Luis Manuel Esculpí 15 de junio de 2015
Suspende la cita con el Papa, envía al
Vicepresidente a recibir el cuestionado premio de la FAO, tampoco asiste a la
Cumbre del CELAC con la Unión Europea; tales ausencias no pueden ser
consideradas una nadería. Tiene que haber una causa de fuerza mayor!
Precisamente quien no se ha caracterizado por desperdiciar viajes, siempre
acompañado con su nutrida comitiva. En determinadas condiciones la otitis
tiende a complicarse convirtiéndose en laberintitis. La verdad es que todo el
entorno le es laberíntico.
No es igual como cuando titule hace unos
años otro artículo El Comandante en su Laberinto, los recursos -en el más
amplio sentido- no son los mismos. La situación era otra.La crisis cada vez se
agrava y no haya que hacer. Esta consciente de no poder seguir anunciando que
anunciará. El enredo hoy es verdaderamente galáctico. El embrollo en que está
lo sobrepasa. La indecisión lo abruma. El boato no compensa el agobio. Hay
intranquilidad y rebelión en la granja. No se imaginó nunca estar metido en
semejante brete. El ambiente que le rodea es patético. En medio de una que otra
ráfaga de lucidez piensa que las tendencias actuales se tornan irreversibles.
No basta con acumular recursos para la campaña, no disponen de ellos como en
épocas anteriores. Si bien aún posee campo para la maniobra, no considera posible
modificar el actual cuadro.La perspicacia le anuncia la inevitabilidad de una
derrota. Por mucho que lo intenta no puede disimular, no puede embelecar. A él,
principalmente a él, le atribuirán la pérdida. No dispone de esa especie de
teflón que parecía tener el antecesor. Por primera vez en quince años , las
encuestas señalan un responsable de las calamidades que padecemos y es él. En
su fuero interno debe reconocer el trance. Cuando mira hacia adelante es
prisionero de la desazón y la incertidumbre. No puede ser de otra manera!
El panorama no ofrece una perspectiva
favorable al actual gobierno, para abordar la crisis más grave conocida en la
historia contemporánea, mas cuando el ha sido el principal causante de su
agudización. La adopción de medidas para superarla, supone romper con los
arcaicos esquemas a que les rinden culto, no tienen la mínima disposición a la
apertura. Su visión se los impide, mientras se estrecha su piso político y el
tiempo se agota.
La inconformidad, el malestar, el
descontento y el rechazo recorren todos los espacios de la sociedad,
transformándose en decididas aspiraciones de cambio que constituyen una nueva
mayoría social y política. Mayoría que deberá manifestarse electoralmente este
año, modificando sustancialmente el mapa político del país y abriendo nuevos
causes a la Alternativa democrática.
El que enfoquemos como aspecto central
el proceso electoral, no implica en ningún caso, descuidar otras facetas de la
coyuntura, la presencia y participación de la oposición en ellas abona
necesariamente el terreno para los resultados de las parlamentarias.
Para alcanzar la victoria y lograr
mayores avances la Unidad es un prerrequísito indispensable. En medio de la
diversidad hay que fortalecer las coincidencias. No existe liderazgo, ni
organización que por su propia cuenta pueda garantizar el triunfo. Nuestras
diferencias fundamentales son con la macolla gobernante.
El adversario aún no renuncia a la idea
de dejar de ser mayoría, están aferrados al poder y a sus privilegios. Vendrán
nuevas agresiones, hostilidad y bravatas, habrá que responder con entereza y
valor sin caer en el terreno donde ellos pretenden ubicar la confrontación.
Con todas sus carencias y dificultades
el instrumento en capacidad de conducir un proceso intrincado y complejo como
este , es la Mesa de la Unidad. Le hacen un flaco servicio a la causa
democrática quienes ubicándose en territorio opositor, enfilan sus principales
baterías contra la alianza unitaria.
La lucha social y política no es
desahogo. El desasosiego y la exasperación no son buenos consejeros. El
estudio, análisis, la reflexión y la consideración de los diversos escenarios
probables es una tarea insoslayable para la Dirección de todo movimiento. En
esta confrontación desigual requerimos de una conducción inteligente con
talento, pasión y coraje. Necesariamente hay que conjugar esos atributos. La
experiencia demuestra que la victoria -por lo general- es la resultante de la
acertada combinación de esos factores.
No puedo dejar de mencionar que el
título de este artículo lo tome prestado de una amiga, que gentilmente me autorizó
a usarlo, se trata de Magdalena Boersner, internacionalista, librera e
ingeniosa tuitera.
PD: la semana pasada falleció un
luchador de toda la vida, honesto, culto y muy inteligente Freddy Muñoz quien
me honró con su amistad. Escribiré una semblanza que me fue solicitada para su
publicación, lo haré con el mayor gusto.
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