Por Jesús María Aguirre
Con motivo del 70
aniversario del Instituto Técnico Jesús Obrero he rememorado personas, eventos
y textos inspiradores. No se me olvidan los días en que les daba a conocer a
mis alumnos la figura de Cecilio Acosta, un prócer civil, cuyo bicentenario del
nacimiento conmemoramos precisamente este año; pues ningún intelectual
venezolano expresó, mucho antes que Luis Beltrán Prieto o Uslar Pietri, la necesidad
de enrumbar la educación ante los nuevos retos de la modernidad en el entorno
industrial. Su visión, cambiando los tiempos, ilumina los nuevos senderos de la
era de la Sociedad de la Información en la que estamos inmersos, y en la que el
Instituto Técnico Jesús Obrero fue un adelantado con sus especializaciones en
electricidad, electrónica y computación. Extracto algunas ideas que siguen
teniendo una vigencia política y pedagógica inauditas para el día de hoy,
cuando se llama a la guerra socapa de paz y se erigen altares a los guerreros
opacando a los civiles.
Cecilio Acosta: Cosas
sabidas y cosas por saberse (1856)
1.
Después de la telegrafía, el vapor y el
periodismo, es preciso aguardar a que vengan las ideas, que vendrán de un modo
cierto. Si tardaren algo, es porque el tiempo entra en la resolución de todos
los problemas; pero más tardarían con la guerra.
2.
Tengo la confianza de que la historia de
todos los tiempos no me dejará mentir: el martirio entre hermanos no ha tenido
altares nunca;
3.
¿Quién no ve que la capacidad colectiva nace
de la individual, y que no hay bien público, si no hay privado antes?
4.
Si la juventud quiere algo es menester
atenderla. Hay equivocación en creer que va errada la generación que tiene el
cargo de continuar la cadena tradicional del pensamiento
5.
¿Hasta cuándo se va a preferir el Nebrija,
que da hambre, a la cartilla de las artes, que da pan, y las abstracciones del
colegio a las realidades del taller? (…) La agricultura que da granos y
materias primas, el comercio que las trasporta, la mano de obra y las fábricas,
que les labran y les hacen formas y tamaño, son ramos todos tributarios del
taller, adonde llevan sus aguas como al mar. Allí están las creaciones de la
inventiva, y los frutos del sudor
6.
Descentralicemos la enseñanza, para que sea
para todos; démosle otro rumbo, para que no conduzca a la miseria;
7.
Si el inglés y el francés son los idiomas de
las artes e industrias, hagámoslos, en lo posible generales;
8.
La acción debe ser varia para que sea
abundante, cooperativa para que sea eficaz, ilustrada para que sea provechosa.
9.
Quién sabe, puede, quien puede, produce; y si
la cosecha es más rica conforme el saber más se difunda, es fuerza ocurrir a la
instrucción elemental.
10.
Dije cosas que me mordían por salir fuera, y
por las que tal vez me morderán. Pero, ¿y no es mejor estar en lo cierto, y
cantarlo, si aprovecha? Yo a eso me atengo, y rabie quien rabiare.
26-01-18
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