Infobae 07 de octubre de 2020
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Tras
la publicación de un informe sobre ese tema, el Atlantic Council realizó una
conferencia virtual en la que congresistas norteamericanos y especialistas en
la materia analizaron la creciente cooperación entre Teherán Caracas, y el
grupo terrorista libanés
La presencia de Irán en América Latina ya no es una
amenaza, es una realidad. Este año creció considerablemente la alianza
entre el régimen de Teherán y la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.
Sobre todo, con el envío de gasolina iraní al país caribe, que atraviesa una
profunda crisis energética. Otro actor fundamental es la estructura
narcoterrorista en Venezuela ha sido Hezbollah, el grupo extremista libanés
auspiciado por la República Islámica.
Este miércoles el Atlantic Council publicó un informe titulado “El nexo Maduro-Hezbollah: cómo las
redes respaldadas por Irán apuntalan al régimen venezolano”. Con motivo de
ese reporte, el importante think tank norteamericano realizó una conferencia
virtual, en la que participó Infobae. Los disertantes fueron: el
republicano Michael Waltz (Miembro de la Cámara de Representantes de
Estados Unidos por Florida); la demócrata Deborah Wasserman Schultz
(Miembro de la Cámara de Representantes, también por Florida); Kirsten
Fontenrose (Directora de seguridad regional de la división de Oriente Medio
del Atlantic Council); y Joseph Humire (Director Ejecutivo del Centro
para una Sociedad Libre y Segura, y autor del informe). Jason Marczak y Diego
Area, director y director asociado del centro latinoamericano Adrienne
Arsht del Atlantic Council, respectivamente, fueron los moderadores.
A la hora de analizar la presencia de Hezbollah en la
región, y en particular en Venezuela, Humire consideró que “lo más importante
es entender cómo opera” el grupo terrorista: “Hezbollah tiene un modelo
multifacético y multidimensional. Tienen actividades legítimas como un
partido político y medios de comunicación, que mezclan con actividades
ilícitas, incluyendo el tráfico de drogas y el lavado de dinero”.
Fontenrose, en tanto, indicó que el régimen de Irán
“está usando el mismo modelo en Venezuela que en Siria”: “Apuntalar un régimen
corrupto en busca de un conjunto de intereses estratégicos, operacionales y
tácticos”. “Irán y el régimen de Maduro son estados criminalizados: usan el
terrorismo y el crimen transnacional como una extensión de su política
exterior”, completó Humire.
El informe de Atlantic Council sostiene que Hezbollah
“ha ayudado a convertir a Venezuela en un centro de convergencia del crimen
organizado transnacional y el terrorismo internacional”. Esto, a su vez, “ha
facilitado la cooperación de Irán con el régimen de Maduro”.
“La ubicación estratégica de Venezuela en América del
Sur y en la encrucijada del Caribe proporciona a Irán y Hezbollah la capacidad
de disminuir su desventaja geográfica frente a Estados Unidos. Para ocultar
esta relación, Chávez, y luego el régimen de Maduro, proporcionaron identidades
duales a algunos habitantes de Oriente Medio, construyendo una red
clandestina que proporciona inteligencia, entrenamiento, fondos, armas,
suministros y conocimientos técnicos tanto a los regímenes de Maduro como a
Assad” en Siria, agrega.
Humire advirtió, por su parte, que el grupo terrorista
libanés “puede moverse más rápidamente a través de las regiones que los
gobiernos porque usa tácticas sacadas de la guerra no convencional”: “Son redes
no estatales que no respetan las fronteras y no respetan los límites”.
Fontenrose explicó que la injerencia iraní en
Venezuela “es peligrosa desde el punto de vista de la financiación del
terrorismo, no desde el punto de vista del reclutamiento de terroristas”. Apuntó, además, que ese vínculo no se debe a
cuestiones ideológicas, sino por el mero interés de ambas partes que están bajo
fuertes sanciones internacionales: “La mayor preocupación es que Irán utilice a
Venezuela como una fuente de financiación”.
Esta relación se vio incrementada este año ante la
reciente escasez de gasolina a nivel nacional que se ha sumado a la compleja
crisis en Venezuela. En abril el régimen de Maduro recurrió a Irán para ayudar
a reparar las refinerías de petróleo en la península de Paraguaná y para
proporcionar el combustible que necesitaba el país. Desde entonces, y hasta la
fecha, cerca de seis cargueros llegaron a Venezuela con combustible iraní. “El
recién nombrado ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, y el enviado especial
del régimen a Irán, el empresario libanés-colombiano Alex Saab, aparentemente
llegaron a un acuerdo de oro por gas con Teherán”, recuerda el informe.
