Juan Lozano 13 de
abril de 2015
@juanlozano_r
Venezuela
no pudo ocultar su crisis, su ruina, ni los abusos que denunciaron con mucha
audiencia las esposas valientes de Leopoldo López y el alcalde Ledezma. Estados
Unidos, bajo el liderazgo de Obama, volvió por lo suyo, en su patio, a
recuperar su influencia y a marcar la agenda. Como pocas veces sucede, los
efectos de esta cumbre se proyectarán por muchos años. ¿Quiénes subieron y
quiénes bajaron?
Los
que subieron.
1.
Obama. Es el gran triunfador. Reinstaló a su país como líder en América Latina,
hizo valer su reactivación económica y energética, erosionó la voz de
Venezuela, recuperó su posición en el Caribe tras su reunión de Jamaica,
recortó terreno que había perdido ante Rusia y China, se ganó los elogios de
Castro sin retirar a Cuba de la lista negra del terrorismo ni deponer sus
exigencias de democratización en la isla.
Además,
aplastó a Maduro, revolcó a sus aliados –empezando por Correa, la Kirchner y
Ortega– y no modificó su decreto sobre Venezuela. En su política interna, ganó
puntos con la comunidad latina, les arrebató banderas a los republicanos y
mejoró el clima político para el lanzamiento de Hillary.
2.
Castro. Ganó desde el inicio con el solo retorno a la cumbre. Su discurso,
aunque deshilvanado, como lo advirtió Yoanny Sánchez, y sumiso frente a Obama,
fue hábil y lo dejó en buena condición para proseguir negociaciones. Se
desmarcó de Maduro y de su vieja retórica. Apareció como un venerable abuelito,
con un toque de humor, muy diferente del estereotipo del dictador bananero que
lo persigue.
Sin
embargo, siguió en la lista negra del terrorismo, según reportería de The New
York Times, y en su política interna debe ahora enfrentar tanto la crítica de
radicales que creen que se arrodilló ante Obama como la de sus opositores, que
le contaron al mundo que en Cuba se mantienen los abusos del régimen contra
opositores y contra la libertad de expresión. Si repitieran la encuesta
divulgada por el Nuevo Herald, quizás se confirmaría que en Cuba es más popular
Obama que los Castro.
Los
que bajaron
1.
Maduro. Es el gran perdedor. Regresa con el rabo entre las piernas, informando
en tono menor sobre un corto cruce de palabras con Obama, con Venezuela en
ruinas y con sus resmas de firmas convertidas en equipaje de carga. Viéndolo
empobrecido y frágil, sus aliados del Caribe le sonrieron a Obama, Cuba se le
desmarcó, su proposición exigiendo la revocatoria del decreto gringo no fue
aprobada y las esposas opositoras quedaron consagradas como las nuevas heroínas
de la libertad. Arrastró con él a los pocos que lo apoyaron y todavía retumban
los ecos de las sinfonías de cacerolas y pitos que compusieron para él.
2.
La Unasur. Sale aporreada, así como el Alba y todo el sistema que giraba en
torno del petróleo de Venezuela. El desastroso desempeño de muchos de los
mandatarios defensores de este modelo amenaza su influencia y financiación. En
contraste, el retorno vigoroso de Estados Unidos al hemisferio brinda a la
agónica OEA una oportunidad de resurrección tras la fatal gestión del flojo y
opaco Insulza. Ojalá Almagro, el nuevo Secretario, lo entienda y recupere el
sistema interamericano que el chavismo se había dedicado a pulverizar.
Colombia,
unas de cal y otras de arena.
Le
fue bien a Santos con el diálogo con Obama tras obtener voces reiteradas de
respaldo para el proceso de paz. Y le fue mal haciéndoles eco a las
desatendidas solicitudes de Maduro. Tampoco se logró la exclusión de Cuba de la
lista de marras y Andrés Pastrana y una veintena de expresidentes dejaron en
evidencia el triste silencio del Gobierno de Colombia ante la violación de los
derechos humanos en Venezuela. La trascendencia del encuentro Obama-Castro
opacó todo lo demás. En la delegación colombiana, vuelve y juega: Gina
superstar se ha convertido en la estrella del gabinete.
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