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domingo, 29 de julio de 2018

Manuela Bolívar: El liderazgo político joven es una amenaza para el Gobierno por @contrapuntovzla



Por Emma Sánchez Álvarez


La joven dirigente de VP plantea que "es necesaria la articulación de todas las organizaciones" para resistir la "hecatombe social" que padece el país y los venezolanos

El liderazgo joven de la oposición ha sido fundamental en las luchas contra el Gobierno chavista, ahora madurista, durante estos últimos 18 años. En ese sentido, Voluntad Popular (VP) tiene en sus filas a Manuela Bolívar, joven madre dirigente, graduada en Psicología en la Universidad Católica Andrés Bello y diputada por el estado Miranda en la Asamblea Nacional.

Contrapunto quiso pulsar la opinión de esta destacada dirigente de VP sobre la situación del liderazgo joven de la oposición, su visión de país y su misión como venezolana activa en la política.


—¿Qué está haciendo el liderazgo joven en Venezuela?

—Yo creo que resistir a la hecatombe social que vivimos es resistencia para mantenernos libres ante el modelo totalitario. Para nadie es un secreto que el liderazgo joven es una amenaza para el Gobierno, tanto es así que todos los días vemos como los líderes políticos están en el exilio o están presos. Luego, por otro lado, tratando de irrumpir, y en el caso de Voluntad Popular, sobre nosotros ha estado la conducción del partido, y en ese sentido Leopoldo y todos los miembros fundadores lo hacemos sin diferencias generacionales porque más bien hemos tenido mucha participación en la toma de decisiones en nuestro partido. No es así en las otras organizaciones políticas en las que tienen un gran reto.

—Pero aún ese liderazgo joven de políticos se percibe que le falta muchísimo, porque después de 18 años estamos peor que cuando comenzamos.

—Sí, pero es que aquí había una élite. Si el final de esta etapa dependía de los jóvenes que hemos crecido con esto, es complicado porque ese final no es el único factor. Aquí hubo una élite académica e incluso política que en una etapa se planteó esto como una crisis de la democracia, donde las elecciones eran una tesis de salida, pero ahora no es suficiente. Llegamos a un punto en donde ya no importa manipular los resultados para mantenerse en el poder. Esta es la etapa oscura en la que estamos. Por eso no solo depende de los jóvenes, la sociedad democrática toda tiene que plantearse cómo superar esta etapa, porque hoy en día nos necesitamos todos, esa es la verdad.


—Pero, entonces, ¿el liderazgo joven se dejó llevar por lo que llama élite de los partidos políticos?

—No, al contrario, lo que pasa es que no tenemos aún la conducción política. Hoy ¿quiénes, salvo Freddy Guevara de Voluntad Popular, participan en la toma de decisiones políticas? Yo creo que no solo es cuestión de los jóvenes, que somos importantes. Creo que el cuestionamiento pasa a toda la sociedad porque en efecto ya hoy en Venezuela no se discrepa si es una dictadura o no. En 2014 eso no era la verdad, se creía que era solo una crisis de la democracia y poco a poco hemos visto los rasgos totalitarios de lo que vivimos. Entonces todos tenemos un gran reto, porque nuestro futuro depende de lo que ocurra en los próximos tiempos.

En la sociedad venezolana tenemos que digerir que estamos confrontando un sistema totalitario que tiene como objeto aniquilar los elementos democráticos del sistema social, y ese aniquilamiento es total, sicológico y espiritual. Vemos todo lo que ha ocurrido con encarcelamientos políticos, exilados y asesinatos.
—Esa sociedad a la que apela se ha dejado llevar durante 19 años por un liderazgo dividido y que, según muchos analistas, ha dejado de tener un hilo conductor y matriz única. Ahora cada quien anda por su lado, tienen sus proyectos personales, y en estos momentos es cuesta arriba la salida electoral por la diáspora de venezolanos opositores.

—No toda la oposición se ha ido, yo estoy aquí. Ahora, ¿cuál ha sido para mí un error? Primero se planteó una coalición con una estrategia electoral, y ahora no teniendo el escenario electoral, la pregunta es qué hacemos. Yo creo que allí hay un tema de discusión de fondo para definición del sistema. Aquí es donde radican las diferencias. Es necesario el debate político para saber qué coaliciones se requieren. Por ejemplo, la estrategia electoral no va. Ya no nos vamos a contar porque el sistema electoral no permite que la gente elija.


