Por Henrique Capriles
Cual esbirros que cortan
cabezas a diestra y siniestra actuaron las cuatro señoras rectoras del CNE para
excluir a miles de venezolanos del proceso de validación de las firmas del 1%
del Referendo Revocatorio. Se rebanaron más de 650.000 rúbricas inventando
criterios en un proceso de previa validación por parte del organismo, que no
estaba en el reglamento que la misma Tibisay Lucena aprobó en 2007.
Una de esas firmas es la
mía, al igual que la de otros muchos dirigentes de la Unidad, pero esto solo
nos da más fuerzas para seguir luchando por los derechos de los venezolanos y
vamos a seguir el proceso de validación paso a paso.
Y así como ocurrió con
nosotros, la señora Lucena se sintió con el derecho de dejar por fuera del
proceso de validación a por lo menos 100.000 personas que no votaban en el
lugar donde firmaron, a 50.000 más por errores de transcripción, a 86.000 por
supuestas irregularidades con su huella y otras 26.000 porque en la planilla
había errores ortográficos, como que estaba mal escrita la palabra presidente.
La señora Lucena, que es una
enchufada y disfruta de los beneficios que pagamos todos los venezolanos, se
siente por encima de la Constitución, pero al igual que la vencimos el 6 de
diciembre, cuando ganamos las elecciones de la Asamblea Nacional, la vamos a
volver a derrotar, porque el Revocatorio se hará este año y por varias razones:
primero porque está en la Constitución, segundo porque no hay argumentos
técnicos ni legales para no hacerlo, y tercero, y más importante, porque así lo
decidió el pueblo.
Aunque las rectoras del CNE
saben que hay más de 195.721 firmas –que son las que se necesitan- para
culminar este proceso que debió durar solo 5 días según la norma, han
atropellado una y otra vez a los venezolanos. Se tardaron 41 días para revisar
las firmas, un proceso que no está en el reglamento, y ahora anuncian que darán
una semana para exclusiones de firmas, con el único fin de demorar siete días
más el proceso y para que el Psuv monte sus malos shows; pero nuestra voluntad
de cambio es superior a cualquier alcabala que nos pongan.
Pero a pesar de su reiterada
violación a nuestra Constitución, a su irrespeto a la voluntad sagrada de
nuestro pueblo, a su burla pronunciada respecto a suspensiones de las reuniones
acordadas para fijar el lapso de la validación, a la represión contra
movilizaciones pacíficas y a las agresiones violentas contra nuestros diputados
a la Asamblea Nacional, la fuerza del pueblo se impone ante la ley del garrote
que pretende aplicar el nefasto gobierno de Maduro.
Entre el 20 y 24 de junio,
1.350.000 venezolanos están autorizados para validar sus firmas y completar
esta primera etapa de la activación del Referendo Revocatorio. Estamos seguros
que esa inmensa mayoría del pueblo va a defender con firmeza nuestra Constitución.
Es importante que nuestro
pueblo sepa que la validación solo podrá hacerse en las juntas regionales del
CNE de cada estado, es decir, que quienes viven en el Área Metropolitana, en el
municipio Sucre, en Valles del Tuy, en Guarenas-Guatire y en nuestro amado
Barlovento, tendrán que trasladarse a Los Teques. Que lo sepan Maduro, Tibisay,
Socorro, Tania y Sandra, así sea en el carro de Lola vamos a llegar, porque un
pueblo organizado y decidido al cambio, es un fuerza indetenible.
Ellos tiemblan cuando el
pueblo pronuncia la palabra Revocatorio, porque saben que detrás no hay ninguna
organización política ni ningún dirigente al cual enfrentar, sino un pueblo
decidido a cambiar. En el Revocatorio el pueblo convoca y el pueblo revoca, y
se hará justicia a tantas violaciones y maltratos que han recibido los
venezolanos.
A causa de este modelo
fracasado, por lo menos 80% de la población está en situación de pobreza de
ingresos, superando considerablemente el registro de 2014, que fue de 52,6%.En
los últimos 12 meses la inflación acumulada se estima en 450,7%, la escasez de
la mayoría de los rubros alimenticios supera el 80%, y producto de esta
hambruna colectiva, a la que este gobierno tiene sometidos a los venezolanos,
lamentablemente muchos se han visto forzados a hurgar entre la basura para
poder sobrevivir. La conflictividad social sigue subiendo, se están registrando
al menos 20 saqueos a diario y al gobierno lo único que le importa es
mantenerse aferrado al poder. Esos son los logros que Maduro y su camarilla
tiene para exhibir.
Estamos acostumbrados a que
las decisiones del gobierno siempre son improvisadas, desastrosas y, cada vez
con más frecuencia, violatorias de nuestra Constitución. Dentro de ese rango
está el control discrecional que se está haciendo con la distribución de
alimentos, ya que asignar funciones de “policía” a los Comité Locales de
Abastecimiento y Producción (Clap), implica una delegación inconstitucional de
funciones públicas, que atenta contra el principio de que todos los ciudadanos
somos iguales frente a la Ley.
Con los Clap se viola el
artículo 117 de la Constitución, que en teoría garantiza el derecho a comprar
en condiciones de igualdad los productos que se deseen, y también la libertad
de acceder a los alimentos. Los Clap no resolverán el problema de la escasez de
alimentos. Son una alcabala que hace más engorrosa la adquisición de los
alimentos. Un nuevo invento de Maduro para evadir su responsabilidad de
garantizar el derecho a la alimentación del pueblo y trasladar el problema a
las comunidades para poner a pelear a pueblo contra pueblo por la comida.
Los venezolanos estamos
urgidos de que nos empiecen a pasar cosas buenas, luego de esta crisis en la
que nos ha sumido el gobierno irresponsable de Nicolás Maduro.Necesitamos de
buenas nuevas, de alicientes que funcionen como bálsamo para el espíritu, de
noticias que nos mantengan viva la esperanza, y sin duda la clasificación
a cuartos de final de la Copa América Centenario de nuestra Vinotinto, que
vivimos como un triunfo colectivo, nos alegró la semana, pero lo que más nos
alegraría es empezar a ver soluciones a las grandes calamidades como la falta
de alimentos y medicinas.
Y así como lo dijo nuestro
técnico de la Vinotinto, el equipo, los 23 jugadores le enviaron un
mensaje al pueblo, y ese mensaje no es otro que cuando pensamos en función a
los logros, a que los venezolanos somos del tamaño del compromiso que tengamos
enfrente, a que cuando se tiene por meta un objetivo común, el trabajo
organizado da frutos.
Esa unidad, ese trabajo en
equipo, es el que hemos venido poniendo en práctica para conseguir el cambio
político que amerita con urgencia nuestra noble tierra de Bolívar. Desde hace
ya tiempo, venimos gestando la constitución de una inmensa mayoría social que
garantice un cambio político pacífico, democrático, electoral, constitucional y
por ende duradero, en el que derechos básicos, como la alimentación, la salud y
la seguridad estén garantizados.
Nos han puesto todos los
obstáculos, pero estoy seguro que unidos vamos a superarlos, como hemos venido
haciendo en esta lucha. Este es el momento de demostrar la fuerza y
organización que tenemos quienes queremos un cambio para nuestra Venezuela.
Y cierro estas líneas
agradeciendo con todo mi corazón a todos los que han trabajado en este proceso,
a todos los voluntarios, ¡uds son los verdaderos héroes!
¡Qué Dios bendiga a nuestra
Venezuela!
12-06-16
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