Consejo Nacional de Laicos 22 de enero de 2018
MENSAJE
A LA SOCIEDAD CIVIL Y A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Los
cristianos tenemos que llevar una luz de esperanza
en
medio de la oscuridad.
El
Consejo Nacional de Laicos de Venezuela, instancia de representación,
coordinación y servicio, que promueve el rol protagónico del laicado venezolano
en los distintos ámbitos y sectores de la sociedad, como Iglesia en comunión,
dando testimonio de los valores humano-cristianos del Evangelio, se pronuncia
sobre la situación del país:
1. La
voz de la Iglesia, pueblo de Dios, será siempre en favor de los oprimidos, los
necesitados, los sufrientes y los marginados; será siempre en procura de la
paz, con verdad y justicia; una voz que busque el bien común de todos, la
fraternidad, la reconciliación y la sana convivencia. Jamás podrán callar la
voz de la Iglesia por mucho que se lo propongan, amenacen y constriñan. Tenemos
un compromiso con la verdad. “La verdad les hará libres” (Jn.8,32)
2.
Repudiamos y condenamos la orden presidencial dada el pasado 15 de enero a los
poderes públicos, de abrir una investigación por “delitos de odio” al
Excelentísimo Monseñor Antonio López Castillo, Arzobispo de Barquisimeto y al
Excelentísimo Monseñor Víctor Hugo Basabe, Obispo de San Felipe, a propósito de
la Homilía de las celebraciones con motivo de la fiesta de la Divina Pastora en
la ciudad de Barquisimeto, el pasado 14 de enero. Alertamos sobre la intención
del régimen de desconocer y atacar a la Iglesia, manipular lo que ésta debe decir,
hacer o pensar, desconocer sus líderes y su autoridad moral, con el objetivo de
dividir, confundir y promover la fragmentación de la comunidad católica.
Recordemos la advertencia Evangélica “Herirán al Pastor y se dispersarán las
ovejas” (Zc. 13,7). Defenderemos a nuestros pastores y a todo el pueblo de
Dios, estaremos siempre al lado de los venezolanos que sufren esta crisis
política, social, económica y moral. ¡No callarán la voz de la Iglesia, no
tenemos miedo!
3. La
crisis se profundiza, día a día, llegando a un estado de caos y violencia
generalizada. Por medio de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC),
inconstitucional e ilegítima (en su origen y desempeño), el régimen acelera la
implantación de su sistema perverso y totalitario, avanza en su propósito
destructivo de la sociedad democrática y sus instituciones. Una sociedad así no
es viable, y requiere urgente de un cambio político. Nuestros Obispos lo han
reiterado desde hace varios años: "La raíz de los problemas (del país)
está en la implantación de un proyecto político totalitario, empobrecedor,
rentista y centralizado que el gobierno se empeña en mantener"
(CEV,
"El Señor ama el que busca la justicia", 12-07-2016).
4.
Denunciamos las violaciones sistemáticas a los derechos humanos: la vida, la
libertad, la integridad de las personas y de sus bienes. Repudiable la
actuación de las fuerzas militares perpetrada en la zona de El Junquito
(Caracas), el lunes 15 de enero pasado. El procedimiento fue ejecutado en una
escena cerrada a organismos garantes de derechos humanos y del debido proceso,
con un uso desproporcionado de fuerza para la captura de civiles que hicieron
pública su rendición y solicitaban garantías para la solución pacífica, en la
que perdieron la vida un grupo de personas. Un procedimiento caracterizado por
violencia extrema y opacidad, impidiendo la información veraz. Exigimos
transparencia en la investigación de todos los hechos y de los responsables
directos, exhaustiva, imparcial, confiable y que respete la ley. Los Derechos
Humanos son obligación inexcusable de los gobiernos.
5.
Preocupados por las violaciones a los derechos de alimentación y salud que
arrojan numerosos enfermos y muertos en toda la geografía nacional, nos unimos
a las alertas emitidas por Cáritas de Venezuela, y exigimos al gobierno la
apertura del Canal Humanitario que mitigue el hambre, la desnutrición y la
necesidad de medicamentos. Hacemos un llamado urgente a la sociedad civil
venezolana en general, a dar apoyo solidario a Cáritas, diócesis, parroquias,
movimientos eclesiales, organizaciones no gubernamentales y otras instituciones
que cumplen labores humanitarias y dan respuestas concretas y solidarias. Es un
deber cristiano trabajar por el prójimo.
6.
Manifestamos que el cambio político puede y debe ser por la vía electoral en
primer término, pero erradicando las ilegalidades e irregularidades de los
procesos electorales anteriores. No es aceptable ir a un proceso electoral con
una ANC, supraconstitucional, autoerigida en poder supremo y absoluto. Las
elecciones deben hacerse con garantías y total transparencia. Es indispensable
la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), que respete el
voto libre, secreto y universal; y que garantice pluralismo y alternabilidad en
el poder. Las elecciones son una oportunidad para un cambio político en paz,
siempre y cuando gocen de las condiciones y garantías.
7.
Creemos en los procesos de diálogo y negociación que persigan objetivos y metas
claros respetando la democracia, por tanto, recordamos la validez del
planteamiento expresado por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal
Pietro Parolín, en su carta del 01 de diciembre de 2016: "1. Aliviar la
grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas que está sufriendo la
población. 2. Las partes concuerden el calendario electoral que permita a los
venezolanos decidir sin dilaciones su futuro. 3. Se tomen las medidas
necesarias para restituir cuanto antes a la Asamblea Nacional el rol previsto
en la Constitución. 4. Se apliquen los instrumentos legales para acelerar el
proceso de liberación de los detenidos".
8.
Actuamos en espíritu de unidad con aquellos que -aún no profesando nuestra fe y
creencias- comparten nuestro deseo de construir una sociedad democrática y de
fraterna convivencia. Invitamos a todos -sin distinciones- a reflexionar sobre
la actual situación de Venezuela, a los fines de procurar un cambio político en
paz y actuar decididamente para mitigar el dolor, la angustia y la penuria de
todos sus hijos. Esta situación debemos revertirla por amor al país. “El amor
«caritas» es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a
comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la
paz”. (CV, 1 Benedicto XVI, 2009)
9.
Tenemos el compromiso moral y cívico de participar activa y organizadamente
para lograr los cambios que el país reclama, y al mismo tiempo, para tejer y
fortalecer las redes de acción social y solidaria, de trabajo y servicio a
nuestros hermanos venezolanos. Pongamos nuestro esfuerzo y talento para ser
laicos de primera línea, protagonistas y dinamizadores del cambio desde los
valores del Evangelio, para que en nuestro quehacer cotidiano y donde quiera
que nos encontremos, podamos levantar la voz y lograr la reconstrucción y el
progreso del país. (Mensaje I Asamblea Conjunta de Obispos y Laicos, ACOL,
enero 2017)
Como
católicos, invocamos a Dios nuestro Señor y a la Virgen de Coromoto, patrona de
Venezuela, implorando su protección y auxilio en toda hora y momento.
Consejo
Directivo CNL
Caracas,
19 de enero 2018
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