Por Ricardo Escalante, 22/04/2015
El éxito de un ingeniero industrial venezolano que desde niño se
interesó por las orquestas dirige la Filarmónica Latinoamericana de Houston y
el departamento de estudios musicales de la Universidad de Santo Tomás.
Al nacer hace 50 años en Maracaibo, Glenn Garrido traía su
predisposición musical. Creció y obtuvo el título de ingeniero industrial en la
Universidad del Zulia pero nunca ejerció como tal, sino que continuó los
estudios en Estados Unidos hasta lograr un PhD en lo que siempre le había
gustado, la música, y ahora dirige la Orquesta Filarmónica Latinoamericana (FL)
de Houston y el departamento de música de la Universidad Santo Tomás.
Como a muchos otros en aquella calurosa ciudad venezolana, el padre
optó por ponerle un nombre excéntrico: Glenn, exactamente como uno de los más
grandes directores de bandas de todos los tiempos, Glenn Miller. Gregorio, el
padre, era trombonista como Miller y también uno de sus admiradores, además de
propietario de Garrido y sus solistas, agrupación que
muchas veces alternaba con Luis Alfonzo Larrain, la Billo´s Caracas Boys y Los
Melódicos.
Después de haber dictado clases en varios centros de estudios
superiores, Glenn llegó a ser jefe del departamento de estudios musicales de
St. Thomas University. La FL, organización profesional de 52 músicos, ha
logrado en apenas dos años una amplia reputación al haberse especializado en la
interpretación de temas tradicionales y populares de distintos países de la
región y las entradas para sus conciertos se agotan con rapidez.
En el 2014 la orquesta hizo homenajes a Billo Frómeta y a Simón Díaz,
además de haber tenido al mexicano Tony Camargo con El Año Viejo en uno de los
eventos celebrados en el Cullen Hall, en el centro de Houston. Con sus 88 años
a cuestas, Camargo conserva intacto el tono de voz y recuerda innumerables
anécdotas de los dos años que pasó en Caracas durante la época de Pérez
Jiménez, cuando cantaba con la orquesta de Larrain. En el homenaje a Billo
actuó como cantante Mary Frómeta, nieta del recordado artista, y los arreglos
musicales para la ocasión estuvieron a cargo de Charly Frómeta.
Los primeros pasos de Glenn en la música fueron en Maracaibo con su
padre, a cuya saga aprendió a tocar clarinete y piano. Después trabajó 17
años con Gregorio Garrido en distintas bandas y orquestas. Desde los 9 años
había tomado clases tanto particulares como en el Conservatorio de Maracaibo.
Tuvo como maestros a Eduardo Rhan, Pepino Terencio, Jesús Ignacio Pérez Perazzo
y al reconocido colombiano Blas Emilio Atehortúa, quien iba a Caracas a dictar
clases en el Conservatorio Simón Bolívar, contratado por José Antonio Abreu
cuando era ministro de cultura.
De niño había visto de cerca al popular Cheo García, que había
trabajado y desarrollado una estrecha amistad con Gregorio Garrido. “Una vez
mientras yo era adolescente la Billo´s fue a Maracaibo. Yo quería saludar a
Cheo pero el vigilante no me dejaba pasar. Tuve que rogarle que le transmitiera
el mensaje de que un hijo de Garrido quería verlo, ante lo cual su reacción
inmediata fue “déjelo pasar”. Ahí sostuvimos entonces una grata conversación
que nunca olvido.
Luego fue el primer invitado de provincia en dirigir la Banda Marcial
Caracas, a partir de lo cual recorrió el país con distintas organizaciones
orquestales, lo que hizo que al egresar de la Universidad del Zulia ya tuviera
un buen camino recorrido y se le facilitara la obtención de una beca de la
Fundación Gran Mariscal de Ayacucho para cursar un master en dirección en New
Hampshire University. El entonces ministro Abreu valoró sus méritos y lo ayudó.
Regresó al país, trabajó de nuevo en Maracaibo cerca de un año y
consiguió otra beca completa de la Universidad de Florida, en Gainesville, para
hacer el PHD en estudios musicales, con énfasis en dirección. De manera
simultánea daba clases de clarinete y era director asistente de la orquesta
universitaria, lo que contribuía al avance de sus conocimientos y al aumento de
las relaciones en el mundo de la música académica.
Al graduarse en el año 2000 no solo pasó a ser el primer PHD venezolano
en música, sino que se vinculó al Berry College en Georgia como coordinador de
educación musical, cargo que desempeñó por 12 años, para ser después jefe del
área de su especialidad en la universidad católica Santo Tomás, en Houston, y
convertirse en fundador de la Filarmónica Latinoamericana.
Ahora, además del compromiso administrativo y de clases en la
Universidad Santo Tomás, participa en la elaboración del cronograma de
actividades de la orquesta para este año -que contempla una gira por Nueva York
y Washington-, y avanza en los planes para 2016.
-¿Hay algo novedoso en las nuevas
generaciones de músicos latinoamericanos?
-En América latina somos privilegiados. En cada gran ciudad hay una
filarmónica y una banda. En Argentina, Brasil y Colombia, además de Venezuela,
hay orquestas juveniles que son estimuladas por el Estado y eso, por supuesto,
contribuye a la expansión del conocimiento musical y cultural en general. Nosotros
acabamos de traer como invitada a la talentosa pianista argentina Lorena
Eckell, que ha realizado giras importantes. La pianista venezolana Gabriela
Montero goza de gran reputación en Europa, la directora mexicana Alondra de la
Parra es excelente. El joven director argentino José Luis Cladera cuenta con
una trayectoria admirable y tiene un proyecto digno de admiración: la Orquesta
Nacional de Ciegos de Argentina.
-¿Orquesta de ciegos? ¿Cómo se puede
dirigir?
-Sí. Cladera ha desarrollado una técnica especial para dirigirla. Una
vez me invitó a dirigirla y yo, por supuesto, no me sentía capacitado para eso.
Viajé una semana antes para aprender y estudiar tanto las técnicas como las
obras y para entrar en contacto con los músicos principales. Interpretamos Rapsodia
en blue. El director tiene que respirar de una manera más profunda de lo normal
y dispone de un pequeño aparato que hace repicar una o dos veces. Tuve que
ensayar mucho y me equivoqué. Les pedí que me perdonaran, pero en definitiva
todo salió mejor de lo que esperaba.
Ese es Glenn Garrido, un venezolano que con esfuerzo ha saboreado
aplausos. Es el menor de un hogar humilde con 7 hijos. Todos llegaron a ser
doctores gracias al trombón de Gregorio y a Garrido y sus solistas.
@opinionricardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico