Por Marianella
Herrera-Cuenca
Mi papá decía, que ayudar
siempre era bien difícil, pues la ayuda puedes brindarla pero el beneficiario
tiene que pedir ayuda …. Y dejarse ayudar, si no se deja ayudar será casi
imposible el beneficio.
La ayudas se brindan cuando
hay una necesidad que no puede ser cubierta de manera independiente, así pues
una madre ayuda a su hijo pequeñito a vestirse, el niño no tiene la posibilidad
de hacerlo, pues hay una etapa en la vida en la cual se depende de otros para
sobrevivir y cubrir las necesidades.
Estas etapas son en general al comienzo y
al final de la vida.
Pero también es cierto que
si bien se espera que una madre o un padre ayude a sus hijos a cubrir sus
necesidades, no es menos cierto que se espera que esos padres cuenten con las
herramientas básicas para cubrir las necesidades de sus hijos: un trabajo digno
que permita los ingresos suficientes para una vida productiva y sana de la
familia, un sistema de salud que provea los controles, prevención, tratamientos
necesarios para que todos gocen de buena salud, una alimentación sana, el goce
de la actividad física tanto recreacional como necesaria para la prevención de
enfermedades y la educación que garantice el desarrollo del máximo potencial de
los individuos.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando
hay deterioro de la calidad de vida de los individuos? Dependiendo de la causa,
deberían implementarse soluciones acordes para lograr el restablecimiento de
las condiciones de vida e impedir los daños irreversibles que puedan perjudicar
de forma permanente a los ciudadanos
Dicho lo anterior, es
importante pasar a describir en términos sociales a quien se ayuda. Los
problemas públicos y sociales que tienen impacto en el bienestar, suelen tener
un centro en el deterioro económico y en la independencia de las personas,
cuando éstas no son capaces de cubrir sus necesidades, y cuando esto ocurre en
una escala mayor cuyas dimensiones afectan la dinámica social, puede hablarse
de deterioro social.
Y ahora: ¿cuándo se necesita
ayuda humanitaria? Según la web de asuntos humanitarios de la ONU: “La primera
vez que la ONU participó en una reconstrucción tras un conflicto fue en Europa
tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial”. Esto fue una experiencia
interesante, pues abrió las puertas a la cooperación internacional en promover
soluciones y avances en la mejora de las condiciones de vida de las
personas expuestas a situaciones extremas que podrían haber conducido a daños
físicos y/o mentales.
En términos generales,” la
comunidad internacional confía a la organización (ONU) la coordinación de las
operaciones de socorro frente a los desastres, naturales o provocados por el
ser humano, en las zonas donde la capacidad de las autoridades locales no es
suficiente para hacer frente a la situación”. Sin embargo, para el caso
venezolano recordemos la particularidad de lo que significa una asistencia
humanitaria, dentro de lo inusual de esta crisis.
Como hemos mencionado, la
crisis venezolana es inédita, no responde a un desastre natural ni a un
conflicto armado, responde a la pérdida de la institucionalidad democrática y
jurídica donde el respeto a los derechos humanos fundamentales no ha
estado presente, proceso que se ha desarrollado durante las últimas décadas y
con un acelerado deterioro en los últimos 5 años, lo que ha traído como
consecuencia una pérdida en los servicios básicos, en las capacidades de la
gente, no se han garantizado el derecho al libre acceso a los alimentos y
medicamentos, que ha dado como resultado la migración masiva de los ciudadanos.
Todo esto en el contexto de una hiperinflación que ahoga al ciudadano común.
En este escenario, para
recomenzar a escribir una nueva página para Venezuela y en la vida de sus
habitantes se requiere ayuda. Es como cuando estás en tu casa y no te alcanza
el sueldo para pagar la reparación de una filtración que podría inundar tu
hogar, podrías morir ahogado, o como el niño que necesita ayuda para comer al
comienzo de su vida.
En una emergencia, la
respuesta de socorro es importante para proveer los insumos necesarios para que
quienes tienen su vida comprometida, no fallezcan en esta etapa, son acciones
que se llevan a cabo siguiendo protocolos internacionales basados en el respeto
a los derechos humanos fundamentales, no discriminatorios.
Sin embargo y una vez más en
el contexto venezolano no pueden obviarse algunos elementos
fundamentales: El Estado, que debe garantizar el bienestar de sus
ciudadanos, no se manifiesta para aceptar una ayuda requerida por los
venezolanos, quienes muchos han fallecido al día de hoy por las fallas en los
sistemas de atención en salud y alimentación y las agencias multilaterales
que necesitarían un consentimiento para actuar, no lo hacen de la manera
adecuada a la escala y severidad de la crisis actual.
También es necesario decir
que existen otras acciones muy importantes que promover en Venezuela para poder
contribuir al bienestar de la gente: ¿Cómo olvidar los servicios de agua, de
gas de energía? Sin los cuales los hospitales podrían no estar operativos para
resolver las emergencias. Vemos pues los diferentes niveles de esta crisis, es
como una cebolla que va descubriendo sus diferentes capas.
No se puede negar una ayuda
necesaria, más aún cuando los Estados tienen responsabilidad conjunta e
individual, de acuerdo a la Carta de Naciones Unidas y el derecho
internacional, de brindar apoyo, asistencia y proteger los derechos de los
países afectados
La exhortación es a todos,
sin excepción a brindar el apoyo de acuerdo con la normativa internacional, a
aceptar la ayuda humanitaria necesaria pacíficamente, en armonía y a entender
que la ayuda es necesaria para quien tiene su vida en riesgo, es momento
de comenzar de nuevo desde la solidez, desde lo correcto y seguir adelante para
la construcción de la nueva Venezuela.
13-02-19
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