Edgar Rivero marzo 2015
La
real academia española señala que AMENAZA significa: “Dar a entender con actos
o palabras que se quiere hacer algún mal a alguien o en su defecto dar indicios
de estar inminente algo malo o desagradable”. Probablemente con esta
aclaratoria esté lloviendo sobre mojado, al querer dejar plasmado algo que
muchos sabemos y peor aún, hemos padecido de forma aguda, en estos últimos años
de la “Venezuela socialista”.
Diría
el filosofo Montesquieu: “Una injusticia hecha al individuo es una amenaza
hecha a toda la sociedad”. Afirmación que corrobora lo que realmente es una
amenaza cuando un país es “gobernado” por un grupo de forajidos, que ahora
pretenden darse golpes de pecho y erguirse como los salvadores del universo
solicitando la derogatoria del Decreto emitido por la Casa Blanca de EUA.
Pendeja burla!
Ahora
bien, resulta infantil pretender hacer creer a estas alturas y con el país
colapsado, por los escandalosos casos de corrupción, que son vox populi y los
que todavía no sabemos, que la culpa de todo la tiene la oposición aliada con
el “imperio”. La verdadera amenaza son ellos mismos, quienes han abusado del
poder durante más de una década y se han transformado en la amenaza más
peligrosa, para los derechos de los ciudadanos venezolanos. La verdadera
amenaza es no contar con un Estado de Derecho, unas instituciones imparciales e
independientes, unas verdaderas FAN venezolanas y no cubanas. En fin, el uso
“legal” de la fuerza pública en contra del pueblo, que se ve afectado física,
psíquica, socialmente, cada vez que arremeten sistemáticamente contra la vida,
la integridad y dignidad de un pueblo, que creyó en el cuento del socialismo
del siglo XXI.
En
efecto, la verdadera amenaza para Venezuela, la representan quienes hoy por
desgracia ostentan ilegítimamente el poder, ya que nunca podrán comprobar que
realmente el presidente es venezolano y que los resultados de últimos procesos
electorales hayan sido los verdaderos.
En
definitiva, se han burlado hasta la saciedad del pueblo, persisten sin
justificación alguna en confundir y distraer a punta de mentiras la atención.
De ese modo, evitan enfrentar con responsabilidad la necesidad de rectificar y
buscar soluciones. Se han dedicado, con el mayor caradurismo del mundo, a
gastar un dineral, invirtiendo en tiempo récord en maniobras distraccionistas
de la opinión nacional e internacional, para evitar la discusión sobre los
verdaderos problemas del país.
En
este sentido, amenaza endógena, se traduce a sostener durante meses una
mentira. Puras evasivas. Inventan supuestas guerras o golpes de Estado y con
ello, se victimizan, cuando la verdadera víctima es la gran mayoría de los
venezolanos. Han aprovechado los errores de terceros, para utilizarlos como
justificación de su estrategia irresponsable, que propicia el mantenimiento de
la escasez, el alto costo de la vida, la inseguridad personal, al lado del
crecimiento sin límites de la corrupción con la cual corroen con impunidad todo
lo que tocan y otras tantas calamidades. Por desgracia, todo esto desmejora y
destruye áreas tan importantes como la educación, la salud y empleo.
Sin
dudas, queda de mi parte claro que la verdadera amenaza, para el país, la
conforma el mismo gobierno de turno. No es necesario ser un gran experto en el
área económica ni política, para darse cuenta que los únicos responsables de
este desastre que vivimos en la actualidad son Nicolás Maduro y sus acólitos.
Es inaudito aceptar a estas alturas del juego un engaño más. Nadie
absolutamente se cree el cuento de una supuesta “guerra económica”, dirigida
por la oposición y por el imperialismo del Presidente de los Estados Unidos,
Barack Obama.
Todo
lo contrario, las improvisaciones, los errores y la corrupción se han
convertido en un monstruo llamado “amenaza endógena”. Todo el país sabe que han
gobernado en un tiempo, cuyos ingresos petroleros le otorgaron una gran
fortuna, nunca vista en la historia nacional. Ahora, cuando los precios bajan,
resulta que han sido tan incapaces y corruptos que no sólo no ahorraron en la
época de bonanza, sino que más bien endeudaron, vendieron y regalaron al país,
para tratar de satisfacer su voracidad, para despilfarrar y permitir la
corrupción con el dinero de todos los venezolanos.
Finalmente,
no hay amenaza más cruel que la que se perpetra bajo el escudo de la ley y en
nombre de la justicia. Es tiempo de reaccionar, Es tiempo de motivarse,
participar y acabar con esta zozobra e incertidumbre permanente. Venezuela
reclama tu concurso. Es ahora, sin miedo y sin prejuicios. Venezuela despierta!
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