Por Luis Ugalde S.J.
Como dice la canción
mexicana, lo importante no es llegar primero, sino saber llegar.
Está claro que si no fuera
por la presión norteamericana el régimen ya hubiera detenido al Presidente
Guaidó, eliminado la AN y apresado a los diputados. Solo en un par días han
matado a decenas por protestar, detenido a un millar, atropellado a menores de
edad, perseguido a los comunicadores… Nos guste o no, la fuerza de
disuasión de las democracias del mundo, especialmente de USA, es
indispensable para frenar el crimen oficial en Venezuela, eliminar la
injerencia dominante de Cuba, la presencia delincuencial del ELN y del
narcotráfico, o los oscuros negocios y poder de Rusia o de la dictadura turca.
Hay que evitar la amenaza
del baño de sangre y urge salir de la realidad del baño de hambre; ambos son
baños de muerte y el usurpador está empeñado en perpetuar el régimen que los
impone. Es imprescindible la salida del dictador Maduro, con el mínimo de costo
posible, hacer la transición a la democracia con rápido cambio socioeconómico y
crear las condiciones democráticas para una elección libre y justa.
Afortunadamente el Presidente interino Guaidó ha actuado con claridad y
valentía y ha conectado de modo increíble con la inmensa mayoría de los
venezolanos y de los gobiernos democráticos del mundo. Falta que la FAN se
decida a cumplir con su deber constitucional para que la presión exterior no
caiga en la indeseable intervención militar y cese el régimen opresor. Mantener
el actual modelo y dictadura es respaldar la perpetuación del hambre, la
represión y el exilio para millones de venezolanos.
Sumar y multiplicar fuerzas
para construir
Es lógica la impaciencia por
acortar el sufrimiento y salir cuanto antes de este túnel de la muerte. Pero
ahora que ya empezamos a ver la luz en la salida, es indispensable controlar
las iras y las ilusiones para llegar a la democracia en condiciones para
reconstruir el país en todas sus dimensiones, sumando el máximo de talentos,
capacidades y recursos y no fracasar. Pongamos la cabeza en las necesidades
constructivas de mañana y tendremos menos peligro de quedar atrapados en el
deseo de venganza y de retaliación, o de volver al predominio de los pequeños
intereses partidistas que minarían toda reconstrucción. El país se ha levantado
y puesto en marcha con la legítima Asamblea Nacional y su Directiva unitaria y
se ha desbordado de entusiasmo con su Presidente interino Guaidó; urgen el
pronto alivio humanitario, el freno inmediato al disparate económico y
elecciones democráticas este año, con todas las condiciones justas. La gente ve
en Guaidó un liderazgo fresco y unitario con la mano abierta a la ciudadanía, a
los militares y a los adversarios políticos que se unan a la inmediata salida
del usurpador. Pero todavía la democracia no está ganada y el régimen está
usando su poder de represión criminal.
Saber llegar en condiciones
para no fracasar significa llegar con unión de diversos, mucho apoyo
internacional y con el país movilizado para construir juntos. El renacer
nacional es tarea titánica y exige inteligencia para crear un verdadero clima
empresarial, inversión masiva de miles de millones de dólares, trabajo
productivo para millones con un salario que no sea de hambre ni sea saqueado
por la hiperinflación antes de llegar a casa. El gobierno democrático tendrá
que ser de unidad y necesitará un inmenso prestigio moral que solo lo da el
ejemplo. Para ello el Presidente electo (y su equipo) no podrá ser persona que
resta y que discrimina, sino un gigante humilde que sabe sumar y multiplicar,
atraer y cultivar un espíritu de reconciliación nacional. Pudiera ser de
partido, pero no partidista, o más bien un “outsider”. Guaidó está dando
importantes pasos de transición con ese modo suprapartidista, convocando gente
destacada que puede ser de su partido u otro de la oposición, o venido de los
que creyeron en el chavismo, pero no cayeron en la delincuencia. Ni
linchamientos, ni impunidad.
Por ejemplo el sistema de
salud
Asusta pensar lo que
significa recuperar todo el sistema público de salud con buena complementación
del privado. El actual régimen abandonó en los barrios miles de ambulatorios
públicos de atención primaria para remplazarlos de manera sectaria con personal
cubano en régimen de servidumbre política, a cambio de miles de millones de
dólares para el régimen cubano. El “Barrio adentro” no era mala idea si se
hubiera implementado con médicos y enfermeros venezolanos en régimen
democrático. Su efecto nefasto es que ahora no tenemos ambulatorios, 70% de los
“Barrio adentro” está abandonado y más de 20.000 médicos y trabajadores
venezolanos de la salud se vieron obligados a abandonar el país y brindar a
otras naciones el fruto de la inversión multimillonaria que hizo Venezuela en
su formación. .
Desde ahora hay que pensar
en un gran programa de salud primaria para los barrios y los campos remotos con
médicos, enfermeros y miles de estudiantes de Medicina y otras áreas de la
salud, movilizados con campañas de vacunación y atención primaria, que llenen
el vacío y lleven a los sectores más necesitados la esperanza y la prueba de
que la democracia es vida y no quedan abandonados. Al mismo tiempo es una tarea
urgente, titánica y que requiere muchos recursos el rescate de los hospitales,
su personal, su dotación y sus medicinas. Un plan bien pensado y ejecutado
podría traer de “vuelta a la patria” a miles de los que se fueron, aunque eso
no será de inmediato.
Algo parecido se diga del
rescate de la educación del actual naufragio espantoso, con docentes castigados
y con salarios de hambre en todos los niveles. La educación en valores y
capacidades tendrá que ser la principal inversión de la nueva Venezuela, de su
Estado, sus familias y sus empresas.
Así podríamos seguir
enumerando otras instituciones públicas que necesitan nacer de nuevo. Sería
realmente trágico que por inmadurez política y fanatismo hubiera dirigentes que
inviten a despilfarrar todo el ánimo en la venganza, la retaliación atrapados por
su mezquindad partidista. Para renacer y reconstruir hay que saber llegar con
los ánimos reconciliados y concentrados en la construcción, dejando que los
caminos de la justicia se encarguen de que los crímenes no queden impunes.
Caracas, 4 de febrero de
2019.
05-02-19
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