Luis Medeiros marzo
de 2015
@LuisMedeirosUNT
En
los últimos días, utilizando un pretexto lleno de histeria y paranoia, se le
aprobó una nueva Ley Habilitante a Nicolás Maduro para defender la soberanía de
la Patria ante una supuesta agresión imperialista. En menos de dos años de
gestión como ocupante del sillón presidencial, Nicolás llega a su segunda ley
habilitante con plena facultar de legislar a su antojo por encima de la
Asamblea Nacional. La “por ahora” mayoría simple con la que cuenta la fracción
oficialista nuevamente entrega un cheque en blanco al jerarca de Miraflores
para que éste tenga la suficiente potestad de dictar leyes sin necesidad del
órgano legislativo competente, cerrando de esta manera con un candado la
esquina de Pajaritos durante los próximos nueve meses.
Estamos
ante las patadas de ahogado más visibles que ha demostrado el régimen en los
últimos años. Los índices evaluativos de la gestión de Nicolás Maduro
comprueban la derrota inminente que sufrirá el régimen en los comicios
legislativos previstos para fin de año. Es tal la magnitud de la derrota que se
le avecina a Nicolás y su combo, que muy bien saben que necesitarán la Ley
Habilitante para legislar en materias que la nueva mayoría de la Asamblea
Nacional no les aprobará. Sin embargo, el contenido de los nuevos poderes
extraordinarios otorgados a Maduro no debe ser tomado a la ligera por los
sectores democráticos del país. Ante el desespero, los herederos del caos saben
muy bien que están en la cuerda floja y harán lo necesario para asegurar, a
como dé lugar, su permanencia en el poder.
El
gobierno de Barack Obama le entregó la excusa perfecta a Nicolás Maduro al
considerar a Venezuela una amenaza a la seguridad nacional de los Estados
Unidos. Entendemos que es una decisión soberana del gobierno norteamericano
aplicar sanciones personalísimas a quienes han incurrido en violaciones de
derechos humanos pertenecientes al gobierno venezolano. Sin embargo, el
etiquetar a Venezuela como amenaza a la seguridad nacional entrega en bandeja
de plata lo más deseado de Nicolás desde su llegada al poder, victimizarse y
utilizar ese pretexto para concentrar aún más poder en el Ejecutivo. Los
sectores democráticos del país debemos rechazar tal calificación de amenaza
nacional, recordando que el mejor aliado de la dictadura cubana ha sido el
bloqueo económico impuesto por los EEUU, medida que ha sido señalada como la
culpable de todos los males que padece el pueblo cubano desviando de esa manera
la atención a los verdaderos responsables.
Es
tarea de la alternativa democrática concientizar a nuestro pueblo que para
defender la soberanía de Venezuela no hace falta una Ley Habilitante, sino un
apego irrestricto a la Constitución y las leyes de la República. De tener un
verdadero interés el gobierno de Nicolás en defender nuestra soberanía,
reclamaría el Esequibo, territorio legítimamente venezolano. La soberanía
nacional ha sido vulnerada con una invasión escalada de fuerzas imperiales como
lo son China y Rusia, a quienes les debemos hasta el tuétano. Da vergüenza ver
maniobras militares ante una supuesta invasión estadounidense, cuando en
nuestras fronteras grupos irregulares atentan contra la vida de los
venezolanos, intimidan nuestras Fuerzas Armadas y en ocasiones actuando en
conjunto con altos efectivos castrenses en actividades ilegales. Voluntad,
trabajo, constancia y estricto sentimiento democrático son los únicos elementos
necesarios para defender nuestra Patria, trabajemos unidos y cohesionados en
alcanzar el objetivo que merece el pueblo, un país de oportunidades al servicio
de sus ciudadanos.
@LuisMedeirosUNT
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