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miércoles, 24 de junio de 2015

Tarjeta de Presentación, por @lmesculpi

Luis Manuel Esculpí 22 de junio de 2015

Alguna vez en la época de la revolución cultural, después de haber estado en el gran país asiático leí algo sobre el origen de estas tarjetas, lo que me motivó a indagar un poco más para escribir este artículo, asumo que me fue de suma utilidad las facilidades que ofrece internet.

Al igual que el papel, la pólvora y hasta los espaguetis pareciera que su invención proviene de China. Por ser el papel originario del país asiático se deduce que las primeras tarjetas se usaron alrededor del siglo XV y eran empleadas como tarjetas de visitas, por miembros seguramente enchufados a las dinastías, para dejar constancia de haber concurrido a un lugar y no haber encontrado a la persona que se visitaría. En esa época la imprenta apenas se había inventado y estaba en un proceso muy incipiente, por lo que es de suponer que eran elaborados a mano, con la delicada caligrafía de los caracteres chinos.

Se cree que en el siguiente siglo (XVI) se extendió entre la nobleza europea ( y sus enchufados) el ritual de esas tarjetas. Pero deducen que fue en el siglo XIX cuando verdaderamente se popularizó y se transformó en "tarjeta de presentación", sin duda la expansión de los medios de impresión debe haber contribuido a ese proceso.

La modernidad le dio uso comercial y más recientemente sencillos programas de computación permiten diseñar e imprimir variedad de estas tarjetas. Ahora es muy frecuente oír entre los usuarios de la telefonía inteligente la frase: "pásame tu tarjeta". Con los actuales costos de impresión y la desaparición de las pequeñas tipografías, los avances de la electrónica han resuelto ese detalle tan de uso cotidiano.

Otra cosa es en el fútbol cuando el árbitro presenta la tarjeta, todavía se recuerda cuando le sacaron la roja a Fernando Amorebieta en el juego de la vinotinto contra Perú, nuestra selección a pesar de ser eliminada en esta edición de la Copa América, demostró en todo su desempeño , incluyendo el juego contra Brasil, que dejó de ser la cenicienta de estos torneos. Me sumo así a la frase que ha comenzado a ser un lugar común.

La verdad es que este preámbulo me ha servido de base para abordar el tema de una tarjeta que ha sido motivo de intenso debate en el campo opositor, planteándose el dilema de la participación con tarjeta única o la concurrencia de cada organización política con su propia tarjeta. Diversos amigos y amigas con los que suelo coincidir rompieron lanzas contra la tarjeta única. Por mi parte nunca he abrigado la menor duda en cuanto en que la actual coyuntura esa representa la mejor opción. Las opiniones más equilibradas sostienen el criterio que esa participación tiene -como casi toda decisión- ventajas y desventajas. Por mi parte, solo percibo los beneficios que con ella se pueden obtener.

Hay quienes argumentan que los partidos podían quedar suspendidos en caso de no participar con sus propias tarjetas. Existen diversos estudios jurídicos que concluyen contrariando esa afirmación, además proponen formas para solventar esa eventualidad, si ella se presentará. En todo caso, si fuese realidad tal señalamiento una victoria contundente en las parlamentarias, garantizaría el éxito rotundo de una eventual recolección de firmas.

También se aduce que los partidos, sobre todo aquellos de menor presencia evaden así contarse, para no demostrar debilidad. La verdad es que TODAS las organizaciones participantes de la MUD quizás solo con la excepción -por ahora-de Voluntad Popular han manifestado su decisión de unificarse en torno a una tarjeta.

Se señala que optando por esa opción los partidos no desplegarán todo el esfuerzo requerido y utilizando la muletilla de moda " se refugiarían en su zona de confort"; tal razonamiento. no resiste el menor análisis. ¿Puede pensarse que las organizaciones que llevan a sus principales figuras en listas y circuitos, no desplegarán toda la iniciativa y acciones con la presteza debida a la tarjeta de la UNIDAD para garantizar la presencia de sus dirigentes en la próxima Asamblea Nacional?. La respuesta a esa pregunta no admite dudas.

Como he afirmado en otras oportunidades considero que la Unidad tiene un plus, que va más allá de la suma de sus partes. Participar con candidatos, comandos, campañas, programas y tarjeta únicos o unitarios favorecería aún más tal potencialidad.

La tarjeta única dificultaría los planes adversarios de estimular la inscripción de candidaturas al margen de la MUD empleando diversas tarjetas dirigidas a confundir al elector y propiciar así la dispersión de votos en circunscripciones que pueden ser decisivas para lograr una mayoría sólida en la AN.

Esta opción la proponemos en el marco de la situación política actual, no pretendemos que ella sea una conducta permanente para todo proceso electoral, en el futuro puede ser lo más conveniente y necesario que cada quien participe con sus emblemas y símbolos. El que las organizaciones políticas hoy den señales de desprendimiento, valorando la significación de lo que verdaderamente está en juego, de lo decisivo para el porvenir que pueden ser estos resultados, demostrando así su capacidad de colocar los intereses generales por encima de los propios, puede ser un mensaje estimulante de la participación e incluso para mejorar la percepción que densos sectores del país tienen sobre los partidos.

Si faltaran razones puedo adicionar una de índole estrictamente de mecánica electoral, esa fórmula facilita la identificación y la emisión del sufragio al elector. No es esa, precisamente, una fluslería.

El esfuerzo desplegado en todo el proceso de elaboración de las candidaturas unitarias, bien podría complementarse conformando una alianza perfecta que incluya los contenidos de campaña, la designación de los comandos, la plataforma programática y la tarjeta única. Esa sería indiscutiblemente la mejor tarjeta de presentación!

Luis Manuel Esculpi

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