Por Jesús Alexis González, 19/07/2017
La denominación de extraordinario (fuera de lo habitual o común), lo hemos empleado en
un contexto que resta importancia al
hecho numérico del resultado obtenido por la democracia el 16-J para enfatizar en su trascendencia sociopolítica, habida cuenta de haber sido un evento “semi-electoral” en un país como
Venezuela donde priva la elección
presidencial como motivador para concurrir mayoritariamente a una cita
electoral hasta inducir una disminución de la abstención en comparación con
otro tipo de elección; tanto la referida a la falta de identidad con los candidatos así
como a la tradicional abstención como
forma de protesta. Es justamente esa “conducta
electoral” de vieja data: “no voto
para hacer sentir mi rechazo” lo que, en nuestra opinión, le confiere como
espejo un alta valor añadido a lo
acontecido el 16-J democrático (16-J-D) cuando no siendo una elección
presidencial ¡ni de nada!, ni
teniendo “efecto jurídico” (y por ende no vinculante), y que la DICTADURA lo tildó (calificativo despectivo o reprobatorio generalmente como
critica o censura) mediáticamente como un acto
político simbólico (que solo tiene un valor moral), que igualmente ejerció
una atroz censura a los medios de comunicación (en aquellos que lo aceptaron)
así como una “persecución implacable” a los trabajadores del sector público y a
la “lista Clap”, que amenazó de forma encubierta sobre lo que sería ese día el
comportamiento “especial” de los comandos motorizados oficialistas armados como
estrategia de amedrentamiento (hacer que alguien sienta miedo), que convocó en
la misma fecha un simulacro electoral cara a la ANC; y que de igual forma no
hubo presencia del CNE (menos mal) ni custodia militar (otro menos mal), sin
maquinas electorales (se repite el menos mal), teniendo como “tarjetón
electoral” un pequeño “papelito” con
tres preguntas bien redactadas; y a pesar de todas “esas cosas” por vez
primera en nuestra vida republicana (y suponemos que a nivel mundial) ¡una millonada de personas concurrió a
“votar” solo a manera de PROTESTA!
Tan inédito (que
es desconocido o nuevo) acontecer, y luego de haber transcurridos tres días de
euforia (sensación de optimismo) experimentada por el sector democrático y de
angustia para el sector dictatorial, se retorna a la rutina política con un
problema adicional para la sufrida Venezuela: la aparición de un “nudo gordiano”, que hace referencia a una dificultad difícil de resolver que
obliga a la formulación de ideas
creativas en pro de buscar alternativas de solución. Permítasenos citar,
que la expresión nudo gordiano se
atribuye al Rey Alejandro Magno quien a su llegada al Templo de Gordio para asumir
como Señor de Asia se encontró
con un yugo atado con un nudo muy intrincado que tenía todos sus cabos escondidos siendo imposible de
desatar, y de inmediato sacó la espada para cortar dicho nudo al tiempo de
expresar da lo mismo cortarlo que
desatarlo haciendo alusión a: da
igual cómo se haga, lo importante es que se consiga. En lo que respecta a
nuestro amado país, puede afirmarse que el 16-J-D se aplicó un “tirón adicional” al nudo gordiano
venezolano por el simple hecho de haberse dado “perfil numérico” a la protesta estimulada tanto por el rechazo a NMM como al proceso constituyente; o lo que es lo
mismo: se “cuantificó” el malestar del
soberano en concordancia con el Artículo 5 Constitucional en cuanto a que la soberanía reside intransferiblemente en
el pueblo, hasta convertirse en
motor del 333 y 350 también constitucional en lo referente a que los ciudadanos
tienen el deber de colaborar a restablecer
la vigencia de la CRBV cuando
dejare de observarse, al tiempo de
desconocer cualquier régimen , legislación o autoridad que contraríe sus
valores, principios y garantías; en un contexto nacional ahora caracterizado como
un nudo gordiano con dos cabos bien
diferenciados: (1) El democrático,
que asume tener la razón y la fuerza para (i) exigir la redefinición del proceso constituyente avalado por la abrumadora manifestación de
“rechazo y desconocimiento al proceso fraudulento de convocatoria a una
constituyente sin consultar previamente a los venezolanos” a tenor del primer
punto de la consulta popular contenida
en el “papelito”, y para (ii) solicitar
la celebración inmediata de las elecciones regionales indebidamente
aplazadas, y para (iii) continuar con la
presión de calle de forma pacífica, heroica y valiente solicitando la renuncia
simultanea de NMM y su Vicepresidente en favor de abrir la oportunidad para
adelantar las elecciones presidenciales, y de otras aspiraciones como la
libertad de los presos políticos, y más; (2) El
dictatorial, que insiste en afirmar que la constituyente es “indetenible” a
pesar de la recomendación en contrario de 7.676.894
venezolanos y de muchas Naciones
como EE.UU, España, Brasil, Costa Rica, Argentina, Colombia, Alemania, Canadá,
México, Puerto Rico, Perú, Panamá, y la Unión Europea entre muchos otras, que
igualmente amenaza en aumentar la represión criminal a los efectos de repeler
(hacer retroceder con violencia) la resistencia, protestas, manifestaciones,
paros y trancas, “luchando hasta la muerte” según afirman. Ese deseo de cambio
y libertad, animó al pueblo este 16-J-D
a superar “insuficiencias funcionales” como el haberse instalado apenas
un 14% de los Centros de Votación que
usualmente organiza el CNE, y de haber operado con el 37% de las Mesas Electorales que en cada ocasión dispone el “poder
electoral”; a pesar de lo cual los demócratas obtuvimos el 60,3% de los votos válidos posibles
(padrón electoral menos un 33% de abstención similar al de las
Parlamentarias 2015=12.730.000 votos potenciales, donde los 7.676.894 obtenidos por los demócratas
equivale a ese 60,3%); al extremo de
ajustarse a la tendencia histórica en la
posición democrática de los votos: 7.270.
403 ( H. Capriles-2013 ), 7.726.066 (Parlamentarias-2015) con la
bondad adicional que en este 16-J-D ¡no estábamos eligiendo a nadie!
A pesar que en Venezuela se ha desvirtuado el poder de la negociación política, ante una
presunción que emana del supuesto (en
ocasiones cierto) que cuando lo hacen es con la finalidad de alcanzar “acuerdos” para favorecer sus propios
intereses, en estos momentos urge alcanzar una decisión consensuada que facilite cortar el nudo gordiano como resultado de un examen de los evidentes problemas y potenciales
soluciones con actitud no confrontativa, tolerante y respetuosa teniendo como
norte a ¡¡VENEZUELA!!
Econ. Jesús
Alexis González
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