Esta es una investigación conjunta del
diario El Universo de Ecuador, la plataforma digital Armando Info en Venezuela
y El Nuevo Herald. Los nombres de los periodistas se mantienen en reserva para
evitar represalias.
25 de abril de
2015
Empresas fantasmas registradas en Miami
y Weston recibieron millonarias transferencias de otras compañías
pertenecientes a personas que actualmente son investigadas en Ecuador por
lavado de activos tras montar exportaciones fraudulentas desde ese país hacia
Venezuela.
La estafa involucra a empresarios
sudamericanos que adquirieron desde lujosos apartamentos en Miami hasta un
avión ejecutivo en Fort Lauderdale tras desangrar el Sistema Unitario de
Compensación Regional (Sucre), creado en el 2008 bajo el auspicio del
mandatario venezolano Hugo Chávez, para fomentar el negocio entre los países de
la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).
Una investigación realizada por el
diario El Universo de Ecuador, la plataforma digital Armando Info en Venezuela
y el Nuevo Herald documenta la ruta que siguió parte de una bolsa de $228
millones y que enlaza barrios pobres de Guayaquil —donde se captaban pobladores
de bajos recursos para falsificar facturas—, con las exclusivas propiedades del
sur de la Florida, además de cuentas bancarias en Panamá y Bahamas.
La investigación periodística se realizó
con el apoyo de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las
Américas, del International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con
Connectas.
De acuerdo con la investigación, el
dinero llegaba a Ecuador por supuestas exportaciones a Venezuela, pero a los
pocos días salía al exterior, principalmente al sur de la Florida. Algunas
exportaciones estaban sobrevaloradas, otras nunca se realizaron.
En las operaciones que generaron los
$228 millones intervinieron 60 compañías venezolanas y 30 ecuatorianas. De ese
dinero, $84 millones fueron girados del Ecuador hacia cuentas en el exterior. A
Estados Unidos fue transferida casi la tercera parte. El negocio se terminó
tras la quiebra de dos instituciones financieras ecuatorianas, la última en
mayo del 2013.
INVENTANDO PROVEEDORES
Agentes de la Unidad de Lavados de
Activos de la policía ecuatoriana interrogaron a Dolores, una mujer que vivía
en su modesta casa de caña y techo de zinc en la cooperativa Paraíso de la
Flor, en el noroeste de Guayaquil.
Una factura de noviembre del 2012 la
sindicaba como proveedora de zanahorias para exportarlas a Venezuela, pero en
su vivienda no había ningún cultivo.
Amputada de la pierna, Dolores confesó
que gestionó su registro de Rentas Internas para recibir un “bono” de $30
mensuales.
“Accedí a este ‘bono’ porque en ese
tiempo no tenía el bono solidario [subsidio gubernamental]”, dijo Dolores,
entonces de 56 años. “Solo saqué mi RISE (Régimen Impositivo Simplificado
Ecuatoriano) para recibir mi bono”.
Varios testimonios como el de Dolores
revelaron que dos exportadoras quiteñas habían optado por pagar ese “bono” en
barrios periféricos de Guayaquil, a cambio de la inscripción en Rentas
Internas. Con ese documento, las empresas mandaban a imprimir talonarios para
facturarse a sí mismas y justificar egresos.
26 Noviembre 2008
Surge la propuesta
La Cumbre de la Alternativa Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) plantea un sistema regional de
compensación de pagos para agilitar el comercio regional. Esto implica que los
bancos centrales de cada país usan una moneda común y cruzan cuentas entre sí,
en lugar de usar el dólar de Estados Unidos como moneda de pago.
Estas compañías eran Espinosa &
Castellanos Comercializadora Internacional Cía. Ltda. (Escastell) y Propermundo
S.A., que recibieron $27.8 millones del sistema Sucre por ventas de hortalizas
y máquinas agrícolas a Venezuela, entre noviembre del 2011 y mayo del 2013. Las
autoridades determinaron sobreprecios altísimos. Así, compraban una
desgranadora de maíz a $2,473 y la exportaban a $410,200.
Ambas empresas están relacionadas. Los
socios fundadores de Escastell son el colombiano Adriano Castellanos Pedraza y
el ecuatoriano Byron Espinosa Barreiros, mientras que en Prospermundo, están
Castellanos y la esposa de Espinosa, Rosalin Mogollón Almeida.
La pareja de ecuatorianos actualmente se
encuentra en la cárcel, sentenciada a cuatro años por lavado de activos. La
asistente contable de Escastell y quien repartía los “bonos” a los pobladores
pobres, Wendy Cedeño Lojano, recibió ocho meses de prisión en calidad de
cómplice. Castellanos, en cambio, está en Bogotá.
“No voy a hablar respecto al tema. Esas son
cosas de abogados”, le dijo Castellanos a un reportero de El Universo vía
telefónica. El proceso en su contra en Ecuador está suspendido hasta que
Castellanos se presente ante las autoridades.
LA
CASILLA DE BRICKELL
De acuerdo con varios informes de los
procesos judiciales en Ecuador, de los $27.8 millones que recibieron Escastell
y Propermundo, $8.35 millones fueron a manos de tres venezolanos: Samuel
Sánchez Boada ($3.85 millones), Pedro Silva Conde y su primo Gustavo Conde
Cabrera ($4.5 millones).
Esta última cifra incluye el dinero
recibido por la empresa ecuatoriana GuadalupeFarms S.A., cuyos socios eran los
dos parientes.
Inicialmente Silva Conde accedió a dar
una entrevista en Caracas pero no respondió a los pedidos para recoger su
versión.
Silva Conde aparece como representante
de Inversiones Siltor 2009, empresa estadounidense que firmó un contrato de
comisión mercantil con Prospermundo en septiembre del 2012.
Siltor recibió transferencias por más de
$1 millón de Escastell y de acuerdo con documentos bancarios para realizar los
giros se consignó como dirección una casilla postal en Brickell. El titular de
la casilla en Brickell, el empresario Pedro Antar, dijo a un reportero de el
Nuevo Herald que Silva Conde lo habría hecho a sus espaldas.
“Eso es un fraude, un abuso”, dijo
Antar, quien dijo que conocía a Silva Conde desde hace casi una década y que
hace cuatro años lo ayudó a crear dos empresas en Florida, pero luego fueron
desactivadas. “Yo no sé nada de negocios con Ecuador, ni de negocios con Silva
ni con Sánchez Boada”.
Siltor también recibió en Estados Unidos
$1 millón de la exportadora Mercaimpex, domiciliada en Tulcán, capital de la
provincia ecuatoriana de Carchi, que a su vez había recibido $17.6 millones del
sistema Sucre.
Boada y Silva Conde van más allá. Los
venezolanos recibieron dinero de otras compañías ecuatorianas: Sánchez Boada
$4.38 millones y Pedro Silva $110,000.
Algunas de estas empresas están
relacionadas entre sí. Por ejemplo, De Todo Un Poco e Imporplace son
accionistas de Bestitan, Grurosalli, Negberry, Starlexa y Gruyaseli. A estas se
suman Distribuciones Stortelt y Teksolsa.
El Universo ha buscado sin resultado a
los representantes de esas exportadoras, en su mayoría ya disueltas por la
Superintendencia de Compañías de Ecuador.
Sin embargo, a sus cuentas bancarias
llegaron $53.64 millones en seis meses desde Venezuela, a través del sistema
Sucre. Por ejemplo, Bestitan está registrada en el popular barrio del Guasmo
Oeste, en la Cooperativa Los Cinco Magníficos, en una zona que colinda con un
ramal del Estero Salado, pero ahí nadie la conoce.
Lo mismo ocurre con Teksolsa, situada en
la Isla Trinitaria, cerca del Estero. Una de las personas que consta como
accionista de esta empresa trabaja en una compañía de seguros pero dijo que eso
no era posible porque ni siquiera conocía a Teksolsa.
De Todo un Poco recibió $3.1 millones de
Prospermundo, pagados en cheques con el rubro de devolución de inversión a
Pedro Silva, según consta en un informe de la Superintendencia de Compañías.
