Por Edward Rodríguez
El 23 de enero y el 02 de
febrero de 2019 quedarán registrados en la historia de Venezuela como dos días
que concentraron, en todo el territorio nacional y en las calles, plazas y
parques del mundo entero, las mayores movilizaciones humanas en pos de un
cambio. Ya muchos hablan del fenómeno Guaidó o la primavera
venezolana.
Pero lo particular del caso,
y que lo convierte en objeto de estudio sociológico, es que tales concentraciones
se hayan convocado y superado los objetivos de número de personas, a pesar
del cerco mediático del régimen de Nicolás Maduro que
conlleva a la censura, autocensura, bloqueo de internet, cierre de programas,
incautación de equipos, persecución y detención de corresponsales
internacionales.
Una primavera que se ha
logrado diseminar por todos los rincones del país y el mundo, gracias a una
estrategia que funde un mensaje estructurado en base a la claridad y marcado
con pautas de tiempo de la era digital; sin duda alguna los medios y las redes
sociales han sido elemento clave en esta nueva etapa de lucha por la
libertad, no solo de comunicación; sino por la libertad de un país.
La tarea de los medios
de comunicación internacional, a pesar del acoso, y los pocos medios
nacionales y regionales, que valientemente se han mantenido dando cobertura a
este histórico proceso, han sido de vital importancia, para mostrar al
mundo lo que ocurre en Venezuela.
Gracias al trabajo y
dedicación de medios internacionales y algunos nacionales, el mundo conoció el
drama del río humano de venezolanos que huyen, a pie, por las fronteras del
país para escapar de la peor crisis de la historia de la nación.
Especial reconocimiento se
le debe hacer, a decenas de periodistas colegas venezolanos que desde
el exterior han contribuido para que el mensaje llegue.
Sin medios independientes
Un mensaje claro y directo,
replicado por millones de venezolanos, desde Tucupita, pasando por Caracas,
llegando a Punto Fijo, traspasando incluso fronteras desde Colombia hasta la
Patagonia, y más allá. Sin medios, con censura, acoso, bloqueos y persecución,
se logró lo que hasta ahora no había sido superado, un único mensaje se impuso
y convenció, una misma voz, sin distorsión, la salida de la crisis
venezolana pasa por el cese a la usurpación, gobierno de transición y
elecciones libres.
Una estrategia, que estamos
seguros marcará la pauta a futuro, porque en medio de las mayores limitaciones
y obstáculos logró recuperar la confianza y la certeza alrededor de una
institución como la Asamblea Nacional, cuya imagen había sido duramente
golpeada por la maquinaria oficial.
Con aciertos y desaciertos,
pero con foco y convicción, con mensajes claves e inclusivos, hemos construido
una fórmula comunicacional capaz de convocar masas, desmontar matrices de
opinión, combatir fake news y lo más importante, renovar una
esperanza que se creía perdida.
Hoy, con orgullo de
periodista venezolano, pero también como estudioso de los fenómenos
políticos y comunicacionales, retomo aquella frase de Pablo Neruda: “Podrán
cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.
Podrán intentar
coartarnos, pero no detendrán los vientos de cambio.
05-02-19
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico