James Martin, SJ 21 de julio de 2018
“¡Regocíjate
y sé feliz!” Es lo que Jesús dijo en el Sermón de la Montaña. Es también el
título de la nueva Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la santidad
en la vida cotidiana. ¿Por qué deberíamos “regocijarnos y ser felices”? Porque
Dios, como nos recuerda el Papa Francisco, nos llama a todos a ser santos. Pero
¿cómo podemos responder a tal llamado?
Bueno,
aquí hay cinco conclusiones de la nueva y muy práctica Exhortación del Papa
Francisco.
1. Santidad significa ser tú mismo
El
Papa Francisco nos ofrece muchos ejemplos de vidas santas a través de su
documento: Santa Teresa de Lisieux, la Carmelita francesa que encontró la
santidad haciendo pequeñas tareas; San Ignacio de Loyola, el fundador
Jesuita que buscó encontrar a Dios en todas las cosas; San Felipe Neri, el
fundador de los Oratorianos famoso por su sentido del humor.
Los
Santos rezan por nosotros y nos dan ejemplos de cómo vivir, pero no estamos
destinados a ser versiones de ellos. Estamos destinados a ser nosotros mismos,
y cada creyente está destinado a “discernir su propio camino” y sacar los mejor
de si mismos.” Como lo dijo Thomas Merton, “Para mí ser un santo significa ser
yo mismo.
2. La
vida cotidiana puede conducir a la Santidad
No
necesitas ser un Obispo, un sacerdote o un miembro de una orden religiosa para
ser Santo. Cada uno está llamado a ser un Santo, como nos lo recuerda el
Concilio Vaticano II— una madre o un padre, un estudiante o un abogado, un
maestro o un conserje. “Santos al lado,” el Papa Francisco los llama. Todo lo
que necesitamos es “vivir nuestras vidas en amor” y “dar testimonio” a Dios en
todo lo que hacemos.
Eso
tampoco tiene que significar grandes acciones dramáticas. El Papa Francisco
ofrece ejemplos de santidad cotidiana, como un padre amoroso que cría a un
niño; así como también “pequeños gestos” y sacrificios que uno puede hacer,
como decidir no contar chismes. Si usted puede ver su propia vida como una
“misión,” entonces usted pronto se da cuenta de que usted puede simplemente ser
amoroso y amable para avanzar hacia la santidad.
Tampoco
tiene que “desmayarse en éxtasis místico” para ser un Santo o caminar con los
“ojos bajos.” Ni se debe retraer de otras personas. Por otro lado, no querrás
quedarte atrapado en la “carrera de rata” de correr de una cosa a otra. Un
equilibrio entre la acción y la contemplación es esencial.
3.
Dos tendencias a evitar: Gnosticismo y Pelagianismo
EL
Papa Francisco puede enviar a las personas en una carrera hacia cualquiera de
sus diccionarios o sus libros de textos de teología cuando nos pide que
evitemos dos peligros en la vida espiritual.
El
primero es el Gnosticismo, de la palabra Griega Gnosis, para saber.
EL Gnosticismo es la vieja herejía que dice que lo que más importa es lo que
sabes. No hay necesidad de ser caritativo o de hacer buenas obras. Todo lo que
necesita es el enfoque intelectual correcto. Hoy el
Gnosticismo, tienta a las personas a pensar que ellos pueden hacer la fe
“completamente comprensible” y los conduce a querer forzar en otros a adoptar
su manera de pensamiento. “Cuando alguien tiene una respuesta para cada
pregunta,” dice el Papa Francisco, “es una señal de que ellos no están en el
camino correcto.” En otras palabras, ser un sabelotodo no te va a salvar.
La
segunda cosa a evitar es el Pelagianismo, llamado así por Pelagio, el teólogo
del Siglo V asociado con esta idea. El Pelagianismo dice que nosotros podemos
cuidar de nuestra salvación a través de nuestros propios esfuerzos. Los
Pelagianos confían en su propios poderes, no sienten que necesitan la Gracia de
Dios y actúan superiores a otros porque ellos observan ciertas reglas.
Los
Pelagianos de hoy a menudo tienen, dice el Papa, “una obsesión con la ley, una
absorción con las ventajas sociales y políticas, preocupación puntillosa con la
liturgia, la doctrina y el prestigio de la Iglesia.” Es un peligro real para la
Santidad porque nos roba la humildad, nos pone sobre los demás, y deja poco
espacio para la Gracia.
4. Se
amable
“Gaudete
et Exsultate” está lleno de consejos prácticos característicos del Papa
Francisco para vivir una vida de Santidad. Por ejemplo, no chismes, deje de
juzgar y, lo más importante, deje de ser cruel.
Esto
va para acciones en línea, también. Los comentarios del Papa Francisco sobre
este tema son memorables. En línea, él escribe, “la difamación y levantar
calumnias puede convertirse en algo común … ya que las cosas pueden decirse
allí que serían inaceptables en el discurso público, ya que las personas buscan
compensar su propio descontento atacando a los demás…. Al afirmar respetar
otros mandamientos, ellos completamente ignoran el octavo, que prohíbe levantar
falsos testimonios ni mentir y vilipendiar despiadadamente a los demás.”
Para
ser Santo, sé amable.
5.
La Bienaventuranzas son una hoja de ruta para la Santidad
Como
se puede adivinar por el título del documento, las Bienaventuranzas, la lista
de Jesús de “benditos ares,” son centrales para esta Exhortación. La
Bienaventuranzas no son sólo que que Jesús quiere decir por Santidad, sino que
también son un retrato de nuestro Señor mismo. Así que estamos llamados a ser
pobres en espíritu, mansos, pacificadores, a tener hambre y sed de rectitud, y
así sucesivamente.
Pero
permítanme centrarme en una Bienaventuranza: “Bienaventurados los
misericordiosos.” El Papa Francisco dice que la misericordia, uno de los temas
centrales de su Papado, tiene dos aspectos: ayudar y servir a los demás, pero
también perdonar y comprender. Jesús no dice, “¡Bienaventurados son aquellos
con traman venganza!”
Y,
¿cuál es el resumen general de Santidad del Papa Francisco? Se basa en las
Bienaventuranzas: “Ver y actuar con misericordia.”
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