Por Jonatan Alzuru Aponte
La batalla, pacífica,
contra el despotismo, la estamos ganando. Pensemos en una batalla ganada…
la entrada de la ayuda humanitaria enviada de Puerto Rico. Se derrotó en ese
espacio al régimen porque su discurso es que ellos controlan todo. Sin embargo,
con esa acción humanitaria se demostró en primer lugar que no controlan los
aeropuertos, tal como dicen. En segundo lugar, que existen venezolanos, el de
la torre de control, los de aduana, las ONG, ¿dije bien? venezolanos… que se
organizaron de forma clandestina para lograr que medicinas, algunos materiales
médicos y artículos de primera necesidad pudiesen llegar a los más necesitados.
La organización efectiva y eficaz debemos celebrarla. Y fue así porque el
usurpador mantiene la dictadura y estamos en dando la batalla en la primera
etapa: el cese a la usurpación.
El déspota intenta
minimizar e incluso intenta borrar el acontecimiento… pero es tarea nuestra
resaltarlo… darle visibilidad, manteniendo, de forma simultánea, su carácter
clandestino. Ese hecho evidencia que nosotros, los venezolanos, estamos
dando una batalla, con nuevas formas, con nuevas tácticas, con suma
inteligencia, con eficacia y de forma pacífica. Esa articulación, tal como lo
sostiene el gobierno de Puerto Rico, fue gracias a la coordinación de
venezolanos en la isla boricua con venezolanos en estas tierras… La práctica
exitosa en esa batalla ha conducido a que nuestros líderes inviten a
maximizarla, por eso el llamado a la incorporación de un voluntariado.
Es una batalla contra
un régimen que ha utilizado el hambre y la enfermedad como mecanismos de
explotación. Por eso es importante atender al llamado.
Es vital e importante,
sustancial, mostrar el músculo de la calle en la nueva manifestación que se
invita para celebrar el día de la juventud. Venezuela es un país cuya juventud
ha sido y es la potencia transformadora de la sociedad. De hecho, quién está
dirigiendo el timón es un joven… Acompañemos con nuestra palabra, con nuestra
presencia, poniendo a disposición el poco tiempo que tenemos en el día, para
que se consolide, cada vez más, la fuerza arrolladora del cambio. Esa fuerza
indetenible logrará, con toda seguridad, el cese a la usurpación para entrar en
la segunda etapa, el gobierno de transición y finalmente, coronar con unas elecciones
libres.
De forma brillante,
nuestro presidente, Guaidó no ha establecido tiempo… sino una ruta, un camino
que debemos transitar. La esperanza no es un ideal; es un motor para que en el
presente realicemos las acciones que debemos hacer y con la conciencia clara de
qué batalla ganamos y cómo la ganamos. Nuestra opinión, en las redes, tiene
efectos vitales para ir desmoronando lo poco que queda del gobierno déspota.
Utilicemos nuestros medios… es una forma de luchar, pacífica y
creativamente.
11-02-19
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