Ramón Flores 09 de diciembre de 2018
Es que
no podía ser de otra manera: justo el día que se cumplían 20 años de la estafa
de Hugo Chávez a los venezolanos al llegar al poder con las promesas de acabar
con la desigualdad social y la corrupción, su sucesor Nicolás Maduro emulaba el
“legado” anunciando vía Twitter cómo había logrado embaucar al presidente ruso Vladimir
Putin, al obtener un supuesto financiamiento de 6 mil millones de dólares.
Y es
que debido al brutal saqueo de nuestra riqueza ejecutado por toda esa casta de
delincuentes que llegó al poder de la mano del “comandante eterno”, hoy se ve
no solo al que hace las veces de jefe de Estado dando lástima, “martillando”
500 millones de dólares por aquí o 2 mil millones de dólares por allá
para ver si agarra un poco de oxígeno que le permita mantenerse en Miraflores
“como sea”; lo más grave es que esa corrupción se traduce en la muerte de
venezolanos por hambre o falta de medicinas, el retorno de enfermedades,
perniles podridos, una avalancha de millones de hermanos venezolanos que
emigran a otros países por la miseria chavista y el deterioro de todos los servicios
públicos, entre otras desgracias que le ha traído al país estas dos décadas de
”revoluciòn”.
Con el
eje del mal: Rusia, Turquía y China
En
virtud a que las democracias del mundo se niegan a cerrar cualquier convenio
con la cleptocracia roja, Maduro estrecha lazos -a punta de la entrega de
nuestra soberanía-, con Rusia, Turquía y China, un “eje del mal” cuyos
respectivos regímenes tienen tres características similares: son dictatoriales,
asedian y hasta asesinan a sus opositores y se alinean en contra de Estados
Unidos, uno de nuestros aliados históricos en la región antes de que llegaran
estos malandros “revolucionarios”.
En ese
contexto es que se perpetra el más reciente fraude de Maduro con el presunto
“dinero fresco” que recibirá del Kremlin, lo que representa un hecho
absolutamente ilegal: es la Asamblea Nacional el único ente que tiene la
facultad de “autorizar al Ejecutivo Nacional para celebrar contratos de interés
nacional, en los casos establecidos en la ley. Autorizar los contratos de interés
público municipal, estadal o nacional con Estados o entidades oficiales
extranjeros o con sociedades no domiciliadas en Venezuela”, tal como lo
establece el artículo 187 de nuestra Carta Magna, que además agrega que la AN
también debe “aprobar por ley los tratados o convenios internacionales que
celebre el Ejecutivo Nacional”.
Por
cierto que Putin, a pesar de acudir a la Cumbre del G20 realizada recientemente
en Argentina, ni siquiera se acercó a Venezuela para hablar con su “camarada”
Maduro, quien no tuvo más remedio que salir en un suplicante y vergonzoso viaje
a Rusia para ver qué limosna conseguía por allá… ¡qué pena con ese señor!
Ramón
Flores
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