Por Cipriano Heredia, 23/04/2015
Con este mismo título, el Centro Popular de Formación Ciudadana (CPFC)
realizó la semana pasada un concurrido foro en el Colegio de Ingenieros de
Venezuela, en el cual participaron como ponentes el Embajador Sadio Garavini y
la Dra. María Teresa Belandria, ambos especialistas en temas internacionales y
conocedores a fondo de la realidad del caso Guyana en relación a NUESTRO
Esequibo.
Como es bien sabido, la justa y legítima reclamación de Venezuela sobre
el territorio del Esequibo se mantuvo firme y tomó un nuevo aire a raíz del
“Acuerdo de Ginebra”, logrado bajo el Gobierno de Leoni en 1966, con el cual el
país mantuvo viva la controversia y su aspiración para lograr una solución
negociada pero con sólido fundamento legal. Desde ese entonces, con mayor o
menor intensidad, todos los gobiernos de la democracia mantuvieron una actitud
nacionalista e inequívoca respecto al tema. De hecho, mi generación estudió
geografía nacional con un mapa donde aparecía el Esequibo con rayas, sobre el
cual decía claramente “Territorio en Reclamación”, y en los años 80 el tema
hasta se convirtió en ícono popular cuando un famoso grupo de rock nacional
puso de moda una canción que coreaba “el Esequibo es mío, es tuyo, es
tierra venezolana…
Pero esa posición histórica cambió bajo Chávez, quien en 2004 dio un
giro público respecto al tema, expresando de manera abierta que no se opondría
a que Guyana otorgara concesiones petroleras en ese territorio si eso
contribuía al desarrollo de la región, lo cual hizo obviamente por sugerencia
de Cuba y para ganarse el apoyo del Caribe, en función de su interés por tomar
fuerza en el seno de la OEA. Con esta postura evidentemente la posición de
Venezuela respecto a la controversia planteada se debilitó severamente,
reforzando además la ventaja obvia de Guyana, siempre beneficiada por la
situación de hecho, pero que aún así hasta ese momento se había abstenido de
otorgar concesiones precisamente por la oposición de los gobiernos venezolanos
anteriores.
Este hecho, que claramente constituye un punto de inflexión negativo
para la pretensión histórica del país, ha sido sucedido por eventos recientes
no menos graves. Es así como Guyana no sólo ha seguido otorgando concesiones
petroleras a compañías transnacionales en la fachada atlántica del Esequibo,
sino que ahora lo hace con el apoyo abierto y directo de todo el Caribe, e
indirecto de EEUU, comprometiendo además cuantiosos recursos pesqueros de gran
valor, más allá de las enormes reservas de petróleo liviano y gas que hay en la
zona.
Pero el problema no termina allí. De hecho, lo más grave de lo
explicado por Garavini y Belandria es que Guyana ha proyectado una fachada
atlántica propia a partir de la costa del Esequibo que invade de manera
inequívoca nuestro mar territorial y plataforma continental en la zona del
Delta, lo cual constituye, sin duda, la amenaza más grave que se cierne sobre
nuestro territorio en la actualidad.
Sin embargo, ante esta inaceptable actitud violatoria de nuestra
soberanía, este Gobierno que se dice nacionalista no tiene una postura firme y
clara. No hay campañas publicitarias para sensibilizar al país, ni se recogen
firmas para que se deroguen las concesiones. Por el contrario, en un acto de
vulgar entreguismo, el gobierno venezolano mira a los lados, y tan sólo se
limita a mandarle carticas a las empresas que reciben las concesiones, en lugar
de enviar contundentes notas de protesta al Estado que las otorga.
Decía la improvisada canciller de Maduro que le había “leído la
cartilla” al Embajador de España en estos días. Esto, porque el Congreso de ese
país (así como los de Chile y Colombia) recientemente exigió la liberación de
los presos políticos en Venezuela. Para estos casos la canciller sí habla de
injerencia y violación de soberanía, pero es un manso cordero respecto a
Guyana, que nos está arrebatando el territorio. Así de entreguista y
antinacionalista es esta “revolución” que se envuelve en el tricolor nacional
para adversar a sus enemigos ideológicos, pero no para combatir a los
violadores de nuestro suelo. Eso es traición a la Patria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico