Por Tamara Sujú Roa, 16/03/2015
“Los francotiradores apuntan a la cabeza, pero llega un momento en que
una cabeza escuálida no se diferencia de una cabeza chavista, salvo en el
contenido. El sonido que produce una cabeza escuálida es mucho menor, es como
un chasquido, porque la bóveda craneana es hueca y entonces pasa más rápido,
pero eso se sabe después de que pasa el proyectil…” Así comienzo mi artículo de
esta semana. Con las intolerábles palabras de quien funge como “embajador” de
Venezuela en la Organización de Estados Americanos, Roy Chaderton.
La cabeza “escuálida” a la que se refiere, es la cabeza de cualquiera
de la gran mayoría de los venezolanos que hoy rechazan a éste régimen y que el
“embajador” que vive en EEUU desde hace años no reconoce. Ahora bien, lo
importante aquí es lo que siempre se ha denunciado a lo largo de estos 15 años
sobre la instigación al odio, la discriminación y el desconocimiento de la
oposición democrática, sin olvidar el trato denigrante y cruel que se le ha
dado al venezolano que piensa diferente, y que ahora es tratado como enemigo de
guerra y al que se le aplica la justicia penal del enemigo.
A Chaderton, que mantiene su pequeña parcela de poder en Washington,
donde una OEA disminuida en su autonomia por la influencia del gobierno
venezolano en los países latinoamericanos ha terminado siendo un club de amigos
que defiende los intereses de los gobiernos, aunque estos violen los derechos
humanos, debe haberle parecido muy gracioso hacer esa despreciable comparación,
la que unos días después tratando de disculparse llamó “humor negro”, en un
programa, Zurda Conducta, transmitido en el que se supone es el canal de todos
los venezolanos y que desde su creación, no ha hecho mas que denigrar de la
mayoria apabullante que rechaza a este régimen. Pero a la gente decente y
demócrata de este país, que somos la mayoría, nos pareció un insulto a la
memoria de quienes han sido asesinados por las fuerzas de seguridad del estado,
y de aquellos que también han sido asesinados con disparos a la cabeza,
víctimas de la delincuencia desatada e incontrolable que un gobierno incapaz y
un sistema de “justicia” ineficaz han permitido y hasta aupado, con la
existencia de grupos civiles armados, brazos de su revolución.
La intolerancia que se vive hoy en Venezuela es producto de la conducta
de gente como Chaderton. La división y la instigación al odio entre
compatriotas es la técnica que han usado para confrontar y quedarse en el poder
para siempre. La seguridad personal, el derecho a la vida y a la integridad
física es un deber que el Estado debe garantizar, sin ningún tipo de
discriminación por ningún motivo. Pero el tiempo se les ha ido en propaganda
política, persecución de la disidencia, y venderse como los salvadores del
mundo, mientras Venezuela se hunde en medio de la inseguridad, la
arbitrariedad, la corrupción, la desidia, el empobrecimiento,y la persecución
al opositor. En medio de todo este desastre, el gobierno mantiene a un
“embajador” en la cuna del “imperialismo” – como llaman ellos a EEUU – que no
es más que el reflejo de los verdaderos “valores” que conforman este proyecto
de poder lleno de odio, al que no le ha temblado el pulso para asesinar,
torturar, maltratar, encarcelar y perseguir a la disidencia desde que llegó al
poder.
Este individuo está acreditado ante un organismo internacional. En
estos días la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas
cautelares para los detenidos en la cárcel conocida como La Tumba y manifestó
su preocupación por las violaciones al Estado de Derecho y sus consecuencias
para la plena vigencia de los DDHH ante la violencia que existe en el país. El
Relator sobre la Tortura de las Naciones Unidas dijo que el gobierno venezolano
violó el derecho internacional al no prevenir la tortura y otros tratos
crueles. El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al
Hussein, manifestó su preocupación por el deterioro de los Derechos Humanos y
el uso de armas mortales en manifestaciones públicas y éste tipejo, que se
supone representa los intereses del Estado venezolano – es decir, de todos los
venezolanos – en la OEA y que debería conocer el Derecho Internacional que se
fundamenta en el respeto de los Derechos Humanos, se atreve a decir,
cínicamente, que el paso de una bala por la cabeza de un “escuálido” “es como
un chasquido, porque es hueca”.
No es la Comisión Interamericana de Derechos Humanos quien ha
prostituido a la OEA con sus dictámenes para proteger los derechos de los
venezolanos, como dijo el “embajador”. El que ha prostituido la silla que ocupa
Venezuela en la OEA con “desparpajo y sin rubor” ya sabemos como se llama.
Geraldine Moreno, Bassil Da Costa, Julio Montoya, José Daniel Frías, Julio
Alejandro García, Johan Barreto, Yasmin Tovar, Arianyi García, Robert Redman,
Willmer Carballo, Génesis Carmona, Angelo Vargas, Jesús Acosta, y Kluiverth
Roa, asesinados en manifestaciones y cantidad de venezolanos que han sido
asesinados con tiros en sus cabezas a manos del hampa, que perdieron sus
sueños, ideales y querencias, cosas de las que carece este embajador. ¿Humor
negro? No. Sólo mostró su verdadera esencia.
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