Por Luis Ugalde SJ
Los resultados son claros y
contundentes. Ridículas e infantiles las acusaciones contra fantasmas
imperiales capaces de desviar el voto de millones de venezolanos. Pero nada
puede cambiar la triste realidad de una “revolución” con pueblo frustrado.
Ejemplar actuación de los votantes, de los responsables políticos conductores
del voto democrático y de los civiles y militares garantes del respeto al voto.
Queremos destacar el extraordinario papel de aquellos dirigentes de la MUD y
otros demócratas, atacados por supuestos opositores que los calumniaron de
estar vendidos al gobierno con negocios inconfesables a cambio de engañar al
electorado democrático y llevarlo como ovejas al matadero electoral donde el
régimen ya tenía blindado su triunfal resultado.
Afortunadamente, los
dirigentes de la MUD resistieron las calumnias, superaron sus tentaciones
divisionistas e hicieron un aporte extraordinario a nuestra caída del “muro de
Berlín”. Ahora los necesitamos unidos de parteros en el nacimiento de una nueva
Venezuela. No estaría de más que, ante los hechos, los calumniadores (¿de buena
fe?), sacaran algunas conclusiones sensatas y constructivas para el futuro.
Varios millones de venezolanos
más necesitan y quieren cambio, pero no se expresaron el 6-D.
Ahora, gobierno y oposición no
tienen más remedio que ver con desnuda objetividad, algunas evidencias y graves
necesidades.
Asamblea Nacional
En la Asamblea la oposición
democrática, con dos de cada tres diputados, tiene poder para contribuir
fuertemente a democratizar y reconstitucionalizar el país. El gobierno
parece decidido a cultivar la calumnia de que la nueva AN es el problema y que
los demócratas llegan con el objetivo central de agredir a los pobres hasta
eliminar las “misiones” y todo programa social, incluso los servicios gratuitos
de salud, de educación…
La dirigencia democrática ha
propuesto con máxima urgencia y prioridad una amnistía que acabe con la
escandalosa persecución de presos políticos y exiliados y la criminalización
de toda actividad política opositora. También están decididos a una ley que
otorguepropiedad a los beneficiarios del plan vivienda, que en este
“socialismo” solo son usuarios, mientras sean leales al régimen. El legislativo
nuevo reforzará sin ambigüedades aquellas misiones de indiscutible
valor y hará que no sean solo para los sumisos al régimen, sino que
se universalicen como derecho de todos, y se vuelvan eficientes y transparentes
con cuentas claras. Hoy clama al cielo el abandono de la gente en los
hospitales. La atención primaria de salud es urgente y prioritaria para todos;
con cubanos o sin cubanos, hay que relanzarla (más de la mitad de los centros
están muertos). Excelente y retadora oportunidad para los gremios de la salud y
las universidades, única para demostrar en la práctica su efectivo compromiso
–con movilización de conciencias, creatividad y organización efectiva– en
políticas públicas aplicadas por centros y comunidades, gubernamentales o no.
Hacer juntos más y mejor con ingresos petroleros reducidos.
No habrá en Venezuela
democracia sin una efectiva recuperación de la autonomía de los poderes
públicos, superando las subordinaciones legislativas y judiciales que han
escandalizado al mundo.
El Ejecutivo
El gobierno quiere centrar fuera
de sí la tragedia nacional de la que sus políticas son las causantes. Que
el país no se confunda: el profundo malestar económico-social y el brutal
empobrecimiento de las mayorías lo debe enfrentar el EJECUTIVO, yendo a la raíz
de su propia política, fábrica de miseria y de millonarios rojos al mismo
tiempo. Si el gobierno no toma en serio la lección del 6-D, aumentará la
desesperación creciente de sus propios seguidores, de muchos dirigentes suyos y
de la población. El país se sentirá burlado por la insensatez presidencial y
muy probablemente veremos a Maduro forzado a renunciar, sustituido por quienes
traigan respuestas, o las intenten. Hay también otras fórmulas constitucionales
para barrer la insensibilidad ante la tragedia. Febrero en Venezuela es mes de
tormentas y huracanes políticos.
No es posible continuar
perdiendo 12.000 millones de dólares por regar la gasolina en el
mercado interno a quienes tienen carro.
El desabastecimiento es
un resultado criminal de una política oficial que desestimula a los productores
y la productividad.
La inflación es una
asaltante omnipresente y eficaz que cada semana le quita a millones de
trabajadores la mitad de lo poco que ganan. Se nutre del gasto público
irresponsable y corrupto, de la provocada quiebra del aparato productivo y del
cambio múltiple actual, que es la fábrica más eficaz y corrupta de millonarios
improductivos. Solo una nueva política de garantía jurídica, transparencia
(empezando por el BCV) y decidido estímulo a la inversión en Venezuela producirán
un flujo positivo de miles de millones de dólares.
Nada de esto ocurrirá con
palabras, si no se ponen los medios adecuados para los fines. Corresponde
al Ejecutivo central tomar una decisión clara y nombrar tres o cuatro
personas capaces y bien asesoradas nacional e internacionalmente.
La Asamblea democrática debe enfocar hacia allá el malestar nacional
y respaldar los cambios razonables con altura y visión nacional. Todo esto
hubiera sido mejor en enero 2015 y será mejor en diciembre que en febrero del año
que viene.
Nacer de nuevo
Ya empezó el milagro nacional.
Ahora necesitamos que gente significativa de ambos bandos con un nuevo espíritu
de alegría, solidaridad y reconocimiento del otro, tome la calle y desborde las
avenidas.
¿Nacer de nuevo? ¿Cómo puede
nacer un viejo?, pregunta asombrado el fariseo Nicodemo a Jesús que lo invita a
renacer. ¿Cómo puede nacer esta Venezuela maltrecha, dividida, cargada de odio?
Pero Jesús insiste, no hay superación de la violencia, ni recuperación
económico-social, ni salida de la pobreza, ni convivencia constructiva, ni
productividad creciente con esperanza, si seguimos con millones de “yos”
enfrentados, incapaces de tejer múltiples “nosotros” en un “Nosotros” nacional
de distintos y complementarios. Nacer de nuevo en 2016 es el milagro que
haremos con la bendición de Dios.
Milagro que exige una condición: reconocer,
reconocernos, dar de nosotros y recibir al otro que nos da. Es lo que ocurre en
la Navidad. El texto bíblico nos dice que a los pastores se les dio una señal
para reconocer a Dios-amor nacido entre nosotros: “Encontrarán un niño envuelto
en pañales y acostado en un pesebre”. Reconocer al Niño y a todos los niños en
Navidad es entrar al año nuevo con esperanza y compromiso para hacer una
democracia nueva, plural y eficaz. ¡Feliz Navidad y Año Nuevo!
17-12-15
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