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domingo, 28 de enero de 2018

El dilema de la oposición, nuevamente…, @lesterllopezo



Por Lester L. Lopez O., 27/01/2018

Apreciación de la situación política Nro. 131

La decisión de la Unión Europea (UE) de sancionar 7 funcionarios del régimen incluyendo, por primera vez, al primer vicepresidente del PSUV y fraudulento constituyente, precipita la iniciativa de la no menos fraudulenta ANC a adelantar las elecciones presidenciales previstas para diciembre del presente año según la Constitución Nacional, para el primer cuatrimestre del mismo, pero cuyo adelanto se estaba negociando en la ronda de conversaciones en República Dominicana, para, probablemente, julio u octubre próximo.

El adelanto que viola, por parte del régimen, el proceso de negociación en curso, es inmediatamente rechazado por la comunidad internacional por arbitrario y por no cumplir con las garantías que debe caracterizar este tipo de evento electoral. Igualmente es rechazado por un buen porcentaje de electores opositores que favorecen la abstención hasta que no se mejoren las condiciones electorales reinantes.

Pero, para la oposición venezolana en general, la arbitraria decisión la obliga a atender un escenario dilemático entre concurrir o no. Hasta el día de hoy, quizás afortunadamente porque están analizando prudentemente la decisión, los partidos políticos no se han pronunciado buscando un consenso que definirá el futuro político del país.

No concurrir al evento alegando cualquiera de las razones válidas que existen, significa que el gobierno las ganaría con todas las implicaciones políticas, económicas y sociales que esa victoria acarrearía para la sociedad venezolana que quedaría dependiendo, esencialmente, del apoyo internacional que, salvo organizar una acción militar para salir del régimen, cualquiera otra acción solo agravaría las penurias que sufre actualmente el país en general.

Concurrir, aún con las condiciones actuales, pero con una candidatura y acuerdo de gobernabilidad unitario y con una organización electoral adecuada acompañada de un discurso apropiado podría convertirse en una victoria electoral que desaloje del poder a la calamidad que nos gobierna, pero que, aun perdiéndolas, el expediente del fraude motivaría acciones masivas de calle que a la larga obliguen al gobierno a retirarse. No se puede omitir la realidad que para la fecha de las elecciones lo más probable es que la crisis actual haya empeorado y eso va a jugar, en definitiva, en contra del régimen y sus pretensiones de reelegirse.

Bajo esta perspectiva, no concurrir a las elecciones es la peor opción.

Tomado de:


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