Carlos Romero Mendoza 16 de abril de 2015
@carome31
El 17 de diciembre de 1828, Simón
Bolívar, mediante un Decreto, suspendió las Municipalidades en toda Colombia,
fueron 3 los argumentos que se expusieron en los considerandos de aquel
Decreto, a saber:
El primer considerando, sostenía que las
Municipalidades en ese momento eran una verdadera carga para los ciudadanos y
además, muy pocas utilidades producían al público; el segundo, expresaba que
precisamente por la razón anterior, las personas aptas para desempeñar los
empleos concejiles preferían eximirse de ellos con diferentes pretextos y el
tercer argumento, advertía la necesaria reforma de las Municipalidades,
dándoles nueva organización, de modo que sean útiles con menor gravamen de los
ciudadanos.
Estos argumentos, respondían claramente
a las ideas que Bolívar expuso en su mensaje con motivo de la Convención de
Ocaña a inicios de 1828, y en cuyo texto se lee:
“Las municipalidades, que serían útiles
como consejo de los gobernadores de provincia, apenas han llenado sus
verdaderas funciones; algunas de ellas han osado atribuirse la soberanía que
pertenece a la nación, otras han formado la sedición; y casi todas las nuevas,
más han exasperado, que promovido el abasto, el ornato y la salubridad de sus
respectivos municipios. Tales
corporaciones no son provechosas al servicio a que se les ha destinado; han
llegado a hacerse odiosas por las gabelas (impuestos) que cobran, por la
molestia que causan a los electos que las componen y porque en muchos lugares
no hay siquiera con quién reemplazarlas.
Lo que las hace principalmente perjudiciales es la obligación en que ponen
a los ciudadanos de desempeñar una judicatura anual, en que emplean su tiempo y
sus bienes, comprometiendo muy frecuentemente su responsabilidad y hasta su
honor. NO es raro el destierro espontáneo de algunos individuos de sus propios
hogares para que no los nombren para esto enojosos cargos. Y si he de decir lo que todos piensan, no
habría decreto más popular que el que eliminase las municipalidades.”[1]
El Padre Arturo Sosa, en su artículo “El
Poder Municipal en el Proceso Histórico Venezolano”[2], recuerda que la tendencia
hacia la centralización del poder en la época de la independencia hizo
imposible restaurar la forma municipal que hasta entonces existía, en un
momento histórico en el cual había una conciencia generalizada sobre la
“inutilidad” de los Municipios.
En el artículo mencionado, se destaca
que en el marco de la revolución de independencia surgió la tensión entre un
modelo de Poder Municipal que responda al ejercicio del poder local por el
pueblo y de un Municipio subordinado al aparato del poder del Estado nacional.
Han pasado 187 años y la tendencia
centralizadora se impone desde la Asamblea Nacional a través de las leyes del
poder popular, que diseñan un modelo comunal, que claramente somete el poder
local al poder del Estado nacional y que prevén mecanismos perversos para hacer
lucir a los Municipios como un actor político “inútil”, que justifique en un
tiempo futuro su sustitución definitiva por las Comunas.
La elección de concejales y alcaldes
realizada en diciembre 2013, permitió al Poder Público Municipal relegitimar
sus autoridades, y asumir una efectiva resistencia contra la ofensiva
centralizadora que desde el Plan de la Patria 2013-2019 amenaza al modelo
municipal previsto en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal.
Esa resistencia brinda en el presente la
oportunidad para que la democracia se reencuentre con los ciudadanos desde la
convivencia local; pero para ello, Alcaldes y Concejales, principalmente
aquellos electos por la unidad democrática, deben impulsar el mayor esfuerzo
posible, para lograr incluir a los ciudadanos en la gestión pública local, y en
la defensa del derecho a una mejor calidad de vida.
El Poder Público Municipal, para seguir
manteniéndose en resistencia a ser sustituido, requiere en el presente que los
principales actores locales: partidos organizados en MUD local, organizaciones
de vecinos, Cámaras de Comercio e Industria; universidades, etc., se encuentren
y reconozcan que las elecciones parlamentarias tienen mucho que aportar en la
defensa del Municipio como actor esencial en el diseño federal y
descentralizado del Estado, previsto en la Constitución.
En tal sentido, resultaría muy oportuno,
que los electores, según los circuitos, pudieran acordar o pactar algún tipo de
compromiso concreto con su candidato a diputado, para impulsar un debate plural
y amplio sobre el modelo político del país, reclamando a tal fin el modelo
federal y descentralizado a que hace mención la Constitución. Ese compromiso va
más allá de una agenda temática sobre la cual legislar, pues impone como
principal tarea, la recuperación del Parlamento como espacio plural para el
debate político, sin ello, cualquier agenda legislativa pierde sentido.
No hay que perder de vista, que desde
hace años, se viene imponiendo un modelo político en el cual el poder local se
subordina al poder del Estado nacional y en cuyo modelo se ignora totalmente la
existencia del Municipio. Es oportuno
destacar, que hasta el mes abril 2015 se informa que en Venezuela hay un total
de 1049 Comunas[3], lo que representa un incremento del 51% en comparación con
los datos del año 2013, cuando se anunciaron sólo 544 Comunas[4].
Estos datos cuantitativos nos advierte
de la existencia de actores políticos locales que participan como promotores y
facilitadores de un modelo de Estado, que aun cuando no funcionen
efectivamente, convive con otros ciudadanos, que también son electores.
A lo largo de la historia la resistencia
ha sido una constante y siempre en silencio el Municipio ha logrado acompañar
el modelo político venezolano desde la independencia hasta la fecha. Seguir resistiendo y ser reconocido como
actor esencial en el reencuentro con la democracia, está condicionado a la
capacidad política de los diputados electos a una nueva Asamblea Nacional para
defender el modelo federal y descentralizado, sin ese compromiso, su existencia
está en riesgo, y con ella, el espacio político más inmediato para que el
ciudadano pueda experimentar el valor de la democracia y de las libertades
políticas.
[1] Mensaje a la Convención de Ocaña del
Libertador Simón Bolívar. Recuperado el
18de marzo de 2015. Documento 173. Online en:
http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/buscador/spip.php?article13128
[2]Sosa, Arturo. El Poder Municipal en el Proceso Histórico
Venezolano. Recuperado el 15 de marzo de 2015. Online en:
http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC1979415_202-205.pdf
[3] AVN.
Venezuela cuenta con 1048 comunas. 13 de abril de 2015. Online en:
http://www.avn.info.ve/contenido/venezuela-cuenta-1048-comunas
[4] El otro saber y poder. Comunas para hacer que emerja lo un nuevo.
(Balance de 2013). 03 de enero 2014. Online en: https://elotrosaberypoder.wordpress.com/2014/01/03/comunas-para-hacer-que-emerja-lo-nuevo-un-balance-de-2013/
@carome31
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