 se celebró
en el planeta el Día Internacional de las Cooperativas establecido mediante
Resolución 47/90 del 16/12/1992. Ya en 1923 el Comité Ejecutivo de la Alianza
Cooperativa Internacional (ACI) había recomendado esa recomendación por el
centenario de la creación de la ACI en Londres en 1895. Hoy, el cooperativista
constituye el mayor movimiento socio – económico mundial con más de
1.200.000,000 asociados y unos tres millardos de terrícolas adicionales que
organizan su trabajo en torno a él o se relacionan. Esas dimensiones y las que
se relatan a continuación, han sido posibles gracias a los procesos de
intercooperación e integración cooperativa, sin integración pueden existir
cooperativas, pero no cooperativismo.
Conocer sus experiencias y
sistematizar sus elementos comunes es fundamental para dominar su
funcionamiento y alcances al mismo tiempo que se aportaría a la construcción de
una Teoría del Cooperativismo; los rasgos básicos de ellas constituyen la
Identidad Cooperativa, destacan los valores y sus bases organizacionales
acompañadas de una lógica de funcionamiento que facilita a los cooperativistas
de cualquier rincón del planeta comprenderse y relacionarse sin mayores
complicaciones.
Una visión mundial de conjunto
indicaría que las cooperativas son ricas en experiencias, ellas abarcan desde
unas muy sencillas de trabajo asociado como las de peluquería, talleres
mecánicos, artesanía, herrería, carpintería, profesionales del periodismo, de
cine, de contabilidad, sociólogos, escuelas, pasando por otras intermedias como
clínicas, escuelas y universidades, de producción y distribución agrícola,
hasta otras grandes con increíbles volúmenes de asociados y operaciones como
los complejos financieros al estilo del Credit Agricole en Francia, el
Movimiento Desjardins en Canadá, el Banco Raiffensen en Alemania, y las
industriales como la Lechera Arla al norte de Europa y la Corporación
Cooperativa Mondragón (MCC) en el País Vasco.
En ese nivel los impactos son visibles.
La iniciativa “Global300” de la ACI (2005) reveló en su tercera edición, que el
volumen de negocios de las mayores 300 cooperativas había crecido un 11,6%
hasta alcanzar los 2,2 billones de US$ en el 2012, monto superior al PIB de
Italia o Canadá. Cabe hablar del empleo cooperativo, se estima que involucra al
menos 250 millones de personas en 74 países que cubren el 79% de la población
mundial: 10,8 millones trabajan con trabajadores – asociados y 15,6 millones
como empleados para un total de 26,4 millones de personas laborando en
cooperativas, a ellos se suman 223,6 millones de productores que organizan su
trabajo en este ámbito. En USA emplean a más de 2 millones de personas; Francia
e Italia a 1 millón y 1,1 millones respectivamente; Brasil 274.000; Argentina
unos 290.000; y Colombia 700.000.
En nuestro país existen
cooperativas desde principios del pasado siglo pero adquirieron un verdadero
empuje con el inicio de la democracia representativa a inicios de la década de
los 60s, en ese lapso se constituyeron capítulos, federaciones y centrales
cooperativas, en ese orden, y son varias de ellas las que aún marcan pautas en
variadas comunidades del país como sucede con el Servicio Funerario de la
Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave), las Ferias de Lara y
cooperativas de base como la San José Obrero en Punto Fijo, La Florencia en
Rubio y Corandes en Tovar, todas ellas como ejemplo de que el cooperativismo si
tiene fortalezas, en abierta contradicción con las impulsada bajo el populismo
del fallecido Chávez.
Efectivamente, las impulsadas
por Chávez solo sirvieron para horribles records mundiales: 1.- mayor
número de cooperativas de país alguno constituidas en menos de 5 años: 155.000
entre el 2002 y julio 2005; 2.- mayor cementerio de cooperativas del planeta:
no menos de 380.000 hasta el 2014; 3.- mayor ejército de ciudadanos frustrados
en emprendimiento cooperativo: 380.000 x 16 constituyentes en promedio por
cooperativa; 4.- permitir el funcionamiento sin supervisión alguna del mayor número
de cooperativas falsas del planeta, numerosas pertenecientes a oficialistas que
hacen jugosos negocios con ellas; y otros records.
En conclusión, apartando las
falsas, en nuestro país y en el mundo puede hablarse de circuitos económicos
cooperativos en contraposición a circuitos capitalistas privados sin
Responsabilidad Social alguna y a capitalismos salvajes de Estado como el
venezolano; también hablarse de una opción globalizadora de las Organizaciones
de la Economía Social (OESs): asociaciones, cooperativas y mutuales, que haga
contrapeso a la Globalización Neo –Liberal
20-07-18
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