Luis Manuel Esculpi 27 de junio de 2017
@lmesculpi
Durante
su ajetreada, intensa y fecunda vida fue uno de los venezolanos que más
seudónimos utilizó. Los escogía por asociación de ideas, nombres y lugares; así
selecciono el de Octavio Malpica por su padre y el apellido de su suegra o el
de Daniel Chirinos , por uno de los fundadores del sindicalismo norteamericano,
de quien se afirma nació en nuestro país Daniel de León y por José Leonardo
Chirinos; sobre quién había iniciado un estudio y durante el allanamiento a su residencia,
la policía política le decomisó más de dos centenares de ficha que había
preparado para tal fin.
Utilizó
el de Carlos Valencia cuando estuvo preso en el San Carlos, por el cuartel y
Valencia “por la ciudad española que no se rinde”. Con estos seudónimos y el de
Ezequiel Millán, por su segundo nombre y segundo apellido; escribió en la
prensa mientras permanecía clandestino.
La
última vez que cayó preso se identificó con una cédula como Luis Adolfo
Riquezes Mora. Salió del país y regresó clandestinamente en el año 56 con un
pasaporte a nombre de Pedro Rosas, para asistir al congreso donde Kruschev
denunció lo crímenes de Stalin.
Sin
dudas el más famoso de todos fue Santos Yorme, por ser del dirigente más
buscado por la dictadura de Perez Jimenez, cuando logró burlar la implacable
persecución de la seguridad nacional. Lo seleccionó por el personaje de Doña
Barbara la novela de Gallegos y una composición de las letras de su nombre y
apellido. Ya había olvidado el relato que alguna vez nos hizo de tal elección
cuando la semana pasada Maripili Hernández me entrevistó en su programa, solo
recordé que el seudónimo lo había extraído de una obra literaria, consulte a
Iván -su hijo- quien recordó el origen del apelativo legendario.
Los
seudónimos en Pompeyo Márquez forman parte del inmenso anecdotario de una vida
de compromiso en la lucha social y política a la que dedicó ochenta de los
noventa y cinco de su existencia. Cayó preso por primera vez en febrero del año
treinta y siete cuando aún no había cumplido los quince años.
Su
talento, coraje, probidad, su vocación unitaria y dedicación a la lucha por la
democracia, su reconocimiento del grave error que significó la lucha armada y
su voluntad de rectificación, la asunción de nuevos desafíos rompiendo con
antiguos dogmas son aspectos de su vida sobre los cuales se ha escrito
ampliamente. En uno de sus cumpleaños en esta misma columna hice una breve
semblanza de su vida política.
Pompeyo
el autodidacta, el hombre de ideas y de acción, siempre se preocupo por
trasmitir los conocimientos adquiridos en su permanente estudio por conocer la
realidad y por la dilatada experiencia acumulada, estimuló en los más jóvenes
la preocupación por su formación. En aquel hermoso experimento que fue el MAS
de los primeros años acuñó la frase “somos hijos del debate”, admiré su
espíritu tolerante frente a las divergencias, nos tocó diferir en variados
momentos, no permitió que las diferencias enturbiarán jamás el aprecio y la
amistad.
Su
cordial jovialidad le facilitó poseer amigos en diferentes ámbitos profesionales
y del mundo cultural en general, en el medio político cultivó amistades
fraternas incluso con quienes habían sido adversarios. Hay suficientes
testimonios de esa cualidad que también lo definía.
Las
vicisitudes por las que pasó en su dilatada existencia no hicieron mella en el
aprecio, pasión y alegría por vivir, haciendo gala del buen humor que le
caracterizó aún en las situaciones más difíciles.
Siempre
le expresamos nuestro especial respeto y consideración, participamos de la
organización de varios homenajes que le hiciéramos en vida, al cumplir ochenta
años publicó sus obras escogidas, leo en dedicatoria del libro fechada el
30-4-2002 : ” A Luis Manuel (Héctor José) con quien desde muy joven he
compartido tantas luchas por Venezuela”…
No
puedo recordar -pese al dolor por su partida- con tristeza al amigo, compañero
y maestro; el no nos los permitiría. Mi eterna gratitud por haberme honrado con
su amistad y por las lecciones inolvidables aprendidas en las luchas
compartidas. Estamos convencidos que su herencia -no hablo del legado por el
mal uso actual del término- servirá de ejemplo a los luchadores sociales y
políticos de las nuevas generaciones.
@lmesculpi
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