Omar Barboza Gutiérrez abril de 2015
El Presidente Maduro luego de su
deslucido papel en Panamá, donde iría a entregarle al Presidente Obama las
supuestas 10 millones de firmas, que no solo no entregó sino que las dejó en Venezuela
en algún lugar donde nadie las puede verificar y contar, le trajo al pueblo
venezolano un anuncio que le ha causado tristeza, desesperanza y sobretodo
indignación, porque su contenido si es una verdadera amenaza para los que
vivimos en este país.
Ha dicho lo siguiente: “Voy a
radicalizar la revolución”. Y eso significa profundizar un modelo que ya ha
probado que es un fracaso que ha tenido consecuencias muy negativas para la
calidad de vida de todos, especialmente de los que tienen menos ingresos. Lo
cual ha ocurrido, no por falta de recursos y el control de todos los poderes
públicos que ejerce este gobierno, sino por la incapacidad, la corrupción y el
espíritu de venganza en contra de los que producen en este país.
El Vicepresidente de la Republica al
comparecer el pasado 3 de marzo ante la Asamblea Nacional, declaró que a este
régimen le han ingresado en los últimos 15 años 1 Billón 182 mil millones de
dólares.
Ahora, ¿Qué ha significado para el
pueblo de Venezuela esa montaña de dinero administrada por los que hoy
gobiernan a Venezuela? De acuerdo al último informe del CENDAS, la canasta
alimentaria en marzo de este año subió a Bs. 20.919 lo que significa un incremento
del 109,5% en relación al mismo mes del año pasado. Es decir, una familia debe
destinar 3,7 salarios mínimos (Bs. 5.622,48) para adquirir una cesta compuesta
de 58 productos, de los cuales los más importantes no se consiguen.
El Fondo Monetario Internacional acaba
de anunciar que durante este año Venezuela tendrá una inflación de 96,8%, y que
su Producto Interno Bruto, o sea, la producción de bienes y servicios tendrá
una caída del 7%. Nunca está de más recordar que la inflación es el impuesto más
criminal que se les puede imponer a los más pobres, a los que viven de escasos
ingresos en bolívares que no le alcanzan para comprar nada. Tampoco debemos
olvidar que el principal responsable de esta inflación es el gobierno, que a
través de un Banco Central irresponsable ha convertido a este ente que debería
ser autónomo en una imprenta de billetes sin respaldo que cada vez compran
menos.
El desabastecimiento por rubros según
estimación de expertos, está así: aceite de maíz 92,8%; aceite vegetal 91.3%;
café 87%; margarina 82,6%; leche en polvo 79,7%; azúcar 78,3%; harina maíz
66,7%; ni hablar de la carne, del papel sanitario, o del desodorante. Al igual
que de las cabillas o del cemento, que cuando se consiguen es a precios 6 o 7
veces más que lo regulado, y eso ocurre desde que sus respectivas producción y
distribución está en manos del gobierno. Es importante recordar que en 1998 el
país se autoabastecía de carne en un 98%, cuando solo se importaban las
delicateses, pero hoy el gobierno mientras le compra a los productores
extranjeros con dólares a 6,30 bolívares, pretende que los productores
nacionales vendan sus productos a pérdida para que sean ellos los que paguen
las consecuencias del fracaso de sus políticas económicas, si a nuestros
productores les pagaran los mismos precios con dólares preferenciales como les
pagan a los del exterior, en Venezuela no hubiera escasez de carne.
Estamos ante una economía de gran
incertidumbre en relación al verdadero precio de las cosas. La firma
Ecoanalítica hizo cálculos ponderados para establecer tipos de cambio por
sector, con el siguiente resultado: para alimentos es de Bs. 49,4; para bebidas
alcohólicas y tabacos de Bs. 245,20; para vestidos y calzados de Bs. 173,3; y
para el sector salud de Bs. 67,9; imaginemos la confusión que debe tener el
consumidor y los efectos de este despelote cambiario en la economía real.
El gobierno del Presidente Maduro en vez
de rectificar los errores, dice que es un saboteo económico, y reacciona
tomando medidas desesperadas como la que acaba de ocurrir con la reducción de
cupos para viajeros, violando en la práctica el Artículo 50 de la Constitución
el cual garantiza a todos los ciudadanos el libre tránsito, mientras esa medida
lo que significa es aplicarle a los venezolanos un corralito para que no puedan
viajar, y además viola el Artículo 20 Constitucional que prohíbe la
discriminación, la cual se concreta al mantenerse las condiciones anteriores
solo a los que tenían tarjetas de crédito del Banco de Venezuela antes de la
nueva Providencia.
En fin, solo tiene acceso a dólares de
Bs. 6,30 el entorno corrupto del gobierno. El Presidente Maduro nos hace
recordar al anterior Rey de España cuando dijo: “¿Por qué no te callas?
omarbarboza1@cantv.net
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