Pablo Pérez abril de 2015
@PabloPerezOf
“Asesinan a oficial del Ejército en un
supermercado”, “Hieren de bala a dos futbolistas del Deportivo La Guaira”, “Más
de 8 policías asesinados en los últimos días”, “Matan a dos jóvenes a la salida
de un open”. Este es el parte de guerra muy parcial que cada mes enluta a
centenares de hogares en Venezuela ¿Se dará cuenta de eso el gobierno? ¿Estarán
claros sobre la responsabilidad histórica que no están asumiendo?
Titulares como esos son algo ya normal
en Venezuela. La violencia se ha hecho demasiado común, tan común que para el
gobierno sólo son cifras aisladas que se ocultan para vender la idea que
combaten la delincuencia. Pero nada comunes para los padres o hijos de quienes
caen víctimas de una violencia que es la herencia de más de 16 años de
distorsión social y moral en la sociedad venezolana.
La inseguridad es la principal
preocupación de los venezolanos, hasta el punto que apenas ahora, en el marco
de la peor crisis que ha vivido nuestro pueblo, es superada por la escasez e
inflación como el primer problema que agobia a los venezolanos, según aportan
las encuestas serias. Por ejemplo, en el reciente estudio de Varianzas,
correspondiente a abril 2015, la inseguridad aparece como el segundo problema
más mencionado por los encuestados con el 22,5%.
Pero esa encuesta también nos arroja
ciertas luces de la crisis económica, social y de credibilidad que afecta al
gobierno. El 67% de los encuestados indica que la situación económica es
negativa y el 64,8% señala que la gestión de Nicolás Maduro va por mal camino
¿Qué tiene que ver eso con la inseguridad?
Que en la medida que la crisis económica
se profundiza, mayor delincuencia habrá y ante una menor confianza en el
gobierno, se incrementa la ausencia de autoridad en los sectores más
vulnerables a cometer delitos. Esto es un juego macabro que fusiona crisis,
impunidad y carencia de autoridad y confianza en el pueblo.
En Venezuela perdimos la cuenta de la
cantidad de planes fallidos y de ministros que han fracasado en el combate de
la inseguridad. Nadie escapa de este fenómeno en el país y está bien claro que
no hay políticas integrales y coordinadas que permitan creer que este problema
es atendido como asunto de Estado.
Lo peor es que cuando los expertos
hurgan en los datos que arroja la situación de criminalidad en el país, se
encuentran que la mayor parte los delincuentes son jóvenes cuyas edades oscilan
entre los 15 y los 25 años. O sea que son el tan cacareado “hombre nuevo” que
la revolución iba a crear. Ellos son venezolanos que crecieron con el actual
gobierno y se desvirtuaron socialmente también en el actual gobierno.
Y buena parte de los jóvenes en ese
rango de edad que no están cometiendo delitos, son víctimas de ellos. No hay
control como lo demuestra la ausencia de planes para evitar la realización de
los famosos y violentos “Open” en Maracaibo. En nuestra gestión de la
democracia social avanzamos en esa materia y logramos minimizar la realización
de esas fiestas de la muerte, pero ahora nada se hace para impedir que esos
circos de vicio y ocio se reproduzcan en las zonas populares.
La misma encuesta de Varianzas aporta
otro dato bien significativo y es que el 73,1% de los encuestados, lo que
inevitablemente incluye a chavistas, aspira un cambio que nos devuelva a los
venezolanos paz, tranquilidad, progreso y esperanza. Estoy seguro que tú que me
lees en este momento eres parte de ese 73,1%. Si quieres un cambio: actívate y
participa.
@PabloPerezOf
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