Por EFE
El secretario general de la Organización
de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, activó
hoy la Carta Democrática del organismo para Venezuela, un
paso sin precedentes que abre un proceso que puede llevar a su suspensión del
ente.
Almagro, que la semana
pasada cumplió un año al frente de la OEA, se convierte así en el primer líder
del organismo en activar la carta a un Estado miembro contra la voluntad de su
Gobierno.
El paso al frente de Almagro
responde a su voluntad personal de actuar en la crisis venezolana pese a las
reticencias de la mayoría de los 34 Estados miembros de la OEA, que prefieren o
bien mantener el silencio de años de la organización sobre esta crisis o
adoptar medidas más conciliadoras como una resolución o un ofrecimiento de
mediación con autorización de Caracas.
Estas son las principales
claves para entender qué es y cómo funciona la Carta Democrática de la OEA,
aprobada en 2001 por unanimidad en la Asamblea General del organismo en Lima.
-¿Qué es la Carta
Democrática?
Es un instrumento jurídico
para la preservación de la institucionalidad democrática del que se dotaron los
Estados miembros de la OEA por unanimidad hace 15 años. Tiene 28 puntos y queda
recogida en un pequeño librito azul tamaño bolsillo que ha sido más visto que
nunca estas últimas semanas en los pasillos de la sede de la OEA en Washington.
-¿Por qué este paso causa
tanto impacto, hay precedentes?
La Carta Democrática es un
recurso muy sensible no solo porque su última consecuencia es la suspensión de
la OEA sino también porque hasta ahora siempre se ha aplicado por solicitud o
al menos con autorización del Estado afectado, salvo en el golpe de Estado de
Honduras de 2009 por no haber Gobierno legítimo en el poder.
Hasta ahora se ha recurrido
a la Carta en contadas ocasiones y siempre ha sido porque el propio Estado ha
pedido la asistencia de la organización (artículo 17) o porque un grupo de
Estados ofreció ayuda a un tercero y este lo aceptó (artículo 18).
El único caso en el que la
autorización del Gobierno legítimo no era posible y en el que se aplicó la
Carta hasta su última consecuencia, la suspensión de la OEA, fue tras el golpe
de Estado en Honduras de 2009, al producirse una “ruptura del orden democrático”
(artículo 19).
-¿Por qué se creó la Carta?
La Carta fue aprobada en
Lima “después del Gobierno autocrático de Alberto Fujimori en la década de los
90. La idea era hacer la Carta relevante en situaciones como la de Perú, donde
el problema no era una amenaza al Estado, sino un régimen que violó el orden
constitucional y minó las normas democráticas”, según explicó a Efe Michael
Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano.
-¿Por qué se dice que
Almagro “activa” o “invoca” la Carta?
Almagro se ampara para
actuar en el artículo 20 de la Carta, que autoriza al secretario general o a
cualquier Estado miembro a pedir la convocatoria inmediata del Consejo
Permanente cuando en un país de la organización “se produzca una alteración del
orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático”.
Con esta “invocación” o
“activación” de la Carta abre un proceso en el que serán los 34 Estados
miembros quienes decidan si, como él, consideran que se ha producido esa
“alteración” y las medidas a tomar al respecto.
-¿Cuáles son los pasos de
ese proceso?
Almagro ha pedido convocar
un Consejo entre los días 10 y 20 de junio. El Consejo, donde cada embajador
tiene un voto, decidirá si existe esa “alteración” por mayoría (18).
Si considera que ese es el
caso, el Consejo puede aprobar distintas medidas, entre ellas las gestiones
diplomáticas para “promover la normalización de la institucionalidad
democrática”.
De fracasar estas, o si el
caso es urgente, el Consejo puede convocar de inmediato una Asamblea General
extraordinaria, para lo cual son necesarios dos tercios de los votos de los
embajadores.
En esa Asamblea, que puede
volver a intentar las gestiones diplomáticas, dos tercios de los cancilleres
pueden suspender la pertenencia del Estado en la organización si estiman que
“se ha producido la ruptura del orden democrático”.
-¿Entonces, la aplicación de
la Carta es una decisión política?
Sí, como indica uno de los
redactores de la Carta, el actual secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA,
Jean Michel Arrighi, “la aplicación de la Carta Democrática es una decisión de
tipo político”. “Ese debate ya no es jurídico, está sujeto a una ‘apreciación
colectiva’ de los Estados, es decir, es una decisión política”, precisa.
-¿Qué significa en la
práctica la suspensión de un país como estado miembro de la OEA?
En la práctica, la
suspensión de un Estado miembro de la organización implica que el país deja de
participar en todas las actividades del ente, así como en los programas del
organismo, como los de anticorrupción, seguridad y promoción de derechos.
-¿Almagro tiene los apoyos
para que prospere el proceso que ha iniciado?
La decisión de Almagro, el
líder más atípico que ha tenido la OEA, es de carácter personal. Como él mismo
ha dicho, no está contando si tiene o no los apoyos para dar este paso. Para él
es una cuestión de principios.
Solo Estados Unidos ha
denunciado la crisis de Venezuela en la OEA, aunque un notable número de países
comparte esa misma preocupación en privado.
Esas naciones, lideradas por
Argentina, quieren actuar, pero de manera más conciliadora sin recurrir a la
Carta. Argentina ha convocado una reunión del Consejo Permanente para este
miércoles con el fin de abordar la situación de Venezuela y consensuar una
resolución al respecto.
Venezuela cuenta con el
respaldo incondicional de los países de la Alianza Bolivariana (ALBA), sobre
todo Ecuador y Nicaragua, así como el de buena parte de los países del Caribe,
a los que ha ayudado con el programa de entrega de petróleo subsidiado de Petrocaribe.
31-05-16
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