Y añade: “En un período de mes y medio, la aerolínea
iraní, Mahan Air, realizó diecisiete vuelos y la Compañía Nacional de Petróleo
de Irán (NIOC) navegó cinco petroleros desde Irán a Venezuela para proporcionar
repuestos desde China, técnicos iraníes y aproximadamente 1,5 millones de
barriles de gasolina para el régimen de Maduro hambriento de combustible. 49
meses después, las refinerías de la península de Paraguaná aún no operan, y
Venezuela nuevamente enfrenta escasez de combustible. Pero, según Bloomberg, la
República Islámica recibió como pago casi 500 millones de dólares (nueve
toneladas) en lingotes de oro”.
Al respecto, durante la conferencia virtual el
congresista Waltz consideró fundamental que el gobierno de Estados Unidos y
la comunidad internacional redoblen esfuerzos “para detener el puente aéreo
entre Teherán y Caracas a través de Mahan Air”. El republicano opinó que es
necesario “apalancar los sistemas financieros internacionales con aliados” para
cortar esa ruta.
Destacó, además, la política de sanciones que tiene
como objetivo cortar la fuente de financiamiento de los regímenes de Irán y
Venezuela: “Si usted está haciendo negocios con el régimen de Maduro, que está
involucrado en asesinatos extrajudiciales, abusos de los derechos humanos, y
oprimiendo al pueblo venezolano, no puede hacer negocios con el gobierno de los
Estados Unidos”.
En esa línea, Wasserman Schultz dijo que “la
cooperación internacional es absolutamente esencial para asegurarnos de que
seguimos utilizando un enfoque unificado para presionar al régimen de Maduro
para que se vaya pacíficamente”: “No podemos detener solos al régimen de
Maduro”.
Las entidades iraníes involucradas en este esquema de
oro por gas -Mahan Air, NIOC y la compañía naviera de la República Islámica de
Irán (IRISL)- fueron sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados
Unidos por sus conexiones con la Guardia Revolucionaria Islámica.
El reporte también señala que Hezbollah “opera a
través de estructuras de clanes familiares compartimentadas que se integran en
la economía ilícita controlada por el régimen de Maduro y en el aparato
político y la burocracia del régimen”. “Muchos de los clanes están
asimilados dentro del estado y la sociedad venezolanos a través de las robustas
comunidades libanesas y sirias que se extienden hasta la vecina Colombia”.
Humire, no obstante, aclaró: “Para ser claros, la
mayoría de las comunidades libanesas en Venezuela no están involucradas en
estas actividades. También son víctimas y objetivos de los esfuerzos de
infiltración de Hezbollah”. “Para entender estos clanes, uno tiene que
entender cómo los regímenes corruptos fusionan las actividades ilícitas y las funciones
del estado, usando el terrorismo y el crimen transnacional como una extensión
de sus políticas exteriores”.
El autor del reporte subrayó la importancia de que los
países designen a Hezbollah como un grupo terrorista: “Si no tenemos un
entendimiento común de cómo vemos a Hezbollah, creamos malentendidos entre
nuestras instituciones (...) Designar a Hezbollah como una organización
terrorista extranjera crea un lenguaje común entre la comunidad internacional,
mitigando los vacíos políticos y la confusión”.
En ese sentido, manifestó que los países de América
Latina deben ser “más proactivos” para condenar las actividades terroristas del
grupo libanés, y recordó que el gobierno del ex presidente argentino
Mauricio Macri “fue el primero en la historia de América Latina en declarar a
Hezbollah como una organización terrorista” en 2019. Luego, se
sumaron países como Paraguay, Colombia y Honduras.
Ante este contexto, Wasserman Schultz, que también
remarcó la necesidad de “combatir activamente la influencia de Rusia” en
Venezuela, alertó que la comunidad internacional debe comprometerse para
que haya un cambio en Venezuela: “Estados Unidos no lo puede hacer solo.
Tenemos que asegurarnos de que la OEA, el Grupo de Lima, y otros actores
regionales se comprometan a ayudar realmente a aplicar esa presión”.
“El pueblo venezolano necesita decidir su propio
futuro a través de elecciones libres, transparentes, y con la participación de
todos los partidos políticos”,
concluyó.
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