Freddy Paz 23 de junio de 2017
@freddyspaz
Como
nación y como sociedad los venezolanos vivimos no en revolución sino en
involución, se ha cambiado la calidad y la forma de vida del venezolano por un
modelo foráneo fracasado que nada tiene que ver con nosotros. Los avances que
como sociedad se habían logrado durante lo que se le ha dado por llamar “cuarta
república” son cosa ya solo de mera evocación.
Dejamos
de ser un país que apostaba a la descentralización y el progreso, para
convertirnos nuevamente en una País centralista, donde todo se controla y se
decide desde las cúpulas del poder en Caracas, con claras evidencias de atraso.
Dejamos
de ser los fraternales paisanos, adversarios en la política y en los deportes,
pero hermanos con sangre tricolor en nuestras venas, para convertirnos en obra
socialista: enemigos por pensar distinto o militar en partidos políticos
diferentes al Psuv; con un discurso donde se perdieron los valores, y se
resalta, el revanchismo, la confrontación, la violencia, que poco tiene que ver
con nuestra idiosincrasia.
Dejamos
de ser el País referente de la democrácia en América latina para convertirnos
en el objetivo de todas las miradas del orbe, con contadas excepciones de
algunas naciones, que por temor a perder los beneficios de la riqueza de todos,
siguen afectos a los gobernantes de turno, y contra el pueblo venezolano.
Lo que
muy poco ha cambiado son las caras. En estos años de “revolución”, son pocas
las variaciones; los personajes siguen siendo los mismos. Polivalentes que
pueden ser gobernadores, alcaldes, jueces, magistrados, fiscales, diputados,
ministros, vicepresidentes. Que son especialistas en todo y a la vez en nada,
solo por pertenecer a un cogollo rojo atornillado, que se manejan en un círculo
cerrado, no de meritocracia, sino de partidocracia; fieles al proceso
socialista, cerrándose las puertas a nuevas caras dentro de sus propias filas,
como ha ocurrido con los candidatos que se asoman para el proceso o fraude
constituyente.
En
dieciocho años hemos visto rotar de cargo en cargo a la misma gente, con el
mismo discurso y la misma ineficiencia, cuyo principal y único requisito es
lealtad revolucionaria, y quien se separe de esa línea, corre riesgos muy
peligrosos, a muchos de ellos se los traga la revolución y no se vuelve a saber
de quienes durante estos largos y pesados años de gestión roja, fuero voceros e
importantes figuras de la revolución bolivariana.
Los
Venezolanos hemos vistos Ministros que ocupan cargos especializados, sin ser especialistas,
y luego son rotados para otros ministerios, donde también ponen la torta, y
siguen enchufados, ensayando con el erario público nacional y con sus errores y
corruptelas, llenan de miseria y hambre al noble pueblo venezolano.
Hoy
cuando el país atraviesa la más aguda y dolorosa crisis de su historia, cuando
el futuro de toda la nación se ve comprometido por la obsesión malsana de un
grupo por eternizarse en el poder a espaldas de un pueblo que pide soluciones a
sus problemas, el gobierno sigue girando con una velocidad vertiginosa en torno
al mismo grupo de personajes que han empujado a la nación hacia esta especie de
locura pero arrastrando con ellos a más de 30 millones de venezolanos.
@freddyspaz
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