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sábado, 18 de abril de 2015

La VII Cumbre de las Américas, comunicado Grupo Avila



Tras décadas de tensiones diplomáticas, los Estados Unidos y Cuba han puesto fin a sus antagonismos con un mensaje y ejemplo alentador para la región, dando inicio así a un nuevo ciclo en sus relaciones bilaterales, las cuales estarán sujetas a la negociación de asuntos de fondo aun por resolver, tales como el levantamiento del embargo, potestad del Congreso de los Estados Unidos, y el cese de la persecución de la disidencia, la democratización y la vigencia de los Derechos Humanos por parte de Cuba.

Saludamos la incorporación de Cuba a este foro de la familia continental, en la esperanza de que su ingreso contribuya al fortalecimiento de los valores y principios del sistema interamericano.

Aunque con menos conflictividad de lo que se había pensado, la temática política desplazó el tema de fondo de la cumbre, así como las contribuciones técnicas de los diferentes foros efectuados antes de la reunión de los Jefes de Estado.

Lamentamos el discurso de confrontación que caracterizó la intervención del Presidente Maduro, que se convirtió en la única nota discordante de un evento cuyos protagonistas centrales –Cuba y Estado Unidos- se condujeron con firmeza pero ajustados a los principios de la convivencia civilizada entre naciones.

El gobierno de Venezuela pregona que ha sido uno de los grandes ganadores de la Cumbre, cuando en realidad ocurrió todo lo contrario. En efecto, no se pudo acordar un texto de declaración final por la posición intransigente de Venezuela, que insistía en introducir cuestionamientos al gobierno de los Estados Unidos, los cuales no fueron aceptados por varios gobiernos.

La cautelosa actuación de los países del Caribe y Centroamérica respecto al tema venezolano, confirmó el poco respaldó con el que cuenta la posición oficial del gobierno venezolano, que solo recibió el respaldo de los países de la ALBA y de Argentina.

Una vez más, los perdedores de la Cumbre son los países que se han estancado en el discurso del pasado y en la repetición permanente de una anacrónica arenga contra los Estados Unidos, reiterando la tesis de un enemigo externo, a los fines de perpetuarse en el poder.

Un hecho alentador fue la declaración suscrita por un importante número de ex Jefes de Estado iberoamericanos sobre la situación venezolana, en la cual se hace un análisis integral y exhaustivo de la crisis que enfrenta Venezuela, producto de la autoritaria política del gobierno de Nicolás Maduro.

El Grupo Ávila, y seguramente todos los venezolanos amantes de la democracia y sus libertades, agradecen la Declaración de Panamá en la que más de una treintena de ex jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, a la que se siguen sumando otros ex mandatarios, que con valentía expresaron su preocupación por el deterioro de la situación interna de Venezuela y la conducta anti democrática del régimen.

Caracas, 15 de abril de 2015


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