Por Abraham Salazar
Pepe López presenta un relato
autobiográfico en el Espacio Monitor del Centro de Arte Los Galpones para
reflejar el presente del venezolano. Escape Room es una muestra que parte de la
biografía del artista y se vuelve colectiva desde el primer instante en que hay
interacción con el espectador. Nociones comunes para cualquier ciudadano como
diáspora, recuerdo, viaje y memoria se desarrollan en 10 piezas que dan cuenta
de la cotidianidad de una nación. Las obras son producto de las investigaciones
plásticas del artista cuya muestra abre el domingo y se mantendrá abierta hasta
enero de 2018.
“Todos estamos en una
circunstancia que no queremos que siga, de la que necesitamos escapar”, dice
López sobre la exposición en la que un conglomerado de felpudos sobre los que
se han pintado logotipos de instituciones culturales del país recibe al
público. Son imágenes que aluden a museos como el Bellas Artes o el Sofía Ímber
y que hablan del desarrollo del arte en el país, todo un quehacer del cual el
artista se ha nutrido para consolidar indagaciones estéticas que ahora se
observan en sus piezas.
Ya en la sala, 11 sillas
plegables con coloridos diseños atrapan la mirada. En Fueron mejores, López se
inspiró en los Collages ortogonales de Alejandro Otero para rememorar el pasado
artístico venezolano. “Se cuela una nostalgia por esos momentos familiares de
los años cincuenta y también por un pasado glorioso en la historia del arte con
grandes maestros como Soto y Cruz-Diez a la cabeza, o con los museos y la
democracia”, expresa el artista que plantea en Escape Room una unidad temática
que gira en torno a la idea del exilio.
“Siempre estoy en Venezuela,
aunque no esté aquí. Puede que haya una posibilidad de escapar, pero si sientes
que perteneces a este lugar, sin importar adónde vayas, nunca te dejará”,
comenta el creador sobre el tema central de la exhibición, a la que define como
“una autobiografía que se convierte en la historia del país que me rodea y se
hace parte del colectivo porque todos estamos en lo mismo: sobreviviendo el
presente”.
Aquí no pasa nada es
precisamente la obra en la que diferentes realidades confluyen. Teniendo a Gego
como referencia, López compuso mundos dentro de un universo interconectado con
miles de cintas de plástico de colores. “Es una manera de decir que yo me
recreo en mi propia burbuja y pretendo que no sucede nada, pero en mí y en el
entorno sucede de todo. No hay un escape posible, pero desde la construcción
que hace cada persona se van dando nuevas posibilidades”, apunta.
En Crisálida la idea de escape
o diáspora es más evidente. López tomó objetos de la cotidianidad como
electrodomésticos, libros, lámparas, cubiertos, su carro y hasta su moto,
procedió a embalarlos y los dispuso en una fila recta con un quiebre, donde el
espectador se puede integrar a la pieza y completarla. “Es una mudanza que da
una posibilidad de transformación. La obra no habla de una partida física, sino
de un estado, ese instante en que ya no puedes utilizar los objetos porque
estás de paso y tu vida y los objetos que la conforman se van transformando”,
indica.
El artista refiere que su
trabajo se basa en las emociones dramáticas del venezolano, y asegura que la
mejor forma de hallar la esperanza es evadiendo la quietud. Este concepto lo
recrea en Contrato de futuro, obra para la que tomó una pera de boxeo bañada en
oro 18 quilates, que será golpeada por un boxeador profesional en una
performance durante la inauguración de Escape Room. “El oro se va a caer o se
va a ennegrecer. Eso indica que el futuro es una mera abstracción que va
perdiendo su esencia a medida que se hace presente y lo podemos deformar a
nuestro antojo. Entonces, ¿voy a seguir dándole vueltas a una idea o hago algo
por transformar mi realidad?”, interpela.
Fuente:
http://www.el-nacional.com/noticias/entretenimiento/una-autobiografia-revela-necesidad-escape-del-venezolano_209441
28-10-17
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico