Julio César Arreaza B. 05 de febrero de 2019
El
momento tan esperado que vivimos hoy exige un acertado manejo estratégico y
táctico, que permita avanzar con pasos firmes y rápidos, sabiendo combinar y
aplicar con destreza de relojero audacia y prudencia en el noble combate que
libramos los venezolanos contra la ignominia, para recuperar definitivamente la
democracia y la libertad, secuestrados desde hace 20 años por una entente de
países que conforman el eje del mal presidido por Cuba.
20
años de paciencia no bastan? El autoritarismo violador de los derechos humanos
negado a abandonar el poder por sus robos y crímenes convirtió un Estado
republicano en un Estado criminal al servicio de las mafias mundiales. El
régimen tiene sus días contados y lo sabe, aunque la mala calaña que lo
caracteriza indica que elevará los costos cometiendo toda clase de estropicios
para asegurar una salida negociada de sus principales capitostes.
La
marcha hacia la democracia no tiene vuelta atrás, va en escalada, porque ya el
mundo ha reconocido al nuevo presidente interino Guaidó, cuya investidura nació
limpiamente de la Constitución al llegarse al nuevo período presidencial a
partir del 10 de enero sin presidente electo. Se operó el vació a la vista del
mundo y fue llenado por la cabeza del Poder con mayor legitimidad como es la
Asamblea Nacional.
Occidente
no va a permitir una deriva totalitaria- que infecta la región- de un país con
vocación republicana que tiene claro que el Estado está al servicio del hombre
y no al revés. Arribamos al punto de la documentación de las atrocidades
cometidas ante la Corte Penal Internacional y se habla de 7 crímenes procedentes.
Ya
comenzó la transición y va en escalada. La Asamblea Nacional debe designar a
los cinco rectores del CNE, para convocar a elecciones limpias, que es el mejor
camino para dar comienzo firme y sostenido a la reinstitucionalización del
país.
El tiempo
está cumplido y ya no vale darle más días al que siempre necesita comprar
tiempo. A estas alturas del partido no volveremos a chocar con la misma piedra.
Al
régimen ilegítimo de toda ilegítimidad y usurpador se le acabó la magia negra
para seguir mareándonos con falsos trucos que resultan grotescos en esta hora
auspiciosa ciudadana que demanda un cambio del sistema político.
Yo
diría más, los venezolanos tenemos el reto de derrotar a la tiranía de los
Castros que son la causa permanente de la desestabilización de la región y de
la penetración a occidente de enemigos jurados al régimen de libertades, del
respeto a la dignidad humana y del
progreso de los pueblos con el trabajo honesto de su gente. Hay que derrotar a
las mafias.
¡No
más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!
Julio
César Arreaza B.
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