La República 11 de febrero de 2019
@larepublica_pe
Supervivencia. La escasez de medicinas
obliga a muchos venezolanos a comprar en puestos callejeros instalado en el
puente fronterizo que une Venezuela y Colombia.
Una
vida sin acceso a la salud. Miles de venezolanos arriesgan sus vidas al
comprar medicinas en puestos informales instalados en el
Puente Internacional Simón Bolívar, en la frontera a Colombia. Agobiados por
la crisis en Venezuela, se ven obligados a adquirir antibióticos,
antiinflamatorios y hasta los vitales antirretrovirales a fin de intentar
aliviar sus síntomas.
Vendedores
informales ofrecen medicamentos básicos a precios muy bajos.
Por ejemplo, unas 30 pastillas de Acetaminofén (o paracetamol) cuestan a 60
centavos de dólar, según informa la agencia AFP. Y este
medicamento, usualmente cuesta unos 3 dólares en cualquier farmacia de Bogotá.
La diferencia de precios es abismal, pero existe un riesgo.
Especialistas
advierten el peligro que corren los consumidores de dichos productos, ya se
desconoce el registro sanitario o la fecha de vencimiento de los fármacos
informales. Sin embargo, los enfermos crónicos de Venezuela tienen
pocas opciones: sucumbir o arriesgarse a la ingesta de medicamentos de
dudosa procedencia.
La escasez
de medicamentos, según reportes de oenegés, alcanza ya el 88%. Una
situación que mella, aún más, la salud de los enfermos.
Dicha
situación se produce en un contexto en el que el
régimen deNicolás Maduro se niega a recepcionar la ayuda humanitaria
(medicinas y medicamentos) por parte de la comunidad internacional y gestionada
por el líder opositor Juan Guaidó.
Pacientes
con VIH padecen por escasez de medicina
Aunque
el éxodo venezolano es una de las aristas más conocidas de la crisis en
Venezuela, quienes se quedan en el país gobernado por Nicolás Maduro también
enfrentan el desabastecimiento de antirretrovirales. Una grave situación para
quienes son diagnosticados como VIH positivos.
Según
información de El País, se estima que 150.000 venezolanos
tienen VIH y el desabastecimiento de medicinas, sobre todo
antirretrovirales, llegó a ser total en abril pasado. Y en setiembre del 2018
se cumplió un año desde que el gobierno de Nicolás Maduro dejó de hacer las
compras regulares de antirretrovirales para dotar el Programa Nacional
de VIH-Sida.
Aunque
los seropositivos sintieron el golpe del desabastecimiento desde el 2016, el
año pasado fue cuando la situación se tornó crítica. Es más, los pacientes
diagnosticados con VIH deben realizar, cada semestre, exámenes de CD4 y
de carga viral para medir la resistencia del virus en la sangre. Sin
embargo, desde hace dos años el sistema de salud público de Venezuela canceló
dichos servicios.
A
pesar de la grave crisis
en Venezuela, Nicolás Maduro niega la situación
achacando la ola de migración al engaño de los medios de comunicación y
califica a la crisis como un “show” establecido por Estados Unidos para
justificar una eventual intervención militar que saque del poder al líder
chavista. Sin embargo, según las Naciones
Unidas un total de 2,3 millones de venezolanos han huido del país
desde 2014, dirigiéndose principalmente a Colombia, Ecuador, Perú y
Brasil.
Las vacunas también
escasean en Venezuela y las madres deben emprender un periplo
hasta Cúcuta, Colombia,
para que sus pequeños sean inmunizados.
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