Freddy Paz 28 de junio de 2015
@freddyspaz
La guerra económica ha sido en la
historia de los sistemas de gobiernos antidemocráticos, utilizada como base
para los funcionarios y consejeros secretos de regímenes autocráticos. Para
trasladar el conflicto o concepto de la guerra territorial de la nación o
naciones, al plano de “guerra económica” y de ésta forma tratar de construir adversarios
a los gobernantes de turno, contra importantes sectores de la vida pública del
País, señalándolos como enemigos del pueblo, y como argumentos para crear leyes
habilitantes y poder someter a quienes se conviertan para ellos, en objetivos
del sistema, doblarlos y controlarlos bajo cualquier costo.
Gobernar en Venezuela bajo esta teoría,
como si se tratara de solucionar problemas que generan crisis dentro del país,
responsabilizando y persiguiendo adversarios políticos. Ocurre en la mayoría de
los casos donde prevalece este tipo de gobierno, diseñado desde altas esferas
de poder, por individuos no preparados para el ejercicio de la función pública
del país, a pesar de que en muchos casos son elegidos por el pueblo. Y que
inmediatamente se convierten en agentes de un juego político como el ajedrez,
fácilmente manejable por las mentes de consejeros educados y formados desde
temprana edad para el manejo de jugosos negocios desde posiciones de poder, sin
importarles el bienestar, ni el futuro del pueblo que los eligió.
Los hombres y mujeres de la nación, en
muy altos porcentajes no se preocupan ni utilizan muchas veces, las enseñanzas
de la historia, sino que pareciera conformarnos con seguir teorías, sin
preocuparnos sí dan o no buenos resultados para el progreso del País y su
gente. Creyendo que todas esas leyes teóricas que a lo largo de estos últimos
dieciséis años le han inculcado desde el gobierno al pueblo venezolano son de
una suprema importancia, y los resultados hoy, todos los conocemos: alto costo
de la vida, escasez, inseguridad creciente, libertad limitada, confrontación y
ganas de abandonar el país; solo por citar algunas consideraciones, que han
aumentado la desconfianza en un sistema de gobierno ineficiente, enfermo con el
cáncer de la corrupción, con efectos desmoralizadores para toda la población.
Los reclamos del pueblo expresando su
descontento por lo que vivimos los venezolanos, son silenciados porque estamos
también perdiendo la libertad de la palabra, porque el estado se ha ido apoderando
de la prensa y de los medios de comunicación social, para que se conozca solo
lo que convenga a los enchufados y no la verdad de lo que realmente acontece y
vive la sociedad venezolana.
@freddyspaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico