Por Angela Ambrogetti 18 de junio de 2015
La primera carta encíclica escrita
íntegramente por el Papa Francisco, Laudato Si’ sobre la creación, rompe los
esquemas de este tipo de documento pastoral que hace parte del magisterio del
Santo Padre.
Laudato si’ no es solamente un acto
magisterial sobre la doctrina social, es el nacimiento de un nuevo género
literario dentro de los documentos pontificios. Normalmente, durante la época
moderna, los pontífices han añadido en las encíclicas temas doctrinales que
marcaban el magisterio.
Pero Laudato Si’ no es un texto
doctrinal, sino más bien una carta pastoral basada en el método
clásico latinoamericano del ver, juzgar, y actuar. El texto se divide en seis
capítulos, y en tres partes. Y el mismo Papa Francisco lo explica en los
primeros párrafos, después de invitar a los lectores a admirar la maravilla de
la creación como aquella que San Francisco consideraba el único camino hacia
una ecología integrada.
“En primer lugar –escribe el Papa–, haré
un breve recorrido por distintos aspectos de la actual crisis ecológica,
con el fin de asumir los mejores frutos de la investigación científica
actualmente disponible, dejarnos interpelar por ella en profundidad y dar una
base concreta al itinerario ético y espiritual como se indica a continuación. A
partir de esa mirada, retomaré algunas razones que se desprenden de la
tradición judío-cristiana, a fin de procurar una mayor coherencia en nuestro
compromiso con el ambiente”.
“Luego intentaré llegar a las raíces
de la actual situación, de manera que no miremos sólo los síntomas sino también
las causas más profundas. Así podremos proponer una ecología que, entre sus
distintas dimensiones, incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo
y sus relaciones con la realidad que lo rodea”.
“A la luz de esa reflexión quisiera
avanzar en algunas líneas amplias de diálogo y de acción que involucren tanto a
cada uno de nosotros como a la política internacional. Finalmente, puesto que
estoy convencido de que todo cambio necesita motivaciones y un camino
educativo, propondré algunas líneas de maduración humana inspiradas en el
tesoro de la experiencia espiritual cristiana”, añade.
No hay mejor síntesis. El objetivo del
Papa es dar material a la gente que es consciente de la necesidad de la
conversión interior, del cambio de vida de cada persona en el mundo.
De ahí que el Papa eligiera citar no
solo a los Padres y las Escrituras, sino también a las conferencias episcopales
y algunos pensadores modernos como Romano Guardini. Por eso el Papa hace
espacio al pensamiento del Patriarca Bartolomé e incluso un maestro espiritual
islámico.
Es el mismo método de la Evangelii
Gaudium, pero es cierto que una exhortación apostólica tiene otro valor
magisterial respecto a la encíclica. Precisamente en Evangelii Gaudium el Papa
deja entender que a las conferencias les fuera dada también la potestad
doctrinal, que no tienen.
El último documento pontificio sobre
esta materia es Apostolos Suos, del Papa San Juan Pablo II, y además está la
exhortación apostólica post sinodal Pastores gregis sobre el papel de los
obispos.
Pero el Papa Francisco parece querer ir
más allá. En este sentido, la encíclica del Papa parece querer ser más que un
manual, un texto de uso para la catequesis y en los contextos políticos e
internacionales, parece querer combatir los lobbies y las potencias.
Las indicaciones prácticas en torno al
texto pontificio son un cambio radical de estilo. Medios de transporte
públicos, aire acondicionado y reciclaje del cartón parecen a primera vista no
ser demasiado importantes en el texto magisterial. Pero para el Papa Francisco
son el objetivo mismo del texto. Un objetivo principalmente pastoral, tal y
como la exhortación a rezar antes de cada comida.
La pastoral es la idea central
de la ecología integrada, que une el cuidado de la tierra y del hombre.
Pero no todo es acción para el Papa. En
el texto se insertan todos los temas clásicos de la “ecología humana” ampliando
las competencias.
Además la encíclica, como todas las
encíclicas de los últimos decenios, está dirigida a todos los hombres de buena
voluntad, aunque en lugar de explicarlo en el título, el Papa prefiere
explicarlo en el texto.
También es práctica la idea de dos
oraciones creadas para ser usadas por los creyentes de todas las religiones, y
otra para los cristianos en particular.
Este es el “método Bergoglio”, con
muchas descripciones dramáticas de la realidad que al final dejan pensar que la
fe cristiana es una invitación a la alegría: “¡Caminamos cantando! Que nuestras
luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten la alegría de la
esperanza”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico