AFP 28 de julio de 2018
¿Desatará
un estallido social? ¿Obligará al gobierno a liberar la economía? La inflación
en Venezuela llegaría a 1.000.000% este año, según una proyección del FMI que
plantea escenarios volátiles con una única certeza: el dramático deterioro de
las condiciones de vida de los ciudadanos.
Hoy el
ingreso básico de un venezolano -1,5 dólares a la tasa del mercado negro-
apenas alcanza para un kilo de pollo. Mientras, las finanzas públicas
languidecen por el derrumbe de la producción petrolera, que aporta 96% de los
ingresos.
El
sombrío panorama que avizora el FMI -con una caída del PIB de 18%- no le
extraña sin embargo a quienes padecen la crisis en carne propia.
“Ya
nada me sorprende. Día a día, las cosas aumentan. No es gradual, es
exponencial”, comentó Marcos Salazar mientras comía, en un puesto callejero,
una hamburguesa que le costó un salario mínimo. Profesor de 31 años, sobrevive
con tres trabajos y remesas de familiares.
Se
estima que 1,6 millones de venezolanos emigraron desde 2016 a raíz de la
debacle, que según las principales universidades del país elevó la pobreza a
87% en 2017.
El FMI
cree que ese éxodo se intensificará, además, por la escasez de comida y
medicinas y el deterioro de los servicios públicos, con un fuerte impacto en
toda la región.
“Reformas profundas”, única vía
Según
la OPEP, la producción de la estatal petrolera, casi única fuente de divisas,
cayó de 3,2 millones de barriles diarios (mbd) en 2008 a 1,5 millones en junio
pasado, impidiendo aprovechar la recuperación de los precios.
El
desplome continuará hasta 1,3 mbd a fines de año, según la consultora
Ecoanalítica, acentuando un déficit que expertos cifran en 20% del PIB.
“De la
hiperinflación solo se sale con reformas económicas profundas. Así han
terminado todos los casos”, dijo Henkel García, director de la consultora
Econométrica, señalando que estos fenómenos no se mantienen de forma
permanente, como demostró el caso de Zimbabue.
EL FMI
prevé, no obstante, que el gobierno socialista de Nicolás Maduro seguirá
cubriendo el déficit con financiamiento monetario, principal propulsor de la
inflación.
La
base monetaria se multiplicó por 250 en los últimos dos años, según el Banco
Central.
García
apunta que además de frenar esa expansión, urge rescatar la industria -que
funciona al 30% de su capacidad- y desmontar el control de precios y del tipo
de cambio, que confiere al Estado el monopolio de las divisas.
No hay interés del gobierno
También
es vital encontrar financiamiento, con el obstáculo de las sanciones de Estados
Unidos contra Venezuela y PDVSA, en default parcial por impago de títulos de
deuda.
Econométrica
estima necesario inyectar entre 20.000 y 30.000 millones de dólares anuales por
dos o tres años.
Sin
embargo, “no se vislumbra interés alguno del Ejecutivo para modificar la
política económica”, salvo algunas flexibilizaciones cambiarias, considera
Ecoanalítica en su más reciente informe de perspectivas.
Estallido incierto
Nicolás
Maduro, cuya reelección el pasado 20 de mayo desconoce gran parte de la
comunidad internacional, tiene al frente un desafío de equilibrista para no
perder el control.
Enfrenta
crecientes protestas de empleados estatales por mejoras salariales y de
ciudadanos hartos por las continuas fallas en los servicios públicos.
Esas
manifestaciones, sin embargo, están atomizadas y no cuentan con el liderazgo de
la oposición, por ahora desarticulada y con varios líderes presos o exiliados.
“La
protesta social va a seguir aumentando”, declaró el analista político Michael
Penfold.
Al
mismo tiempo, y con escasos recursos, debe atender las demandas de una
coalición gobernante compuesta -según Ecoanalítica- por “múltiples grupos
captadores de rentas”.
A
juicio del politólogo Miguel Martínez Meucci, “la principal amenaza para Maduro
sigue siendo la fractura de las Fuerzas Armadas”, cuyo alto mando, tiene poder
político y económico.
Moneda con cinco ceros menos
° El presidente Nicolás Maduro anunció que eliminará cinco ceros a la moneda venezolana.
Originalmente,
se había anunciado la emisión de nuevos billetes con tres ceros menos, que
entrarían en circulación el próximo 4 de agosto. Ahora serán cinco.
Según
Maduro, la medida busca “facilitar las transacciones financieras” y “proteger”
la moneda local.
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