Por Luis Ocho Teran, 19/03/2015
Telescopio Internacional, Semanario 121
La verdad es que la reunión del UNASUR inicialmente convocada
para Montevideo, resultó un fiasco por los sempiternos insultos de Maduro,
tocándole el turno al Vicepresidente del Uruguay llamándolo “cobarde por
no ver la injerencia del imperio en Venezuela”, por lo que en muestra de un
poquito de dignidad, Tabaré Vásquez, la pospuso por molestia, lo cual le dio la
oportunidad al ecuatoriano Correa para que su compañerito Patiño, haciendo como
siempre gala de su antiimperialismo y rasgándose las vestiduras por la
autocracia venezolana, violadora de los derechos humanos, como
todos los organismos internacionales la señalan desde la ONU hasta la OEA,
corrió a convocar la reunión a la sede del UNASUR en Quito, la cual se produjo
48 horas después. Como hacen normalmente los bolivarianos, la reunión fue un
conclave cerrado en donde se discutió las sanciones de los Estados Unidos
prohibiendo el ingreso a su país a los funcionarios violadores de los derechos
humanos, los lavadores de dinero, a los vinculados con el terrorismo, agregando
en esta oportunidad una nueva categoría, “la de los corruptos”, en donde hay un
campo muy fértil en nuestro país y en los de América Latina, tal vez por eso
salieron tan rápido a condenarlo, pero a sabiendas también que a finales de
diciembre del año pasado los americanos produjeron otras sanciones para
altos funcionarios y militares maduristas supuestamente vinculados al narcotráfico,
el cual “UNASUR haciendo gala de su injerencia en los asuntos internos de los
Estados Unidos” también condenaron las sanciones a los supuestos personajes,
como era de esperarse, para no tener que recordar que el propio
Secretario General del UNASUR, Ernesto Samper, para vergüenza del continente y
sus gobiernos, también está sancionado por los estadounidenses por esos
mismos motivos. ¡Esa es la realidad de la pobre moral de esta América
Latina!.
El solo hecho que el Areópago suramericano haya durado cuatro horas y
media, nos indica que no fue nada fácil para los aliados radicales de Maduro y
para el maltratado representante del Uruguay que presidía la reunión; a
propósito, llegó tan radical y aliado de Maduro como Samper y Patiño, quizás
por las reprimendas de los partidos del Frente que terminaron llamándolo
a botón, el cual nos da mucha pena y vergüenza por el pobre canciller y su
vicepresidente, no obstante, las posiciones encontradas en el conclave
han debido ser de confrontación para producir una Comunicado tan inocuo y
parecido al anterior del 26/12/15 que ni siquiera fue capaz de condenar a
los Estados Unidos, más bien ha sido similar a los cientos de comunicados que
los latinoamericanos siempre hemos suscrito en estos últimos 70 años, con las
mismas invitaciones para que ellos no asuman acciones supuestamente
injerencistas. En esta oportunidad, como el comunicado de diciembre pasado, la
UNASUR se hace el musiú y en lugar de solicitar se suspenda las sanciones a los
funcionarios venezolanos sancionados por vínculos con el narcotráfico y por
violadores de los derechos humanos, hablan de sanciones a Venezuela como si
todos fuéramos iguales. En este sentido, los venezolanos tenemos que protestar
por el irrespeto del UNASUR con nuestro pueblo, que en su empeño de
defender a Maduro y sus funcionarios de gobierno, nos tilda a todos los
venezolanos de narcotraficantes, violadores de los derechos humanos y
corruptos. ¡ Esto es inaceptable!.
El contenido del comunicado de UNASUR, no dijo nada novedoso pero si
oculto muchas verdades, cuando en el primer párrafo habla de que el decreto de
Obama constituye una “amenaza injerencista a la soberanía y al principio de no
intervención en asuntos internos” porque igualmente Maduro
suspendió unilateralmente las visas a los americanos y sancionó a algunos
funcionarios políticos de los Estados Unidos para que no ingresen a
Venezuela, lo que se deduce que los dos son injerencistas, pero UNASUR
solo reconoce a uno, los Estados Unidos. Esto es verdaderamente incomprensible,
aunque después en el segundo párrafo rectifican y “reiteran una llamado a ambos
gobierno para que se abstengan a medidas coercitivas unilaterales”. Es
oportuno señalar lo insólito que resulta el hablar sobre todo en Venezuela de
“la amenaza e injerencia a la soberanía”, lo que nos obliga a preguntamos
¿dónde está la amenaza de la soberanía?. Por el contrario, es por toda América
Latina conocido nuestra maltrecha soberanía por parte de los gobiernos de
Chávez y Maduro, dándole injerencia en lo político a Cuba, en lo
económica a los chinos y para rematar, ni soberanía alimentaria tenemos y
dependemos de todos los países del continente en la proclamada moderna
economía del trueque del que hablaba Chávez que nos conduciría. Más
injerencia no puede haber y UNASUR tampoco dice nada. Lo único concreto y nuevo
que solicito la UNASUR en este comunicado, fue la derogación del decreto
ejecutivo, lo cual es imposible, por la razón que Venezuela supuestamente
cumple con los cuatro principios fundamentales, que los Estados Unidos
considera son una amenaza interna a su Seguridad Nacional: el narcotráfico, el
lavado de dinero, el terrorismo y la corrupción, temas que la UNASUR en nada se
ha referido.
Aun cuando para el gobierno de Venezuela y sus aliados la resultante no
fue lo que esperaban y proclamen lo contrario, la verdad es que fue un saludo a
la bandera, lo importante de destacar es que a los diplomáticos
suramericano lo que se le olvidó olímpicamente fue decir algo sobre el
deterioro de la democracia durante los gobiernos de Chávez y Maduro, las
violaciones de los derechos humanos, la tortura, la represión a la
oposición, los presos y los exilados políticos, los jóvenes muertos por
responsabilidad del gobierno, problemas estos todos que han sido tratado
en los diálogos con la Comisión de la UNASUR, lo que quiere decir, que todos
estos temas le entran por un oído y les sale por el otro. En otras palabras,
porque el interés de UNASUR no está en buscar una solución a la crisis
política, social y económica que nos agobia sino que Maduro llegue a las
elecciones legislativas y después a las presidenciales. La oposición debe
reflexionar sobre la continuación de la facilitación con UNASUR y visualizar la
posibilidad de nuevos diálogos con otras alternativas internacionales, que las
hay y con verdadero interés en una posible salida pacífica y democrática de
Venezuela sin traumas, porque la crisis humanitaria, traerá consecuencias
lamentables inimaginables. La UNASUR hoy más que nunca demostró que tiene
intereses poderosos alineados con el gobierno. Necesitamos, hoy más que nunca,
verdaderos interlocutores, facilitadores, mediadores u oficiantes
neutrales de buena voluntad, honestos e imparciales que solo tengan el
interés de resolver la crisis política y social y evitar el colapso económico
que ya nos atrapa.
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