Por Eddie Ramírez,
23/06/2015
Apenas el Papa
Francisco había terminado de escribir su Encíclica “Alabado seas”, cuando el
presidente de facto la hizo suya. Sin duda que el tema se presta a
controversias. Algunos la rechazarán de plano, otros la adoptarán como un dogma
y unos rojos perversos y mentecatos se aferrarán a la misma intentando ganar
puntos, a pesar de que sus actuaciones están en contradicción con el espíritu y
la letra de ese magnífico documento.
No creemos en la
infalibilidad del Pontífice, ni siquiera cuando se refiere a dogmas de la
Iglesia, mucho menos cuando predica sobre aspectos terrenales. Sin embargo, en
esta Encíclica, como en otras que ha presentado Roma, comulgamos con su
contenido. ¿Qué señala ese valioso escrito? Básicamente que el desarrollo que
lleva a cabo la humanidad no es sostenible. Es decir que no es amigable con el
ambiente, que crea muchas desigualdades por lo que no favorece a los más y que
no es económicamente viable si se consideran los costos colaterales.
Con respecto al
calentamiento global por efecto de los llamados gases de invernadero, Su
Santidad señala que: “Sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles
muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en menor
medida, el gas– necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora. Mientras
no haya un amplio desarrollo de energías renovables, que debería estar ya en
marcha, es legítimo optar por lo menos malo o acudir a soluciones transitorias”.
Aunque todavía
algunos niegan que este calentamiento sea consecuencia de la actividad humana,
la temperatura de “nuestra casa” está aumentando y, de continuar, ocasionará
cambios dramáticos en el planeta. Como este proceso es irreversible, aún los
más escépticos deberían aceptar que como medida precautelativa es prudente
reducir el consumo de energía fósil. Cabe recordar que los líderes del Grupo
G-7 (Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Canadá, Italia, Japón y Francia)
acordaron una reducción de por lo menos un 40% de las emisiones de gases con
efecto invernadero para el 2050 y cero emisiones a fin de siglo.
Por otra parte,
Francisco aboga por que “ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una
solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo debería ser
siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”.
La Encíclica
predica que “una desaceleración de determinado ritmo de producción y de consumo
puede dar lugar a otro modo de progreso y desarrollo. Los esfuerzos para un uso
sostenible de los recursos naturales no son un gasto inútil, sino una inversión
que podrá ofrecer otros beneficios económicos a medio plazo. Necesitamos una
política que piense con visión amplia, y que lleve adelante un replanteo
integral, incorporando en un diálogo interdisciplinario los diversos aspectos
de la crisis. Muchas veces la misma política es responsable de su propio
descrédito, por la corrupción y por la falta de buenas políticas públicas”.
Así mismo, “Alabado
seas” critica los daños ocasionados por los países desarrollados del Norte a
los menos desarrollados del Sur, ejemplificados en pasivos ambientales y
humanos. También los perjuicios ocasionados a la pesca artesanal y al pequeño
agricultor, como consecuencia de tecnologías usadas por grandes empresas.
La Iglesia, dice el
Papa, “no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la
política, pero invito a un debate honesto y transparente, para que las
necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común”. Además
añade que “Sobre muchas cuestiones concretas la Iglesia no tiene por qué
proponer una palabra definitiva y entiende que debe escuchar y promover el
debate honesto entre los científicos, respetando la diversidad de opiniones”.
Aunque los rojos
pretenden apropiarse de esta Encíclica, como se apropian de propiedades que no
les pertenecen, sus actuaciones indican que no comulgan con la misma:
destrucción del entonces prestigioso Ministerio del Ambiente, tala de bosques,
abandono de los grandes proyectos de siembras de árboles, contaminación por la
minería ilegal, deterioro de cuencas hidrográficas, indiferencia ante la
contaminación de ríos y lagos, grave situación con respecto a la basura,
incluso sabotaje a la recolección en municipios en manos de la oposición,
incremento de la pobreza, destrucción de fuentes de trabajo, permisividad con
el narcotráfico, aumento de quema de gas en mechurrios, de derrames petroleros,
de accidentes en refinerías y de acumulación de coque. Además, cero debate con
la oposición y descomunal corrupción ¡ Alabado sea que pronto saldremos de este
régimen perverso!
Como en botica: Para
lograr un desarrollo sustentable tendremos que superar dos grandes obstáculos:
la pérdida de capital humano por exilio inducido por el régimen y la
masificación de la educación universitaria para imponer la mediocridad,
denunciada con cifras contundentes por Antonio De Pascuali. Según las mismas,
tenemos 245% más estudiantes que el Reino Unido, 318% más que Italia y 425% más
que Francia. Nuestra solidaridad con El Carabobeño. Yván Gil, repitiente
ministro de Agricultura, exige a la Polar que siembre maíz. Seguramente
conminará a los telares a que siembren algodón, a los constructores a que
elaboren cemento y cabillas y a las mueblerías a sembrar árboles. ¡No más
prisioneros políticos, ni exiliados!
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