Otro grupo de exportadoras es el
conformado por Juecrey, Neheminvest y Oseasdany, que recibieron $12.45 millones
del sistema Sucre. Su accionista era Ninrod Pantoja Monserrate, un chofer de
bus de la línea 38 de Guayaquil. Su hermana se mostró sorprendida por estos
hechos, puesto que Pantoja falleció el 21 de marzo del 2013 y no tenía bienes.
“Murió de una forma media rara... sin diagnóstico”, acotó.
De acuerdo con la información de la
Superintendencia, Pantoja compró las empresas el 1 de noviembre del 2012 al
abogado Félix Montiel Sellán. En su oficina, en el edificio Gran Pasaje, están
domiciliadas las tres firmas. Montiel indicó que crea compañías para
vendérselas a abogados y ofreció entregar información sobre los traspasos de
socios, pero no lo hizo.
EMPRESAS
DE PAPEL EN WESTON
Los reportes de los procesos judiciales
muestran millonarias transferencias a Global Supplies and Equipment Services
LLC, una empresa de papel registrada en Weston, uno de los enclaves de la
comunidad venezolana en Estados Unidos. Esa compañía también recibió dinero de
Sánchez Boada y de la exportadora ecuatoriana Transadi por un total de $10.15
millones en los primeros meses del 2013.
En el expediente judicial en Ecuador,
hay dos facturas con las que se justificaron transferencias a Global Supplies
por casi $1 millón desde el Banco Territorial.
Un reportero de el Nuevo Herald acudió a
visitar la sede de Global Supplies, en San Michele, un reparto de casas de
alquiler en Weston. La dirección consignada en los documentos bancarios
corresponde a una casa desocupada pese a que la empresa se encuentra activa.
El representante de Global Supplies es
el venezolano Nelson Contreras Chávez, empresario de transporte pesado radicado
en su país y quien ha sido representante de otras cinco empresas en Florida,
que fueron disueltas el 26 de septiembre pasado. Contreras explicó que para crear
Global Supplies dio como dirección la casa de un viejo amigo de la infancia que
luego se mudó a otra vivienda dentro del mismo reparto.
Contreras indicó a Armando.info que
conoce a Sánchez Boada pero que no sabe de él desde hace mucho tiempo, pues le
prestó dinero y no le pagó. Consideró que podría tratarse de una usurpación de
identidad, ya que no ha recibido transferencias desde Ecuador.
“Yo abrí la empresa en Miami con la
finalidad de mudarme allá, pero nunca lo hice”, dijo Contreras. “La empresa
sigue activa en papeles pero prácticamente tiene años sin ninguna actividad”.
Otro destino del dinero transferido al
sur de la Florida fue Yachting Experts, un “broker” de yates localizado en
Coconut Grove. La empresa recibió $2.52 millones de Sánchez, Neheminvest y
Juecrey. Uno de los propietarios de la compañía de yates, Frank De Varona,
rehusó conceder una entrevista a un reportero de e Nuevo Herald.
Sánchez Boada también adquirió una
avioneta LEAR 55, a fines del 2012, mediante transferencias realizadas desde
Ecuador por $1 millón a Aeronet Consulting Corp, una empresa localizada en el
aeropuerto de Fort Lauderdale. Un funcionario de esa firma dijo que para
realizar la venta se creó una empresa en Delaware, Lear 55 Holdings Inc.,
porque Sánchez no es ciudadano estadounidense.
Ahora la avioneta, con matrícula N
550JB, está a nombre de otra empresa, en el mismo estado de Delaware.
Sánchez también hizo otra transferencia
a Texas por $490 mil para Bombardier Aerospace Corporation, un importante
fabricante de aeronaves estadounidenses.
Un proceso judicial en contra de Sánchez
Boada y Silva Conde está suspendido hasta que estos se presenten ante las
autoridades ecuatorianas para responder por las operaciones realizadas por
Escastell y Prospermudo, que recibieron $27.8 millones del sistema Sucre, y en
el que la Fiscalía ecuatoriana ha comprobado la entrega de los “bonos”, la
alteración de facturas y el sobreprecio en exportaciones.
De las demás empresas que participaron
en esta trama y que cobraron $89.65 millones, no existe ningún juicio.
Tomado de: http://www.elnuevoherald.com/noticias/sur-de-la-florida/article19567545.html#storylink=cpy
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