—¿Cuáles son los nuevos caminos?

—Hoy existe una nueva realidad: estamos viviendo un colapso económico, la gente demanda que se les respete su derecho a la vida, la alimentación y la salud, y es totalmente constitucional. Los partidos debemos acompañarlos y estar allí apoyando. Ahora no solo los partidos, el espacio del Frente Amplio es importantísimo porque permite la incorporación de la sociedad civil, la iglesia, los gremios, las universidades. Sin lugar a dudas el mundo político no ha logrado establecer una tesis poselectoral. Algunos hemos tenido posturas, ahora estamos en discusiones. En nuestro caso la estrategia desde 2014, es la salida desde una organización social, una protesta totalmente válida que es constitucional y no violenta. Ahora, no es suficiente que Voluntad Popular se lance sola, necesitamos el tejido de todos, hoy nos necesitamos todos, no podemos solos.

—¿Entonces la tesis de ustedes es la salida a través de la protesta?

—No, primero antes de empezar con mi tesis, lo importante es que haya una coalición. No podemos ir solos, para ello es indispensable la coalición para anunciar la ruta. Hoy, sin lugar a dudas, la conflictividad social nos muestra un descontento, una manifestación de la gente que quiere vivir distinto, tenemos un apoyo internacional. Es necesaria la articulación de todas las organizaciones.

—Dices que en este momento hay unos diálogos entre los partidos políticos para recuperar la llamada unidad. Se ha visto una reunión entre Henri Falcón, Henry Ramos Allup, Henrique Capriles, Manuel Rosales y Vicente Díaz. ¿Qué significa esto para Voluntad Popular? ¿Ustedes van a sentarse con estos liderazgos para lograr algo que nos lleve al éxito, en algún momento?

—Hubo una reunión con el Frente. Yo creo que hoy es esencial debatir para fijar posiciones. La Asamblea no lo es todo, y más allá de las discusiones que hay de agenda, hay discusiones políticas entre pasillo porque hay una angustia. Además como ciudadanos hay que entender que no podemos ir solos. Ojo, cierto que hay posiciones que parecen irreconciliables, entonces hay que ver cómo podemos reconciliarlas porque no podemos ir para adelante y para atrás. Tenemos que dar solo pasos hacia adelante porque hoy la sociedad venezolana exige, ante una crisis humanitaria, social y económica como la que tenemos, que haya coherencia.

Te reitero que hay discusiones y protestas como la del sector salud. Ahora que hayan discusiones no significa que haya una ruta. No, tiene que haber una ruta con coaliciones de fondo, esas discusiones están tratando de apuntar hacia cuáles son esos puntos que nos unen, cuáles son los factores estratégicos con los que se puede configurar esa unidad.

—¿Y eso pasa por retomar el diálogo con el Gobierno para ir a una transición?

—Aquí se habló de apertura del canal humanitario, elecciones democráticas, respeto a la Asamblea Nacional, nada de esto ocurrió. Tampoco es que tengamos muchas expectativas de que se cumplan esas condiciones, que siguen hasta el día de hoy.

—¿Cuál es la vía si no es la negociación, el diálogo y las elecciones?

—Según mi posición, la vía tiene que ser el conjunto de una sociedad. Hay una conflictividad en crecimiento, un régimen que se rehúsa y gente hablando de renuncia, de dimisión. Yo creo que hoy toda solicitud es válida, porque existe un desconocimiento a un régimen que es ilegítimo producto de unas elecciones fraudulentas. Hoy es más que nunca válida la necesidad de unas elecciones transparentes que permitan a los ciudadanos elegir. Esa postura es válida, así como también es válida la conflictividad, la protesta acompañada de actores internacionales que piden ante el mundo que haya en Venezuela elecciones transparentes y democráticas apegadas a la ley que les permitan a los venezolanos elegir que tesis política quieren seguir, si quieren vivir en comunismo o quieren vivir en democracia.


—La oposición ha expresado que si participa en unas elecciones deben cambiarse los actores que dirigen el CNE.

—Sí, para eso está la protesta, hay numerosas protestas todos los días.

—Sí, pero solo se han visto a los gremio ahogados por la hiperinflación y a ciudadanos que solicitan los servicios básicos…

—¿Cuál es el problema? Son actores, no son solo los partidos, es toda la sociedad democrática. Hoy todo el país tiene que demandar sus derechos, porque al final no sabemos por dónde va a reventar, no sabemos hasta que reviente el sistema. ¿Quiénes son el sistema? Personas que hoy están afectadas por la situación. Al final la crisis es avasallante para todos, en algún punto quebrará el sistema. Ahora, si no presionamos, si no empujamos hacia adelante, el sistema seguirá igual.

—¿Usted dices que nadie sabe cómo y cuándo va a explotar esta bomba de tiempo?

—Nadie sabe, al final esto es una dictadura y nadie lo sabe hasta que se acaba.

—¿Y las estrategias y la táctica dónde están?, ¿en política eso existe?

—Sí existen, pero en dictadura.

—En política debe haber estrategias, no basta con dejar esas protestas solas, eso es igual a esperar que el Gobierno salga solo, que salga cuando considere que las protestas lo están acorralando. Eso no es estrategia, eso es esperar.

—Tienes una presión internacional, tienes una implosión interna, un malestar, esto hay que coordinarlo. Hoy tenemos unas demandas. Al país hay que anunciarle cómo sería una transición y tenemos mucho que decir. Desde Voluntad Popular estamos trabajando en una propuesta agroalimentaria, una propuesta con el tema de la emergencia humanitaria compleja, una propuesta a nivel de petróleo y energética. No es solo lo de hoy, tienes que empezar a proyectar el futuro del país, pero es todo a la vez. Lo complicado de esto es que es un momento angustiante.

En democracia hay tiempos y hay proyectos y en dictaduras no. Tienes que intentarlo todo, pero no es suficiente que sea yo sola porque a mí me neutralizan y ya. No, tienen que ser todos los actores. Por eso es que ni los partidos políticos solos son suficientes. Tenemos que ser todos: iglesia, universidades, gremios, todos, hasta las juntas de condominio. Ahora, esa articulación pasa por establecer mesas de debate y crear estrategias, y en eso andamos.

—Algunos analistas políticos consideran que los jóvenes son quienes tienen que comandar todo esto, y ustedes han salido, pero al final siempre son los grandes partidos y los liderazgos anteriores los que toman las decisiones.

—Yo creo que a nosotros nos tocó un momento difícil, y ojo, yo ya no soy tan joven. Hay una gran diferencia con la Manuela de 2007. Hoy los retos son distintos. Hay que tratar de mantener el espíritu porque hay un régimen que nos quiere quebrar, su permanencia está en quebrar nuestro espíritu y nuestra mente. Este capítulo se va a borrar como un lunar feo, lo vamos a superar. Ahora, la pregunta importante es cómo lo superaremos. Mantener nuestro espíritu y resistir, porque hasta sonreír es un acto de resistencia, seguir y tener planes, seguir soñando, seguir avanzando, generando capital social, estableciendo redes. Yo creo que eso es un reto para la juventud.


Pienso que todos los procesos llegan a su fin, y estamos viviendo un proceso realmente doloroso que nos tocó como sociedad y juntos vamos a seguir adelante. Sin lugar a dudas, los jóvenes tenemos mucho que decir y mucho que aportar. Por eso les digo a quienes decidan estar aquí que mantengan el espíritu y la energía.

—¿Usted cree que el liderazgo político debe darles cabida a nuevas personas para que puedan resolver de aquí en adelante lo que será este país?

—Esta etapa requiere que el liderazgo lo formen líderes y seguidores, no es de una sola persona. Tenemos grandes líderes, como Leopoldo en nuestro caso, pero necesitamos múltiples líderes, necesitamos renovación, necesitamos mujeres, tener representatividad, porque por ejemplo aquí ya no hay medios, el único medio es la gente. Necesitamos redes de líderes que estén articulados en distintas zonas.

—¿Para usted la salida de este país es esperar que la sociedad civil proteste y presione al Gobierno para su salida?

—No, nadie tiene que esperar, todos somos agentes de cambio desde los partidos hasta los individuos.

—¿Y los agentes de cambio tienen que estar cohesionados?

—Sí, pero hay que empezar la cohesión, porque no se hace sola. Hay que iniciarla, se debate, se discute.

—Hubo una unidad muy importante a través de la MUD, inclusión muy grande que luego se dividió en mil pedazos. Pero ¿de qué forma?, ¿cada uno con sus errores y omisiones?

—Todo el mundo tendrá su mea culpa, pero el país está viviendo su peor etapa y tenemos que actuar.

28-07-18




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