Freddy Paz marzo de
2015
"Pocos
cambiarán por si mismos el rumbo de la historia, pero cada uno de nosotros
podemos esforzarnos en cambiar una pequeña parte de los acontecimientos, y la
suma de todos estos actos será la historia que escriba esta generación"
R.K. Señor Presidente: Serenamente, tranquilamente, pedimos que pueda ejercer
el mandato constitucional, para devolver a Venezuela la tranquilidad pública
que todos deseamos.
No
somos cobardes, los hijos de Bolívar, amamos hondamente a esta nación y no
queremos que nuestro País tenga que navegar sobre ríos de sangre hacia el
puerto de un destino hasta ahora desconocido por la mayoría, que somos capaces
de sacrificar nuestras vidas para salvar la paz y la libertad de Venezuela. Queremos
la defensa de la vida humana, que es lo que puede pedir un pueblo. En vez de
esta fuerza ciega desatada, debemos aprovechar la capacidad de trabajo del
pueblo Venezolano para beneficio del progreso de los ciudadanos.
Diversas
investigaciones han mostrado el papel que juegan los discursos difundidos en la
construcción de las creencias, las emociones y los comportamientos que tenemos
frente a un tema, País o a un grupo. Es necesario, por tanto, abrirle una
puerta a un discurso del cuidado y el amor por la mayoría de los hombres y
mujeres hijos de la patria.
De
lo que se trata, no es eliminar a los actores del conflicto sino transformar la
forma de gestionarlo; de lo que se trata, es de abandonar las prácticas
violentas como recurso para afrontarlo, de entender la paz como un proceso y no
como un punto de llegada. Somos seres humanos semejantes y esto es lo que nos
vincula los unos a los otros. Además, es lo que hace posible que nos entendamos
y que desarrollemos amistad e intimidad, local y mundialmente.
La
comprensión de que somos básicamente seres humanos semejantes que buscan
felicidad e intentan evitar el sufrimiento, es muy útil para desarrollar un
sentido de fraternidad, un sentimiento cálido de amor y compasión por los
venezolanos. Esto, a su vez, es esencial si queremos sobrevivir en él, cada vez
más reducido, mundo en el que vivimos. Porque si cada uno de nosotros buscamos
egoístamente sólo lo que creemos que nos interesa, sin preocuparnos de las
necesidades de los demás, acabaremos no sólo haciendo daño a los demás, sino
también a nosotros mismos. El desarrollo material sin un desarrollo espiritual
puede causar también graves problemas. En algunos países se concede demasiada
atención a las cosas externas y muy poca importancia al desarrollo interior.
Creo que ambos son importantes y deben ser desarrollados conjuntamente para
conseguir un buen equilibrio entre los dos.
@freddyspaz
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