Papa Francisco 16 de febrero de 2019
Evangelio
de hoy: Marcos 8,1-10
Evangelio
del día (Segunda multiplicación de los panes): "Uno de
aquellos días, vio Jesús que había mucha gente y no tenían qué comer. Entonces
llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima esta gente; ya llevan
tres días conmigo y no tienen qué comer y si los mando a sus casas en ayunas,
se van a desmayar en el camino. Además, algunos han venido de lejos". Sus
discípulos le respondieron: "¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí en
despoblado, para que coma esta gente?" Él les preguntó: "¿Cuántos
panes tienen?". Ellos contestaron: "Siete." Jesús mandó a la
gente que se sentara en el suelo; tomó los siete panes, pronunció la acción de
gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos, para que los
distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la gente. Tenían, además,
unos cuantos pescados; Jesús los bendijo también y mandó que los distribuyeran.
La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se recogieron siete canastas
de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó con sus
discípulos y llegó a la región de Dalmanuta" Palabra del Señor.
Reflexión
del Papa Francisco
[...] Jesús
razona de acuerdo a la lógica de Dios, que es aquella del compartir.
Cuántas
veces nosotros nos damos vuelta hacia otro lado con tal de no ver a los
hermanos necesitados. Y esto, mirar hacia otro lado, es un modo educado de
decir con guantes blancos: "arréglenselas solos". Y esto no es de
Jesús: esto es egoísmo.
Si
Jesús hubiese despedido a la gente, muchas personas se habrían quedado sin
comer. En cambio, aquellos pocos panes y pescados, compartidos y bendecidos por
Dios, fueron suficientes para todos.
Y
atención ¿eh?: no es una magia, es un signo. Un signo que invita a
tener fe en Dios, el Padre providente, que no nos hace faltar el pan
nuestro de cada día, si nosotros sabemos compartirlo como hermanos.
El
milagro de los panes preanuncia la Eucaristía. Esto se puede ver en
el gesto de Jesús que recita la bendición antes de partir el pan y distribuirlo
a la gente. Es el mismo gesto que hará Jesús en la Última Cena, cuando instaura
el memorial perpetuo de su Sacrificio redentor.
En la
Eucaristía, Jesús no da un pan, sino el pan de vida
eterna, se dona a Sí mismo, ofreciéndose al Padre por amor a nosotros.
Nosotros
debemos ir a la Eucaristía con aquel sentimiento de Jesús, es decir, la
compasión, y con aquel deseo de Jesús, compartir.
Quien
va a la Eucaristía sin tener compasión por los necesitados y sin compartir, no
se encuentra bien con Jesús.
Compasión,
compartir, Eucaristía. Este es el camino que Jesús nos indica en
este Evangelio. Un camino que nos lleva a afrontar con fraternidad las
necesidades de este mundo, pero que nos conduce más allá de este mundo, porque
parte de Dios Padre y regresa a Él.
Que la
Virgen María, Madre de la Divina Providencia, nos acompañe en este Camino.
" (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 3 de agosto de 2014)
Oración
de Sanación
Señor,
Tú eres el verdadero pan bajado del Cielo. Te encuentras presente en el
Santísimo Sacramento del Altar y haces vida en cada uno de nosotros.
Cuando
me acerco a tu presencia a comulgar te encuentro vivo y resucitado, me hablas
al corazón y lo moldeas para hacerlo más y más parecido al tuyo.
Tu
alimento sagrado nutre mi espíritu y me da las fuerzas que necesito para
continuar. Tú jamás defraudas y la llama de fuego de tu amor no se extingue.
La
poderosa fuerza sanadora escondida en tu Eucaristía transforma mi vida y hace
renacer la alegría que, con los golpes de la vida, había sentido perdida.
Te has
donado a Ti mismo en la Eucaristía, la cumbre de tu amor, la exaltación de tu
generosidad, para que quede yo inundado de tu vida divina.
A
través de este Sacramento celestial quieres fundir tu alma con la mía al ritmo
de los coros angelicales ayudándome a degustar el gozo de tu reino.
Oh,
Dios de amor, pan de vida eterna, alimento de salvación, ven y toma mi alma y
hazme libre de falsas pasiones para que solo pueda seguirte a Ti
Con tu
gracia, ayúdame a disfrutar de este banquete sacramental que tan alegremente
has dispuesto para todos los que te siguen y te aman. Amén
Propósito
para hoy
Hoy,
voy a rogar a la Santísima Virgen María, pidiendo que interceda por las
vocaciones sacerdotales y religiosas.
Frase
de reflexión
"Los
cristianos estamos llamados a custodiar juntos el recuerdo de todo lo que Dios
ha hecho por nosotros". Papa Francisco
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico