Por Luis Manuel
Aguana, 16/06/2015
No debería
sorprendernos a los venezolanos la reunión del Presidente de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello, con el Consejero del Departamento de Estado de EUA,
Thomas Shannon, en Haití. Los Estados Unidos han hecho cosas mucho
peores en la historia, a los ojos de los pueblos, en aras de un bien
considerado mucho mayor para sus intereses. Así funciona la mecánica de la
diplomacia de esos países.
El asombro del
mundo por la visita de Nixon a la China comunista de Mao Zedong, en 1972, fue
un paso importantísimo para el ajuste del equilibrio del poder planetario de
las superpotencias en ese momento. Fue un paso frio y calculado y desconocido por
la mayoría, pero que le brindó a los Estados Unidos muchos beneficios en el
largo plazo.
Lo que quizás si
sea nuevo en toda esta trágica historia es que el Departamento de Estado se
ponga un pañuelo en la nariz y se siente en la misma mesa con un sujeto objeto
de una investigación criminal por narcotráfico en su propio país. Y esto no
dicho por nosotros sino por confirmación del mismísimo Wall Street Journal de
New York.
Parafraseando al
periodista Manuel Malaver en su leída columna los domingos en La Razón (ver http://www.larazon.net/2015/05/03/los-gringos-quieren-ponerle-los-ganchos-a-diosdado/),
es como si el segundo al mando también le recordara al gobierno norteamericano
negociar con Pablo Escobar, los hermanos Rodríguez Orejuela o el Chapo Guzmán,
antes de que la justicia norteamericana culminara su investigación. ¡Claro que
todos se asombrarían de eso! ¿Que se está jugando allí el gobierno de Obama?
¿Será posible
asimilar esta "negociación" como quien se entiende con los
secuestradores para conocer los términos de la liberación de unos rehenes?
Siendo de esa manera, imagino entonces que así nos vería el Departamento de
Estado. ¿Pero eso es realmente así? No lo creo. Hay mucho en juego en este
secuestro, más allá de la vida de los venezolanos, a los ojos de la política
exterior de los Estados Unidos.
¿Por qué hacer esta
“negociación” en descampado? ¿Por qué dar a conocer a todo el mundo esa
reunión? ¿Sería una condición de Cabello, como una especie de descargo por las
acusaciones e investigaciones anunciadas en los Estados Unidos? ¿Que el
Departamento de Estado apareciera dándole la mano para “lavarle” la cara en
público? Todo es posible dentro de ese mar de especulaciones que se ha
levantado como un tsunami.
Pero lo que sí es
un hecho cierto es que a Obama se le acaba el tiempo en la Casa Blanca, con un
probable sustituto republicano, que no sería tan considerado con los
castro-comunistas cubanos y venezolanos; y a ambos, tanto al régimen como al
gobierno de Obama, les conviene dejar varios asuntos resueltos lo antes
posible, previo a la carrera presidencial norteamericana. Y si bien todavía
falta algún tiempo para eso -aunque ya empezaron-, es de hacer notar que al
régimen le corre más rápido el reloj en contra.
¿Qué le puede haber
dicho Shannon a Cabello en Haití después que, según el artículo de Manuel
Malaver, le trajo a Maduro el expediente para este lo entregara a la justicia
norteamericana? Pero las situaciones en política pueden cambiar, y muy
rápidamente. Todo apuntaría a una negociación entre el régimen y los
norteamericanos, de acuerdo a lo que hemos leído de varios analistas políticos.
¿Pero para qué? Obama se está jugando un número muy difícil con el
restablecimiento de las relaciones con Cuba, y Venezuela está en el medio como
el país del cual subsistirá la isla mientras ellos llevan a cabo esa transición
económica y el régimen de los Castro sobrevive. Pero eso no puede ser gratis…
Visto así, los
cubanos y los norteamericanos necesitan al régimen venezolano alineado para que
la transición cubana, cualquiera que esta sea y hacia donde vaya, se realice
sin traumas económicos, aun a expensas del sufrimiento de los venezolanos. Si
el gobierno de los Estados Unidos desea restablecer las relaciones con Cuba por
un asunto geopolítico de su interés, eso necesariamente tiene que pasar por
Venezuela, quien mantiene en la actualidad a esa isla económicamente. Aunque
las directrices vengan de Cuba para Nicolás Maduro, estas tienen que a su vez
ser negociadas internamente con Diosdado Cabello en Venezuela, quien es
considerado fuera de nuestras fronteras, militarmente hablando, el hombre
fuerte del país.
Difiero de aquellos
que piensan que los Estados Unidos están negociando con el dúo Maduro-Cabello
para una transición en Venezuela. Esto proviene de esa idea irracional de
los venezolanos de que las soluciones para nuestros problemas vendrán de
afuera, sin todavía aterrizar que NOS ESTAN USANDO para sus intereses. Están
negociando la supervivencia de los Castro de nuestras costillas. Esa es la
verdadera prioridad de Barack Obama ahora-no Venezuela-, no nos engañemos ni un
segundo. Para ellos, Venezuela puede ser una segunda Cuba pero eso no sería un
problema de Obama sino de su sucesor y de los que vengan después de él. Por eso
quienes se tienen que poner las pilas somos nosotros.
¿Qué le habrá
prometido Shannon a Cabello a cambio de ese soporte vital? ¿Tiempo? En los
Estados Unidos no existe esa donde Obama agarra un teléfono y le dice al Fiscal
de New York que engavete la investigación por narcotraficante que le siguen a
Diosdado porque está negociando con Venezuela. La pregunta correcta que debemos
hacernos es ¿qué le puede interesar a Diosdado de los norteamericanos que ahora
están en el poder para cobrárselos duro en esa negociación? Respuesta obvia:
¡Estabilidad! y en consecuencia, MAS PODER.
Que “persuadan” a
los Castro de inclinar la balanza a su favor en Venezuela a fin de mejorar el
balance de poder en detrimento de Maduro. Y eso lo pueden lograr los
norteamericanos para que Raúl Castro tire de las cuerdas del muñeco que tienen
en Miraflores a favor de Cabello. O peor aún (o mejor, de acuerdo a quien lo
diga) que el mando supremo del país pase a sus manos…
Dicen que la
política la inventó el diablo. Si sumamos eso a la maldad detrás de esta gente
que nos desgobierna y los intereses calculados de las potencias que no paran en
mientes para conseguir sus objetivos estratégicos por encima de cualquier
consideración, el resultado puede ser peor que cualquier pesadilla que nos
hayamos imaginado. El famoso dicho “piensa mal y acertarás” se debe aplicar con
rigurosidad en este caso. Soy optimista que Venezuela va a salir de esta
tragedia. Pero no será porque esperemos que nadie fuera haga el trabajo que
debemos hacer nosotros aquí adentro, o porque nos creamos que alguien “negocia”
una salida a nuestro favor sin esperar nada a cambio…Esas épocas
lamentablemente dejaron de existir.
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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