Por Nelson Freitez
Uno de los más dolorosos
saldos en el ciclo de protestas que se experimentó en el país entre abril y
mayo del presente año fue la alta letalidad que afectó a los manifestantes, por
el uso desproporcionado de la fuerza de organismos de seguridad del Estado y
grupos paramilitares en coordinación con éstos. Alrededor de 157 personas
fueron asesinadas en el contexto de las protestas; una proporción significativa
de éstas con disparos de armas de fuego en el tórax, cuello y cabeza, en hechos
ocasionados cerca de sus zonas de residencia con armamentos empuñados por
efectivos militares y por civiles armados que se desplazaban en coordinación
con los entes militares.
Estos hechos no resultaron
acciones aisladas y excesivas de funcionarios que sobrepasaron las órdenes y
los protocolos nacionales e internacionales establecidos para la contención y
represión de manifestaciones públicas. Configuraron un “patrón sistemático”
cuya forma de realización se repitió en todos los lugares en los cuales se
efectuaron protestas en los 4 meses señalados, tal como lo documentó el Informe
del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH presentado
recientemente en el Consejo de Derechos Humanos de ese organismo multilateral.
Es de tal gravedad lo señalado por este informe que expresa “Mi investigación
sugiere la posibilidad que se hayan cometido crímenes de lesa humanidad” con el
objetivo de “…reprimir la disidencia e infundir miedo”. Los asesinatos de
civiles desarmados, las detenciones arbitrarias con maltratos y torturas a los
manifestantes, su juzgamiento en tribunales militares, las múltiples agresiones
a más de un centenar de urbanizaciones, los robos a quienes protestaban, son
hechos que no han sido investigados por el Ministerio Público y sus
responsables no han sido imputados para que sean juzgados y sancionados por los
delitos cometidos.
Las investigaciones que
adelantó la Fiscalía General de la República sobre estos eventos hasta el mes
de julio del presente año fueron engavetadas y las actuaciones de los órganos
del Estado responsables, apuntan a evadir la investigación e imputación sobre
quienes ordenaron y ejecutaron esos graves hechos. De tal manera que se ha
generado un manto de absoluta impunidad, definida tal como lo señala la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU “La inexistencia, de hecho o de derecho,
de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones, así como de
responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda
investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en caso
de ser reconocidos culpables, condena a penas apropiadas, incluso a la
indemnización del daño causado a sus víctimas”.
La investigación del conjunto
de estos eventos debe empezar por la evaluación del Plan Zamora que fue
aplicado por las fuerzas armadas y su teoría de la “guerra de todo el pueblo” y
“del enemigo interno”. Establecer con claridad si en la fundamentación de este
Plan se contemplaba que militares y civiles armados actuaban coordinadamente
para contener y reprimir manifestaciones, tal como evidentemente se orientó la
acción represiva en el lapso señalado, buscando legitimar públicamente la
presencia de grupos paramilitares en el despliegue de la represión, incluso
desplazándose desde cuarteles militares como ocurrió en la sede del Comando
Regional No 4 de la GNB en la ciudad de Barquisimeto el fatídico 11 de abril.
Interesa igualmente conocer si
en las bases de la doctrina militar de la fuerza armada, los manifestantes en
las calles configuran parte del “enemigo interno” y por tanto sobre éste puede
y debe emplearse un uso intensivo y desproporcionado de la fuerza como modo
planificado de defender al Estado. A costa de violar su derecho a la vida,
torturarlos y agredir sus lugares de residencia con la mayor impunidad. Sin embargo,
todos esos delitos no prescriben y ya se están activando instancias
multilaterales para investigar y sancionar internacionalmente los graves
delitos que cometió este personal militar y los grupos paramilitares que
coordinaron.
27-10-17
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